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Todo el apoyo a Venezuela bolivariana

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Estados Unidos creía que el golpe planeado por ellos junto a la oposición venezolana iba a ser rápido y por eso inventó un “presidente interino” y presionó para su reconocimiento a sus aliados y cómplices del Grupo de Lima y otros gobiernos. A la vez, mediante la prensa hegemónica, instalaba las terribles condiciones que estaba viviendo el pueblo venezolano sin alimentos ni medicamentos y la permanente violación de las libertades democráticas y los derechos humanos atribuyéndolas al presidente Maduro.

Ese intento fue derrotado por la movilización del pueblo, la unidad de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas, las medidas que tomó el presidente constitucional Nicolás Maduro y el apoyo internacional de países como Rusia, China, Cuba, Irán, India, Turquía, México, Uruguay y otros gobiernos que no aceptan ser serviles al imperio.

Pero, el ataque a Venezuela sigue en curso. En el plano internacional, John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, advirtió firmemente “a los actores externos al hemisferio occidental contra el despliegue de activos militares en Venezuela, o en otros lugares del hemisferio, con la intención de establecer o expandir operaciones militares”. Consideramos, dice Bolton, que tales acciones provocativas son “una amenaza directa a la paz internacional y la seguridad en la región”. Lo dice el representante del imperio que más guerras ha promovido en las últimas dos décadas y que sí es un verdadero peligro para la paz y la seguridad en el mundo.

Bolton se sincera cuando afirma que “EE UU defenderá y protegerá sus intereses en el continente americano”. Y Elliot Abrams va más allá: “Rusia pagará un precio por el apoyo al gobierno de Maduro, porque es un error que piense que tiene libertad de acción en Venezuela”.

No sólo hay declaraciones de funcionarios de Estados Unidos. En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, intentan declarar al gobierno de Venezuela como organización transnacional del crimen y que se califique a los “colectivos” (la organización popular del chavismo), como “grupos terroristas”.

También continúan operando en la OEA que aprobó una resolución para reconocer como representante de Venezuela ante el organismo a Gustavo Tarre designado por Guaidó, sin tener autoridad para hacerlo. La resolución fue rechazada por las delegaciones de México, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Guyana, Antigua y Barbuda y El Salvador, que denunciaron el vaciamiento de la OEA de todos sus principios y prácticas históricas en este punto (en casi todo lo demás fue siempre el “ministerio de Colonias”).

El representante de México afirmó que lo que está en juego es la institucionalidad de la OEA y sentando un precedente sin fundamento jurídico que va a impactar el futuro de la organización. Y para dejar en claro que EE UU no ha dejado de lado “la opción” de una intervención militar, el jefe del Comando Sur, expresó el 11 de abril, que los militares de su país están en espera de instrucciones de Trump sobre una intervención militar en Venezuela.

Esa posición fue refrendada por el senador Rick Scott: “queda una sola opción para llevar ayuda al pueblo de Venezuela y es algo de lo que nadie quiere hablar. Se está haciendo claro que tendremos que considerar el uso de los activos militares”. Más allá de las fronteras de EE UU encontraron acompañamiento en el presidente de Brasil. Jair Bolsonaro anunció que “trabajan junto a Estados Unidos para dividir y crear fisuras en el ejército de Venezuela y derrocar al gobierno de Maduro.

A pesar de esas amenazas, el gobierno venezolano apuesta al diálogo y propone cinco puntos para iniciar una fase de diálogo con la oposición: respeto a la soberanía, a la paz, levantamiento de medidas unilaterales, mecanismos para dirimir por la vía pacífica las diferencias políticas y respeto a la no injerencia de otros gobiernos en los asuntos internos de Venezuela. Al mismo tiempo intensifica la movilización popular y toma medidas para hacer más operativa y eficiente a la CLAP y otros programas de abastecimiento y Producción que garanticen la provisión de alimentos y medicamentos al pueblo.

El mundo mira a Venezuela, condenada por el imperio y por quienes no le perdonan haber levantado las banderas de la unidad y la cooperación latinoamericana y caribeña. Como afirmó el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, hay que seguir manteniendo el respaldo y la solidaridad con Venezuela “donde se define hoy si es verdad que las naciones latinoamericanas y caribeñas tienen derecho a la libre determinación”. Acompañar a Venezuela hoy es el deber de todos los revolucionarios del mundo. Y el Partido de la Liberación está en esa trinchera, convocando a todos los antiimperialistas a aumentar esa solidaridad política y material acordes al tipo de agresión, que va en aumento.

Hay que abrir el debate para discutir las formas de ese apoyo, incluso la formación de brigadas políticas solidarias con Venezuela.

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