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REVOLUCIÓN RUSA

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El orgullo de sus victorias y el aprendizaje de sus derrotas.

            La URSS significó la concreción de la primera experiencia socialista que venció a toda la alianza imperialista, el aislamiento internacional, llevó adelante la colectivización y estatización de campos que estaban en manos de la clase terrateniente, la estatización de la banca, el modelo de dictadura de proletariado, la industrialización de un ex imperio atrasado. Venció al nazi-fascismo, impulsó avances en salud, educación y hasta los inicio de la exploración del espacio.

            Este ejemplo sirvió a los países asiáticos y a los movimientos revolucionarios latinoamericanos.

            El mundo bipolar condicionó la ambición burguesa que debió ceder en muchas oportunidades ante las presiones de los movimientos obreros, estudiantiles y de mujeres. La URSS era la encarnación de aquel fantasma del comunismo que venía a poner fin al capitalismo y su burguesía internacional.

            La caída de la URSS en 1991 significó el avance burgués con la bandera del neoliberalismo y el “fin de la historia”. El retroceso de reivindicaciones populares, al punto de que en relaciones laborales hemos vuelto a principios del siglo XX y nos amenazan a los trabajadores por la pérdida de derechos.

            La idea de que el fracaso de la URSS es el fracaso del marxismo es parte del discurso oficial del sistema mediante sus medios de comunicación.

            La URSS comenzó un retroceso en el proceso de modificaciones en la colectivización del campo, hacia una más férrea estatización de los mismos. Sostuvo la coexistencia pacífica con EEUU y los partidos comunistas ligados a Moscú mantuvieron políticas reformistas tras la muerte de Stalin y el cambio en la dirección del PCUS. También su relación comercial con los países del bloque socialista  se aproximó a las formas de relación comercial de los países capitalistas, situación que el Che Guevara denunció en el discurso de Argel.

            El proceso en materia de derechos, formación del estado socialista y economía durante el periodo de Lenin y Stalin significaron importantes logros. Así como es necesario aprender de los errores, no hay que olvidar los éxitos.

            El proceso económico hasta mediados de la década de los cincuenta fue un logro monumental. Sobre todo si se tiene en cuenta el esfuerzo que conllevó la segunda guerra mundial y la reconstrucción de Europa oriental.

            Fue el pueblo soviético el que realizo el mayor esfuerzo en la lucha contra el nazi – fascismo. Veinte millones de soviéticos murieron. Este conflicto devasto la URSS que, aunque pudo levantarse nuevamente, generó un impacto negativo con la perdida de cuadros y donde se intensifico la burocracia estatal.

            Sobre la política agrícola ganadera en la URSS, se puede vislumbrar el avance de este estado soviético que intensifico la burocratización tras la muerte de Stalin:

“En 1928 antes de la introducción del primer plan quinquenal, existían en la unión soviética 26 millones  de granjas agrícolas y ganaderas independientes. Con la abolición de la propiedad privada se dividió el territorio en granjas agrícolas de propiedad estatal (sovjos) y granjas agrícolas colectivas (koljoz) las cuales son propietarias de los medios de producción. Las máquinas agrícolas más costosas estaban confiadas a las estaciones de tractores y de maquinaria agrícola (M.T.S.) instituidas en 1927, las cuales proporcionaban las máquinas para su uso a los koljoses; sin embargo; a partir de 1958 los koljoses pudieron adquirir la maquinaria agrícola que necesitaran y se sustituyeran las M.T.S. por estaciones técnicas de reparación y conservación (R.T.S.). Los sovjoses, que eran 4000 antes de la segunda guerra mundial, en 1967 eran 12200; por el contrario los koljoses, que sumaban 242000 en 1937, han disminuido, pero han aumentado en extensión e importancia.”(Monitor, Salvat, 1971, página 6019.)

            Estos datos muestran que mientras disminuían las granjas agrícolas colectivas (su aumento en extensión e importancia se debió a la tecnificación), aumentaban las de propiedad estatal.

            Un estado que se volvió más burocrático y fue copando toda la actividad económica (destruyendo la “democratización de la economía” transformando a la clase obrera soviética en empleados del estado burocratizado) con un capitalismo de estado y que podía conducir al regreso al capitalismo ante una crisis política dentro del PCUS. Más allá que tras la muerte de Stalin marco más decididamente el proceso de retorno al capitalismo, antes se pueden vislumbrar síntomas de esto. El Che Guevara sobre este punto escribió lo siguiente:

“Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin, ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas pero cuyos resultados finales son incalculables. Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la Nueva Política Económica (NEP) han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: La superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura: Se está regresando al capitalismo.” (Ernesto Che Guevara; Apuntes críticos a la Economía Política 1965-1966)

            El Che Guevara planteo esto 26 años antes de la caída de la URSS, una sentencia que no es propio de la clarividencia, sino de estudio y análisis socioeconómico con perspectiva marxista. Más allá de que la NEP fue necesaria, el Che no la critica sino que posteriormente no se logró superar prácticas de tipo capitalista.

            También debemos tener en cuenta las observaciones de Mao Tsé Tung sobre el periodo de Stalin, donde pudo identificar que la lucha de clases continúa durante la dictadura del proletariado.

            Más allá de que el socialismo es el transito al comunismo y que bajo el mismo existen contradicciones,  lucha de clases y sobreviven prácticas de la etapa capitalista (concepto que está ausente en el análisis de los trotskistas argentinos a la hora de analizar la realidad de Cuba o China). Lo que se rescata de las observaciones del Che y Mao es que los soviéticos no lograron avanzar significativamente en este campo de las contradicciones. Es posible que no exista una causa determinada, sino varias: incapacidad de sus cuadros, conveniencia, costumbres o falta de visión del problema. También debieron enfrentar amenazas enormes mucho más urgentes. Pero es evidente que más allá de los entendibles errores de la etapa de Stalin, el proceso de regreso al capitalismo se convirtió en un hecho cada vez más latente cuando los revisionistas liderados por Kruschev tomaron las riendas del PCUS.

            En definitiva los comunistas rusos transformaron el país feudal de Rusia zarista en la primera nación en poner un satélite en el espacio en la década del 50.

            Más allá de las presiones de los países capitalistas existe gran responsabilidad de los Partidos comunistas. Avanzada la guerra fría en sus respectivos países hubo un retroceso y regreso al capitalismo dirigido desde los mismos partidos comunistas. La causa fue el oportunismo de los dirigentes comunistas, la continuidad de prácticas de tipo capitalistas en el manejo de la economía, la presión exterior o un cóctel de todo lo anterior. También el estrecho dogmatismo en muchos casos que seguían a rajatabla a la URSS y la línea que bajaba de Moscú. Sobre esto Mao Tsé Tung señalaba que “La experiencia de cualquier país extranjero sólo puede servir de referencia y no debe ser tomada como dogma. Es imperativo integrar estos dos aspectos: la verdad universal del marxismo-leninismo y las condiciones concretas del propio país.”

            No alcanza con la toma del aparato del estado y aplicar medidas de tendencia socialista. Las mismas deben ir acompañadas de la destrucción de las prácticas capitalistas (teniendo en cuenta que la lucha de clases no termina y que la agresión imperialista se intensifica) y practicar la educación comunista en la formación del hombre nuevo. Aunque eso es materia de otros escritos, se aprecia en este análisis reivindicar los aportes dos grandes pensadores que aportaron al marxismo fuera de la URSS: Mao y el comandante Che Guevara.

            La historia de la Unión Soviética significa no solo que es posible vencer al capitalismo, sino también en qué aspectos hay que prestar atención para ir más allá.

            El pueblo de Rusia demostró que además de necesario, es posible tomar las riendas del destino, escribir la historia y construir el socialismo. Lo que ocurrió después es para el análisis, es duro aprendizaje que marca un duro compromiso. Los pueblos del mundo pueden y deben terminar con el capitalismo.

            Para finalizar citamos a Lenin, un fragmento de un discurso pronunciado el 14 de octubre de 1921:

“No importa que la burguesía y los pacifistas, los generales y los pequeños burgueses, los capitalistas y los filisteos, todos los cristianos creyentes y todos los caballeros de la II Internacional y de la Internacional II y media lancen rabiosas imprecaciones contra esta revolución. Con torrentes de rabia, de calumnias y de mentiras no podrán enturbiar el hecho histórico universal de que, por primera vez después de siglos y milenios, los esclavos han respondido a la guerra entre esclavistas proclamando abiertamente esta consigna: transformemos esa guerra entre esclavistas por el reparto del botín en una guerra de los esclavos de todas las naciones contra los esclavistas de todas las naciones.

Por primera vez después de siglos y milenios, esta consigna ha dejado de ser una espera vaga e impotente para convertirse en un programa político claro y preciso, en una lucha enérgica de millones de oprimidos dirigida por el proletariado; se ha convertido en la primera victoria del proletariado, en el primer triunfo en la obra de acabar con las guerras, en un triunfo de la alianza de los obreros de todos los países sobre la alianza de la burguesía de las distintas naciones, de la burguesía que hace unas veces la paz y otras la guerra a costa de los esclavos del capital, a costa de los obreros asalariados, a costa de los campesinos, a costa de los trabajadores.

Esta primera victoria no es aún la victoria definitiva, y nuestra Revolución de Octubre la ha conseguido con dolores y dificultades sin precedentes, con inauditos sufrimientos, con una serie de graves desaciertos y errores nuestros. ¡Hubiera sido demasiado desear que un pueblo atrasado triunfase sin desaciertos y sin errores sobre las guerras imperialistas de los países más poderosos y avanzados del globo! No tememos reconocer nuestros errores y los examinaremos serenamente para aprender a corregirlos. Pero los hechos son elocuentes: por primera vez en siglos y milenios, la promesa de “responder” a la guerra entre esclavistas con la revolución de los esclavos contra todo género de esclavistas se ha cumplido hasta el fin… y se cumple contra viento y marea.”

MARTÍN SERRUDO

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