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CGT acepta migajas de Massa y dos burócratas ya hablan con Milei

            Al día siguiente de las PASO y luego de haber quedado en tercer lugar, el ministro de Economía Sergio Massa, produjo una devaluación del 22 por ciento del peso, lo que desató una disparada en los precios que llevó la inflación de agosto al 12,4 por ciento, la más alta de los últimos 32 años. Intentó justificar semejante medida que agravó aún más los padecimientos del pueblo, con el argumento que “el FMI le pedía más, que devaluara el 100 por ciento”. Así, reconoce sin ponerse colorado, el cogobierno de ese organismo financiero, que es “el que marca la cancha”.

            No contento con eso, en esa primera semana Massa arremetió contra los y las docentes, porque “hacen muchos paros”, a tono con las propuestas de Rodríguez Larreta, que impone sanciones en CABA a la docencia que hace medidas de fuerza. ¡Y eso que el derecho de huelga está reconocido en la Constitución Nacional!

            Los burócratas de la CGT ni se sintieron aludidos, y fieles al estilo que mantienen con el gobierno del Frente de Todxs, no han convocado a una sola acción para protestar contra la carestía de la vida y los bajos salarios y jubilaciones. Ni siquiera sacaron un comunicado expresando preocupación por el precio de los alimentos, que ha llevado la Canasta Básica Total a $284.686. El salario viene perdiendo desde el gobierno de Cambiemos, pero se agravó en el actual. Sin embargo, para los burócratas de la CGT, Massa es el candidato “que más va a beneficiar a los trabajadores”.

            En las últimas semanas, y apremiado por el resultado electoral, Massa dispuso una serie de medidas que, tardía e insuficientemente, apenas si benefician a trabajadores formales e informales. El bono de 60.000 pesos (en dos cuotas) fue rechazado por los empresarios y hasta por catorce gobernadores, que no van a pagarlo, y eso que era “a cuenta de paritarias”. O sea, apenas un adelanto que se esfuma en una modesta compra familiar.

            Avanzó con el impuesto a las Ganancias, al subir el mínimo no imponible, que beneficia al sector de mejores remuneraciones. Era una reivindicación que tiene más de una década de la CGT, por la cual le hicieron paros a Cristina Kirchner cuando era presidenta. Macri había prometido sacarlo y no lo hizo. Massa lo hace al final de los cuatro años de gobierno del FdT. Más electoralista, imposible.

            El apoyo de la CGT al candidato oficialista es un nuevo paso en su largo camino de traiciones a las bases, que padecen salarios insuficientes para hacer frente a la inflación que carcome su poder adquisitivo y condena a la pobreza aún a trabajadores registrados. Ello explica en parte el voto de sectores populares, incluso muy empobrecidos, al fascista Milei, pues expresa la bronca que siente una gran parte de nuestro pueblo, que busca castigar tanto al actual gobierno como al anterior de Macri (ver nota  aparte).

            La traición de la burocracia no reconoce límites. Uno de sus mayores exponentes es Luis Barrionuevo, al frente del gremio gastronómico desde 1985, quien luego de haber apoyado la fugaz candidatura de Wado de Pedro, se reunió con Milei tras declarar alegremente que el facho libertario “ganará en primera vuelta”. Según voceros de La Libertad Avanza, en la reunión se analizó “la realidad del mundo laboral en general”, en especial el sector del turismo, hotelería y gastronomía, que tiene más de un millón de trabajadores directos e indirectos.

            Paradojalmente, desde LLA expresaron que Milei tiene como objetivo “dinamizar el sector laboral para que la Argentina vuelva a la senda del crecimiento de la mano del trabajo genuino. Nuestro país no genera trabajo genuino en blanco del sector privado desde 2011”. Y lo dice luego de reunirse con el jefe del gremio que tiene una altísima precarización laboral y trabajo no registrado! 

            Otro que se reunió con Milei fue Gerardo Martínez, de la UOCRA (Construcción), también para hablar del sistema de contratos laborales en ese sector, precisamente con gran porcentaje de trabajo precario y accidentes de trabajo.

            Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano (CGT); Hugo Yasky y Roberto Baradel (CTA de los Trabajadores); y desde los movimientos sociales: Emilio Pérsico (Movimiento Evita), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Juan Carlos Alderete (CCC); apoyan y militan la candidatura de Sergio Massa. Peor aún, los burócratas Barrionuevo y Martínez coquetean con Milei, como antes lo hicieron con Macri.

            Desde las Agrupaciones de Base Clasistas (ABC) y el Partido de la Liberación (PL), llamamos a la clase trabajadora ocupada y desocupada, a quienes sufren la precarización laboral, los bajos salarios y jubilaciones, a no votar a ninguno de esos candidatos, que aún con diferencias, nos proponen más ajuste y pagar sin chistar al FMI.

            Para enfrentar a los monopolios formadores de precios, y tomar medidas  profundas como suspender el pago de la deuda externa, nacionalizar la banca y el comercio exterior, repartir las horas de trabajo para crear un millón de empleos, aumentar salarios, jubilaciones y planes sociales, promover plan de viviendas y alquileres accesibles, entre otras medidas que favorezcan al pueblo, hay que romper con la lógica del ajuste que prometen aquellos candidatos, y votar a la única candidata de izquierda: Myriam Bregman del FITU.

            Y como la salida no vendrá de estas elecciones, habrá seguir en la calle, movilizados por esos reclamos populares.

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