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Los vetos de Macri

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El gobierno ya anunció que vetará la ley de Emergencia Tarifaria que tuvo media sanción en Diputados por 133 votos contra 94, mostrando nuevamente su insensibilidad frente a los problemas acuciantes de la población. Sería la octava vez que Macri usa esa prerrogativa desde que es presidente. Anteriormente, vetó totalmente cuatro proyectos y en otros tres dejó sin efecto parte del articulado.

En apenas 13 meses Macri ya había superado a su antecesora Cristina Fernández de Kirchner en el número de vetos totales a leyes aprobadas en el Congreso. La ex mandataria observó 3 leyes en 8 años al frente del Ejecutivo, decisiones que fueron duramente criticadas por la oposición, en particular cuando dejó sin efecto el 82% móvil para las jubilaciones.

En mayo de 2016 el Congreso aprobó la ley de emergencia ocupacional impulsada por las centrales sindicales y en la que se establecía la doble indemnización en caso de despidos, buscando morigerar las cesantías. Macri decidió observarla en su totalidad, repitiendo la justificación neoliberal de que imponer trabas para echar trabajadores desalentaría la contratación de nuevos.

Ese mismo año el Ejecutivo dejó completamente sin efecto una ley que establecía el “salario mínimo profesional” que había sido eliminada por la dictadura y que fijaba un piso para los salarios por actividad; en el decreto 1283 que observa la totalidad del proyecto, Macri justifica su decisión en la “rigidez y antigüedad conceptual” de la norma, que sería “contraria al modelo racional y moderno de legislación laboral”.

Otra norma que cayó bajo la anulación macrista fue la que consagraba la “protección integral psicofísica de las personas portadoras de trombofilia”.

El cuarto veto total fue para la ley que declaraba de interés público y sujeto a expropiación el inmueble donde desde 2001 la Cooperativa Buenos Aires Una Empresa Nacional (BAUEN) mantiene en funcionamiento un hotel sobre avenida Callao y asegura la continuidad de los puestos de trabajo, luego de que los antiguos dueños lo abandonaran. La fundamentación del decreto alcanza niveles notables de cinismo: según el gobierno, no correspondía hacer lugar a la norma porque resultaría en beneficio de “un grupo particularizado” y “sin traducirse en beneficio de la comunidad en general”. Tales argumentos de parte de un gobierno que perdona deudas de los grandes evasores (incluyendo a familiares de los propios funcionarios), carece de legitimidad moral para aducir algo así.

Macri vetó parcialmente la ley que establecía un régimen jubilatorio especial para los ex Combatientes de Malvinas; en concreto, eliminó la cláusula que fijaba un monto mínimo para esas jubilaciones.

También eliminó dos artículos de la Ley de Promoción de la Industria Naval y varios puntos de la norma que regula los Honorarios Profesionales de Abogados, Procuradores y Auxiliares de la Justicia Nacional y Federal.

 

COMO JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO

Macri ya traía una frondosa experiencia en rechazar normas aprobadas en los órganos legislativos; como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires vetó total o parcialmente ¡128 normas!

En esa multitud de normas eliminadas o mutiladas, se destaca la que establecía el aborto no punible en la Ciudad de acuerdo con el fallo de la Corte Suprema. También eliminó buena parte del articulado de otra ley que establecía pautas para regular la publicidad oficial.

El repaso de los vetos firmados por Macri deja en claro que está dispuesto a usar esa prerrogativa en contra de los trabajadores.

Ahora que está a un paso de que el Congreso ponga un límite modesto a los tarifazos, retrotrayendo las tarifas al año pasado y poniendo un límite a los incrementos en función de la evolución del salario, el gobierno vuelve a demostrar su predilección por favorecer a los sectores más concentrados.

Antes de que Macri vetara la ley llamada “antidespidos”, las centrales sindicales habían prometido que convocarían a un paro nacional si eso ocurría; sin embargo, Macri lo hizo y los dirigentes no cumplieron con su amenaza.

Hoy se repite ese duelo, con Pablo Moyano y Hugo Yasky asegurando que habrá paro si hay veto.

Esta no es la única causa por la cual el movimiento obrero necesita de un plan de lucha y una medida contundente: los despidos, los recortes, la reforma previsional, entre otras medidas antipopulares, ya ameritan hace rato una respuesta en la calle mucho más firme.

 

MARÍA ALANIZ

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