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¿Los jóvenes de La Cámpora ya están viejos o se han anquilosado en cargos y sus viejas ideas democrático burguesas?

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DEBATE POLÍTICA JUVENIL

            La Cámpora es una agrupación perteneciente hoy al Frente de Todos, fue parte del Frente para la Victoria y uno de los grandes apoyos que tuvo y tiene Cristina Fernández de Kirchner. Dicha agrupación tiene sus orígenes durante el gobierno del difunto Néstor Kirchner y llegó a consolidar su preponderancia dentro del movimiento kirchnerista luego del conflicto con el campo a raíz de las retenciones hacia la soja.

            Gran parte del atractivo de esta agrupación se debió a la cantidad de iniciativas de trabajo en el territorio de cada una de las “unidades básicas” o de su aporte en lugares donde ocurrieron acontecimientos como por ejemplo inundaciones o su servicio al pintado de escuelas. Esta movilización y trabajo práctico sedujo a los jóvenes quienes vieron en la Cámpora una forma de incorporarse a la política, una alternativa superadora a la histórica JP. Erróneamente consideraron a esta opción como si fuera “revolucionaria”, calificamos de errónea esta postura ya que ideológicamente su línea es socialdemócrata-reformista y a su vez carecen de teoría revolucionaria (como dirían Lenin y Stalin es una de las bases para cualquier movimiento revolucionario).

            Amén de la crítica ideológica que podamos realizar, debemos resaltar un aspecto igual de nefasto y preocupante: estamos hablando de enquistamiento de muchos de los dirigentes de la Cámpora en cargos públicos, sea en ministerios, cámaras legislativas, etc. Durante los últimos años, muy en especial durante segundo mandato de Cristina y el actual Alberto Fernández se amplificó de manera llamativa la cantidad de miembros del grupo (en especial de sus dirigentes y fundadores) que ocuparían puestos, principalmente debido a su lealtad y procedencia y no por su idoneidad. Tenemos que resaltar también que en este momento se está utilizando esta cuestión como presión para que el gobierno consiga los apoyos que necesita de los sectores kirchneristas. Hace unos días Máximo Kirchner (considerado el máximo referente de La Cámpora) renunció a la presidencia del bloque de diputados alegando diferencias ideológicas. Pueden ser medidas de presión dentro del gobierno buscando aumentar fuerza propia teniendo en cuenta las futuras elecciones.

            No solo Máximo es ejemplo de este anquilosamiento y aburguesamiento, podemos citar a Andrés Larroque quien fuere diputado y ministro (siendo secretario general de la Campora), Mayra Mendoza quien es intendente de Quilmes  y podríamos continuar con un listado. Estos nombres fue a título de ejemplo. Acompañando este problema tenemos también la expansión de su ideología socialdemócrata-burguesa que produce un retroceso en el desarrollo subjetivo de condiciones para un hipotético movimiento revolucionario e invitan a la gente a considerar que las opciones que superen el capitalismo no son posibles y lo único que se puede hacer es votar y optar por alternativas de “capitalismo con rostro humano” y que lo más viable es el reformismo que busca suavizar el conflicto social evitando la lucha de clases y cambiándola por una conducta conformista y haciendo flamear las banderas de la conciliación de clases.
Como PL nos negamos a aceptar posturas conformistas y más aún cuando somos conscientes de que el desarrollo de las condiciones objetivas para la revolución es un proceso indetenible (como diría Enver Hoxha en “eurocomunismo es anticomunismo”), proclamamos la necesidad de luchas por la verdadera liberación nacional de las garras del imperialismo, la necesidad de convertirnos a una economía encaminada hacia el socialismo y la construcción de una política real atenta a las necesidades del pueblo.

            Es de destacar que el PL continua construyéndose y ampliando sus zonas de influencia, teniendo una firme conducción y línea que se trabaja a través del centralismo democrático procurando formar a los militantes justamente para evitar los procesos de burocratización que venimos denunciando. Por eso más que nunca hacemos un llamamiento a continuar redoblando esfuerzos en la formación personal (teórica y práctica) y tratar de captar más militantes para asegurar un continuo crecimiento de nuestras capacidades tácticas y estratégicas. 

LULO MALESSORI

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