SÍGANOS EN

Declaraciones

Frente antiimperialista para soluciones de fondo a la crisis del capitalismo dependiente y neocolonial

Publicado

el

RESOLUCIÓN POLÍTICA DEL XIV CONGRESO NACIONAL DEL PL

1.- Introducción de política regional e internacional.

En medio de un panorama complicado, sin embargo, hay muchos factores positivos en el contexto regional y mundial.

Es muy bueno que la revolución cubana haya cumplido 61 años de socialismo, aún en las condiciones muy duras que le impone el bloqueo y las agresiones redobladas por la administración Trump. Es también muy bueno que el año 2019 se cerrara con un fortalecimiento político del presidente venezolano Nicolás Maduro, con las acciones en baja del golpismo del títere Juan Guaidó y los planes injerencistas de EE UU.

ambién han estallado heroicas rebeliones populares en Chile, Ecuador, Haití y Colombia; sobre todo la chilena nos parece la más valiosa, política y prolongada. Fue importante la derrota política y electoral de Mauricio Macri en Argentina, como un ícono del neoliberalismo que cayó repudiado por la mayoría de nuestro pueblo.

El imperialismo yanqui se ha aislado políticamente a nivel continental por sus acciones expoliadoras, agresivas, invasoras, terroristas, atentatorias de la paz mundial y hasta del cuidado del medio ambiente.

En países imperialistas como Francia hubo muchas protestas de los “chalecos amarillos” y actualmente hay huelgas prolongadas por los derechos previsionales, un tema de importancia también para el pueblo argentino al que acecha el FMI con planes de ajuste contra los jubilados y pensionados.

Vemos con optimismo la continuidad del socialismo en China, que en los últimos 40 años ha sacado de la pobreza a 740 millones de personas según el Banco Mundial y se ha convertido en un país de avanzado desarrollo económico, industrial y tecnológico. Eso explica la agresividad y sanciones de EE UU, que no han podido detener a ese gran país socialista.

En Irán y Siria han fracasado los planes políticos y militares del imperialismo y el sionismo, lo mismo que sus ayudantes terroristas del ISIS, Daesh e ISIS. El presidente sirio Bashar Al Assad sigue en su puesto pese a una guerra e intervención militar yanqui y de la OTAN desde 2011. Y la República Islámica de Irán va a cumplir 41 años en febrero próximo y viene fracasando la estrategia de destruirla con sanciones económicas, campaña de demonización mundial y agresiones de EE UU y la OTAN.

En esa última línea se inscribe el brutal asesinato del general iraní Qasem Soleimani y otras nueve personas en Bagdad por orden de Donald Trump, con uso de drones y misiles yanquis. Irán ha dicho que ese crimen será vengado y está bien que así sea, para que el imperialismo y el sionismo, más su auxiliar, el reino de Arabia Saudita, paguen sus culpas.

Los logros enumerados al principio tienen su contracara, porque Washington y sus aliados mantienen su política de agresión contra los gobiernos populares. Por eso apelan a sanciones y crímenes contra Irán, al recrudecimiento del bloqueo contra Cuba y Venezuela, a los aranceles y campañas contra Beijing a raíz de los avances de la empresa cooperativa Huawei y la calidad tecnológica de China, etc. Continúan las agresiones de Israel contra los palestinos y hubo un golpe de Estado fascista en Bolivia contra Evo Morales.

Y tanto la golpista Áñez en Bolivia, como los presidentes de Chile, Ecuador, Colombia y Haití ordenan crímenes, secuestros, torturas, desapariciones, heridos y presos contra sus respectivos pueblos. Lo hacen en una especie de nuevo “Plan Cóndor” de tiempos dictatoriales en la región, en alianza con el Departamento de Estado, el Pentágono y el Comando Sur estadounidense.

Eso demuestra que hace falta redoblar la lucha por un frente antiimperialista regional y mundial. Y también la necesidad de formar un amplio y plural movimiento en defensa de la paz mundial amenazada por Trump y sus laderos Johnson, Merkel, Macron y la OTAN en Europa, con la ayuda de Netanyahu y la dinastía saudita en Medio Oriente, y por los Bolsonazi, Piñera, Duque, Moreno, Vizcarra y otros miembros del Cartel de Lima de la OEA.

En esta región y este mundo se inscribe nuestra lucha internacionalista y patriótica, antiimperialista y por el socialismo. Tiene elementos favorables y otros muy peligrosos. Está en nuestros pueblos y sus organizaciones políticas y sociales el poder unirse y organizarse mejor para dar todas las batallas necesarias para avanzar en un sentido favorable a la revolución, el progreso y la paz mundial.

2.- Balance del gobierno de Macri.

La alianza del PRO-Cambiemos y rebautizada Juntos por el Cambio antes de su desastre electoral de agosto y octubre de 2019, deja el país en ruinas.

El PL no está sorprendido por ese desastre porque lo denunció desde el mismo momento en que ese representante del gran capital especulativo asumió la presidencia. El documento del XIII Congreso Nacional del PL, en diciembre de 2015, planteaba:  “A pocos días ya se pudo comprobar qué significaba “Cambiemos”: decretos de necesidad y urgencia, violación de la ley de medios, búsqueda de una Corte Suprema adicta, miles de cesantías, represión, devaluación del peso del 40 por ciento, quita de retenciones para los sojeros, crecimiento importante de los precios, incluso de los alimentos; anuncios de tarifazos en luz y gas, y una política exterior contraria a la Patria Grande Latinoamericana, bien ‘lamebotas yanqui’ de los EE UU”.

El análisis de clase, marxista-leninista, nos permitió anticipar lo que se venía. Hoy los hechos lo comprueban fehacientemente.

Macri asumió con un PBI que con Cristina Fernández venía creciendo 2 o 3 puntos anuales, y dejó una pérdida de más de 4 puntos (en 2019, caída del 3.1 por ciento), tras cuatro años de continua recesión, excepto un pequeño crecimiento en 2017.  Había en 2015 un desempleo del 5,9 por ciento y con Macri aumentó al 10,6 por ciento, con una pérdida neta de 224.000 empleos, de los cuales 158.000 fueron en la industria según cifras oficiales del INDEC. Esto fue producto de la profunda recesión y caída del consumo, pero también de la apertura generalizada de las importaciones y el perjuicio a la producción nacional.

El gobierno de los CEOs, o de los ricos, encontró un nivel de pobreza del 25 por ciento y lo llevó al 40,8 por ciento, según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA. La manifestación más dolorosa de esa pobreza e indigencia que fulmina a 18 millones de compatriotas es el hambre que padece la franja más vulnerable. El 52,7 por ciento de los niños y las niñas, además de tantos jubilados y otros segmentos muy humildes, no acceden a las cuatro comidas diarias. El Congreso aprobó en 2019 una declaración de la emergencia alimentaria, resistida largo tiempo por el macrismo, para aumentar los fondos del Estado a comedores populares y escolares, pagar un bono a los desocupados, etc. Pero en relación a la niñez es un aumento insuficiente: de 27 a 45 pesos por cada niño o niña en esos comedores. El presidente Alberto Fernández creó un Programa Nacional contra el Hambre para combatir este flagelo que afecta a tantas familias en el país que produce alimentos para 400 millones de personas.

Otro sector muy castigado por el gobierno de los monopolios nacionales y extranjeros fueron las Pymes, una de cuyas organizaciones -Apyme- denunció el cierre de casi 50 establecimientos por día. Esto fue doblemente grave, porque elimina a los sectores productivos menos concentrados y que proveen el 70 por ciento del empleo.

Fue una mentira monumental la promesa de Macri de la “pobreza cero”. Al contrario, generalizó la pobreza y aumentó a full las ganancias de los sectores más adinerados. Los bancos privados en noviembre de 2019 ganaron 24.081 millones de pesos, 133 por ciento más que un año atrás. En los últimos doce meses acumularon una utilidad de 243.688 millones de pesos.

Si de ganancias de los súper ricos hablamos, imposible no mencionar los dividendos de los sojeros, banqueros, exportadores, dueños de las energéticas, gasíferas y petroleras beneficiadas por la dolarización y las devaluaciones del peso.

Macri asumió con un dólar a 9,75 pesos y tras su derrota en las PASO en agosto de 2019 el billete se cotizó a 63 pesos, lo que redondea una devaluación del 600 por ciento. De ese modo se apreciaron de manera superlativa los fondeos y portafolios de aquellos sectores, mientras los sueldos en pesos bajaban de 440 dólares en 2008 a 200 en 2019. El fuerte impacto de las devaluaciones en el precio de alimentos, servicios, medicamentos y componentes importados le dio más vuelo a la inflación. Macri llegó a la Casa Rosada con un 22 por ciento anual y la llevó al 55 por ciento con que culminará 2019. En 2020 será del 40,5. Según él era un problema muy fácil de solucionar…

Sus amigos Marcelo Midlin, Nicolás Caputo, Juan J. Aranguren y otros dueños de las eléctricas, gasíferas y petroleras también ganaron fortunas. “Según el Observatorio Energético (OETEC)  dirigido por Federico Bernal, entre Pampa Energía, Central Puerto, Transener, TGN y TGS, Edenor y GESA, más cuatro distribuidoras de gas y dos petroleras, Tecpetrol y PAE, en los dos últimos años ganaron 175.507millones de pesos o sea 5.786 millones de dólares” (LIBERACIÓN 360, agosto de 2019, “Hay que nacionalizar la energía”).

Como no sólo de pan vive el hombre, al PL también le importan otras cuestiones políticas importantes.

Por ejemplo, le duele mucho la existencia de presos políticos, el rol represivo de Gendarmería, Prefectura y PSA contra los pueblos mapuches en Chubut y Río Negro, la desaparición forzada de Santiago Maldonado, la detención de Facundo Jones Huala y el asesinato de Rafael Nahuel, entre muchos casos de “gatillo fácil”. Otro tanto con las prisiones y causas inventadas contra Milagro Sala y otras compañeras de la Tupac Amaru en Jujuy, contra Fernando Esteche en la causa del Memorándum con Irán, a quien detuvieron en diciembre de 2017 y liberaron luego de dos años; la persecución contra  Amado Boudou y otros exfuncionarios kirchneristas como Julio de Vido, quien pudo acceder a fines de 2019 al beneficio de la prisión domiciliaria, luego de más de dos años de detención.

Fueron varios los intentos de llevarse puesta a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. No tuvieron éxito, pero sí están presos esos compañeros y compañeras, lo mismo que Milagro, Boudou y Luis D’Elía.

Hubo fuertes operativos de represión policial, como el utilizado para aprobar la ley de ajuste contra los jubilados, en diciembre de 2017 frente al Congreso. También se reprimió en otras provincias: en Chubut contra los docentes, Córdoba contra trabajadores lucifuercistas, Buenos Aires contra los obreros de Cresta Roja, CABA contra ATE Capital, etc.

En esos operativos antidemocráticos se usaron equipos y técnicas aprendidas en cursos de formación con policías y agentes israelíes del Mossad, del FBI y la DEA, que son parte de los acuerdos políticos de Macri y Patricia Bullrich con Trump y Benjamin Netanyahu. Han colocado al país como furgón de cola del imperio y el sionismo, así como del Cartel de Lima contra Venezuela y Cuba. Declararon “organización terrorista” a Hezbollah, que no lo es ni siquiera para la ONU. Disolvieron la UNASUR, entregando aún más la causa de Malvinas a los negocios y el saqueo petrolero del imperio británico, etc.

Una de las muestras más patentes de la entrega del país, íntimamente combinada con la pobreza y la miseria para el pueblo, son los acuerdos firmados en 2018 con el Fondo Monetario Internacional, una entidad y palabra maldita en la Argentina luego de numerosas crisis, especialmente la de diciembre de 2001, provocadas por los ajustes de ese organismo. Macri puso al FMI a cogobernar con sus condicionamientos, recortes y mayor dependencia, aumentando en forma muy grave la ya enorme deuda externa.

Ese crédito a Macri fue por 57.100 millones de dólares y ni siquiera una pequeña parte de esa suma fue destinada a hacer una escuela, un hospital, una ruta o un puente. El grueso del endeudamiento fue fugado al exterior: 92.000 millones de dólares según la Universidad Metropolitana de Educación y el Trabajo (UMET). Más las divisas del turismo y los intereses totales, la fuga llegó a 133.000 millones. Es una pesada hipoteca que arruina a los argentinos y reclama una solución popular y antiimperialista.

La situación ha llegado a ribetes de desastre, con los perjudicados de siempre, desde la clase obrera y demás trabajadores, hasta la clase media y las Pymes, y siguiendo hasta la burguesía nacional, en ese orden de perjuicios.

Macri llegó al final de su mandato, cuando lo lógico hubiera sido echarlo mucho antes con la rebelión popular y otro Argentinazo, como propuso en soledad el Partido de la Liberación (PL). El exministro de Hacienda de Macri, Nicolás Dujovne, declaró que era la primera vez que se hacía un ajuste tan grande sin que cayera el gobierno que lo llevaba adelante.

En efecto. Ese gobierno de CEOs debió ser echado con puebladas, pero lamentablemente no las hubo con ese objetivo político, no tanto por las limitaciones de los sectores obreros y populares, sino sobre todo por las decisiones políticas de los dirigentes del peronismo, el massismo y también el kirchnerismo. Ellos frenaron esas luchas y fueron encauzando las protestas cada vez más lejos de las calles, para centrarlas en lo electoral.

Lo bueno es que, aún con esos límites, el gobierno de Macri fue liquidado electoralmente en las primarias o PASO de Agosto como en las nacionales del 27 de octubre. Y así el Frente de Todos asumió el 10 de diciembre con mucha expectativa popular.

Nos congratulamos de la derrota de Macri, que alivia a Argentina y a la Patria Grande. Al mismo tiempo somos realistas y decimos que el neoliberalismo no ha terminado ni mucho menos. Que los monopolios, bancos y terratenientes siguen teniendo los resortes económicos más importantes en sus manos. Que el capital financiero sigue asfixiando al país por medio del FMI. Y que la derecha política reaccionaria sigue teniendo poder no sólo con sus bancadas parlamentarias sino también con los medios concentrados de incomunicación, la justicia cómplice y sus personeros en las Fuerzas Armadas, de seguridad y agencias de espionaje.

Como diría el gran Agustín Tosco, “la lucha continúa”.

3. El gobierno de los Fernández.

El 11 de agosto de 2019 en las PASO la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner le ganó a la de Macri-Pichetto por 16 puntos, más de 4 millones de votos. Y salvo en Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires, el Frente de Todos triunfó en todo el país, incluyendo la provincia de Buenos Aires donde vota el 38 por ciento del padrón total.

El gobierno de Cambiemos siguió, tras la derrota, aplicando sus recetas de ajuste, déficit cero, devaluación y altas tasas de interés, y demorando la emergencia alimentaria. Por eso Fernández-Fernández son los nuevos presidente y vice, y Kicillof gobernador de Buenos Aires, con bancadas mayoritarias en el Congreso, luego de su victoria del 27 de octubre de ese año, más apretada que la anterior (8 puntos de ventaja a nivel presidencial). El PL votó en forma crítica para sacar a Macri y coherente con eso estuvo en la Plaza de Mayo el 10 de diciembre junto al pueblo para acompañar la asunción de las nuevas autoridades.

Para entender y anticipar qué clase de gobierno será, tenemos de referencia los gobiernos kirchneristas desde 2003 hasta 2015, con los cambios y novedades de la actualidad. La historia no se repetirá igual, pero nos da ciertas pistas políticas.

En esos doce años, junto con muchas mejoras en la situación de los trabajadores y amplias capas populares, y de una cuota de mayor soberanía frente al imperialismo, esos gobiernos tuvieron severos límites políticos y de clase que frustraron la realización de cambios sociales más profundos y duraderos. Y al final de esa etapa pusieron a Daniel Scioli como candidato, un dirigente de centro-derecha que venía de gobernar dos veces en pésima forma la provincia de Buenos Aires. Fue derrotado por Macri en el balotaje, abriendo paso a la tragedia que vivimos por cuatro años.

Entre Alberto Fernández y la expresidenta, el PL se quedaba toda la vida con Cristina, que gobernó dos veces y tuvo sus enfrentamientos con monopolios como Clarín, los bancos y dueños de las AFJP, los sojeros de la Mesa de Enlace a raíz de las retenciones, la corporación judicial, el FMI, los “fondos buitres” y multinacionales que radicaban sus demandas ante el CIADI, el tribunal arbitral del Banco Mundial.

Cristina evaluó que si ella iba de candidata a presidente podía perder ante una coalición de la derecha y el centro coaligados en su contra. Y no se arriesgó, fue a lo seguro: dio un paso atrás y regaló el protagonismo y las decisiones más importantes a AF, quien llamó a los gobernadores de derecha como Juan Manzur de Tucumán, a la derecha peronista del PJ y a los que se habían ido antes como Sergio Massa, de activa colaboración con Macri en 2016 y 2017.

Así se conformó el Frente de Todos, como una coalición de tres patas: el peronismo tradicional del PJ, el kirchnerismo y el massismo del Frente Renovador.

El gobierno recién asumido se ubica a la derecha de los de Néstor Kirchner en 2003 y del que presidía Cristina, en particular desde 2009 en adelante. Como Argentina da sorpresas, también puede desairar este análisis, pero en principio el PL sostiene que el flamante gobierno estará ubicado en posiciones más de centro que el kirchnerismo o progresismo de la “década ganada”.

Eso surge de ese armado político de tres patas, pero también del análisis de la trayectoria política del actual presidente. Fernández fue jefe de gabinete de Kirchner con vínculos con Clarín, la Unión Industrial y la Mesa de Enlace sojera, a los que ahora invitó a unirse en un gobierno “de todos”. Ya se reunió dos veces con los enviados del FMI en Buenos Aires, quiere la unidad del Mercosur con la Unión Europea y ha pedido una “relación madura” con la administración Trump.

Un tema importante de política internacional es que Fernández negó solidaridad a Venezuela, víctima de una campaña de agresión, bloqueo y peligro de intervención militar tras la activación del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca). Declaró que el gobierno de Maduro es un “régimen autoritario”, avalando el mentiroso y unilateral informe de Michelle Bachelet, “baja comisionada” de derechos humanos de la ONU. Y el 5 de enero, en vez de apoyar la asunción de una nueva comisión directiva en la Asamblea Legislativa de Venezuela, opositora pero sin el golpista Guaidó, emitió por medio del canciller Felipe Solá un comunicado oficial que en los hechos cuestiona a Maduro. Esto mereció elogios del propio Guaidó y del fascista yanqui Elliot Abrams.

Por su negativa a admitir que hay presos políticos, a cambiar la estructura del Poder Judicial, a promover una nueva ley de medios de comunicación audiovisuales y a analizar el no pago de la deuda externa con el FMI, etc, el PL advierte que el gobierno del FDT no será una solución a los graves problemas argentinos.

Será sí un alivio a la pérdida de poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, una mejoría a los jubilados con dos bonos para quienes ganan la mínima, pero al costo de suspender por 6 meses la fórmula de movilidad jubilatoria, todo un gesto hacia el FMI. Dio un levísimo recorte del 8 por ciento en el precio de los medicamentos, que mucho no se está cumpliendo y que no compensa el enorme aumento que hubo en este rubro, de entre el 350 y el 500 por ciento en los cuatro años de Macri.

Se otorgaron créditos y ayuda a la producción de las Pymes y la industria, desde las pequeñas hasta los monopolios. Las tasas de interés siguen siendo altas pero fueron bajadas al 55 por ciento anual (eran del 80 por ciento con Macri).

Los trabajadores también van a recibir pequeños aumentos salariales por decreto en dos veces, a cambio de postergar en general las paritarias por 6 meses. Eso no permitirá recuperar todo lo perdido con Macri. Y habrá topes derivados del nuevo “Pacto Social responsable” que impulsa el presidente con los monopolios de la UIA y los burócratas sindicales de la CGT.

Obvio que en política internacional es preferible sintonizar con el gobierno de centro de AMLO en México, en el “Grupo de Puebla”, como plantean los Fernández, que ser peones de Trump y el Cartel de Lima, como era la política macrista.

Aunque el FDT no pensaba hacer una reforma judicial, en su discurso de asunción el presidente dijo que enviaría un proyecto de reforma de la Justicia y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Presionará sobre el núcleo militante del macrismo, como Bonadío y Stornelli, y quizás logre algunos alejamientos de miembros conspicuos de esa pata más podrida de Comodoro Py, como ya sucedió con la jubilación del fiscal Germán Moldes. Alguna mejoría habrá en esa cloaca. Y si bien los presos políticos no van a recuperar la libertad, esos cambios de magistrados y cámaras pueden disponer algunas libertades como las que ya se dieron, para Esteche y Gerardo Ferreyra, y que otros vayan a prisión domiciliaria como De Vido y Roberto Baratta. AF se ha pronunciado en numerosas oportunidades en contra de la “doctrina Irurzún”, por lo que pueden ponerse límites a los abusos de las prisiones preventivas.

De allí a tener un Poder Judicial democrático y que sirva al pueblo, distará un montón, pues Irurzún fue ratificado como presidente de la Cámara Federal de la Capital.

Massa como presidente de la Cámara de Diputados es señal de lo poco que se puede esperar de ese Congreso. Junto con Alberto Fernández enfrentó a Cristina en 2013, 2015 y 2017, y estuvo trenzando con Schiaretti, Pichetto y Urtubey en “Compromiso Federal” hasta último momento antes de las elecciones de 2019. Es el hombre de la embajada yanqui en nuestro país.

Las alianzas previsibles con los monopolios de la UIA y su búsqueda de acuerdos con la Mesa de Enlace no son de nuestro agrado; tampoco lo son los preacuerdos que tejieron con las mineras y con las petroleras que operan en Vaca Muerta y otras regiones. “No tengo nada contra las petroleras multinacionales” aclaró el entonces presidenciable en España y lo reiteró en el reportaje que le concedió a Joaquín Morales Solá en TN. Tuvo siempre un vínculo privilegiado con Clarín, renovado ahora en reuniones con Héctor Magnetto y Jorge Rendo, y con su participación en el seminario de Clarín “Democracia y Desarrollo” en el Malba, junto a Macri.

Para formar su polo de poder Fernández tejió un vínculo especial con Manzur, el derechoso y millonario gobernador de Tucumán, provincia donde no rige ni siquiera el aborto permitido por el Código Penal, como se vio el año pasado en el caso de una nena de once años, violada y embarazada. Detrás suyo están los derechosos mandatarios de Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, Chubut, Misiones, Formosa y hasta Schiaretti, de Córdoba, quien hizo lista corta en agosto y octubre para no votar al Frente de Todos. AF cultivó sin mayor éxito la relación con el cordobés, el gobernador del PJ más amigo de Macri.

De todas las limitaciones de programa y acción de gobierno, la que más nos preocupa es la de la deuda externa. Hoy se deben casi 400.000 millones de dólares y el segmento prestado por el FMI es el que mejor se puede atacar, para dejar de pagar. Es que fue contraído violando leyes, decretos y hasta la Constitución Nacional, que establece en el artículo 75, inciso 4, que “Corresponde al Congreso: … Contraer empréstitos sobre el Crédito de la Nación”.

Las acciones judiciales emprendidas por Pedro Biscay, exdirector del Banco Central, el “vasco” Eduardo Murúa, del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, y Eduardo Codianni, exsubgerente de Derechos Humanos del Banco Central, pusieron de relieve las irregularidades e ilegalidades en la tramitación de ese crédito.

Otra acción en el mismo sentido cuestionador de la legalidad de esa deuda, fue presentada judicialmente por el exdiputado nacional Claudio Lozano.

Pero en lugar de cuestionar la deuda por odiosa e ilegal, Fernández admitió su legalidad, declaró que quiere pagarla y regatea la forma de pago sin siquiera pedir una quita al FMI. Este organismo, en cambio, le reclama una quita de la deuda con los acreedores privados, para que atesore más dólares y le pague más a la entidad hoy regenteada por Kristalina Georgieva.

Una nueva demostración de que el gobierno de Fernández es una mejora respecto a Macri, pero no viene con soluciones a la crisis. Para ello hacen falta medidas de fondo, antimonopólicas y antiimperialistas.

Para el ministerio de Economía, Alberto dijo que sería un honor contar con Roberto Lavagna, el ex ministro que Néstor Kirchner echó en 2005, apenas producida la cumbre contra el ALCA en Mar del Plata, porque “hablaba mucho y tomaba café con los formadores de precios”. Fue mejor la designación en esa cartera de Martín Guzmán, quien había propuesto no pagar la deuda externa por tres años. En Desarrollo Productivo nombró a Matías Kulfas, un economista de centro. Guillermo Nielsen, ex candidato a jefe de gobierno del Frente Renovador en CABA en 2017 y que calificó de “ignorante” a Axel Kicillof, estaba nominado para alguno de esos cargos. Por suerte no fueron para él, pero puede hacer muchísimo daño como nuevo presidente de YPF, la principal empresa del país. Ya anunció un plan a la medida de las multinacionales en Vaca Muerta: libre disponibilidad de divisas, reintegros y subsidios del Estado, rebajas impositivas, actualización del precio de combustibles, etc.     

Solá es el canciller. Ha mezclado buenas y malas, como su efímera propuesta de recrear la Junta Nacional de Granos, que murió antes de nacer. Pero también fue el que autorizó el uso de semillas transgénicas como secretario de Agricultura de Carlos Menem y fue gobernador de Buenos Aires cuando asesinaron a Kosteky y Santillán. Al igual que AF, fue enemigo de las mejores medidas del cristinismo entre 2009 y 2013, y luego siguió por esa senda antikirchnerista, al lado de Massa.

Ahora como canciller dispuso permanecer dentro del Cartel de Lima de la OEA, estuvo de acuerdo en mantener a Hezbollah como “organización terrorista”, quiso ponerle mordaza a Evo Morales como refugiado político, no condenó el crimen de Trump contra el general iraní Soleimani y cuestionó otra vez a Maduro en beneficio de Guaidó.

De este gabinete no se pueden esperar muchas medidas favorables a la clase obrera. Puede haber alivios transitorios, pero luego, si las dificultades se mantienen, pueden venir ajustes y reformas de los convenios laborales, como lo admitió recientemente Héctor Daer, en el marco del “Pacto Social” pro-monopolios. La UIA pide una reforma laboral a fondo y AF le dice que eso debe esperar, pero que es admisible comenzar con reformas convenio por convenio, como ya claudicaron los burócratas de Petroleros Privados, SMATA, UOCRA y otros sindicatos.

Lo que decimos no es de “gorilas”, es la pura verdad. Está en el ADN y la historia del peronismo. Subordinaron a la clase obrera a la burguesía nacional entre 1945 y 1955, y de allí en adelante lo hicieron con la gran burguesía nacional, mediante la burocracia sindical, un instrumento para que los trabajadores tuvieran que hacer más sacrificios en nombre del “desarrollo”, el “modelo nacional” y la conciliación de clases.

Para no ir a historias ya antiguas, pero que siguen dejando enseñanzas, se pueden repasar las declaraciones de Fernández tras su gira por España y Portugal.

En Madrid manifestó que fueron excelentes sus diálogos con el presidente Pedro Sánchez, del PSOE, con quien había comprobado muchas coincidencias. También habló con los empresarios españoles pidiendo inversiones, como si no hubiera sido suficiente el daño provocado por Telefónica, Repsol, Banco Santander, BBVA y Marsans en tiempos menemistas y posteriores.

Luego fue a Lisboa y elogió a su gobierno socialdemócrata, que ha mejorado un poco los índices económicos y sociales. Lo que no dicen es a qué costo. En Portugal se congelaron completamente por dos años los salarios, se quitó el aguinaldo por igual lapso y se aumentó la jornada laboral semanal de 35 a 40 horas. Con esa medicina amarga pudieron mejorar un poco la producción, con créditos de la Unión Europea.

En Argentina el movimiento obrero no aceptará esas reformas laborales ni habrá créditos de la UE, tampoco otros créditos del Fondo hasta que no se arregle el pago de la deuda contraída en 2018.

or eso nuestra advertencia. Al inicio el gobierno de los Fernández será mejor que el de Cambiemos, pero tras algunas mejoras, cuando se choque con dificultades, va a pedir nuevos sacrificios y querrá descargar parte de la crisis sobre las espaldas de los asalariados.

Es la historia del peronismo: al principio significa progresismo y hasta medidas populares; luego conciliación y pasos atrás. Y en los momentos difíciles, ataques a los sectores obreros y populares en lo económico y en sus derechos humanos, hasta correrse a la derecha. Así capituló ante el golpe de 1955, hizo otro tanto ante el terrorismo de Estado en 1976, preparando antes el terreno con Isabel Perón, López Rega y la Triple A; aplicó el neoliberalismo proyanqui con Menem entre 1989 y 1999, y tras algunos años de progresismo, terminó derrotado en 2015 por el neoliberalismo de derecha y proyanqui de Macri.

El peronismo no es liberador. Es un movimiento con dirección gran burguesa nacional y con bases amplias en el pueblo, incluso en la clase obrera. En su historia, en los momentos críticos siempre pesó más la decisión de su dirección gran burguesa. Habrá que tenerlo muy en cuenta en el período que se abre, con tantas expectativas populares que nuestro partido no comparte, pero que tendrá en consideración para incidir en esas masas y ayudarlas a dejar de lado sus ilusiones y relatos, y atenerse a las realidades.

Por eso estuvimos en la Plaza de Mayo el 10 de diciembre. Y por eso nuestra consigna gramsciana en la tapa del LIBERACIÓN Nº 364: “Con el optimismo del corazón y el escepticismo de la razón”.

4.- Las propuestas del PL.

Hemos luchado y votado contra Macri como enemigo principal de nuestro pueblo. Y en ese camino hemos propuesto trece puntos programáticos concretos para encarar las soluciones que demanda esta durísima crisis.

Ratificamos ese programa mínimo de tipo popular y antiimperialista, que planteábamos en Editorial de LIBERACIÓN Nº 358, de junio de 2019, y ahora lo actualizamos:

El PL propone 13 puntos de unidad popular, democrática y patriótica.

1) Ruptura con el FMI, no pago de la deuda externa, moratoria y auditoría para determinar la parte fraudulenta. Los recursos así ahorrados repararán los daños sociales del macrismo pues irán a la construcción de viviendas, escuelas, hospitales, caminos y obras necesarias al desarrollo del país y la creación de fuentes de trabajo.

2) Mejora inmediata de los salarios, jubilaciones y planes sociales. En el primer semestre de 2020 se deben recuperar el nivel de 2015, reparando lo destruido por Cambiemos. Se mantendrán las paritarias y la actualización de haberes de los jubilados, desacatando las órdenes del FMI.

3) Control estatal y popular de precios de alimentos, medicinas y alquileres. Severas multas, intervenciones y estatización de las cadenas monopólicas y empresas que suban los precios.

4) Retrotraer las tarifas de los servicios públicos a noviembre de 2017 y congelarlas por un año. A partir de 2021 podrían subir teniendo de referencia el índice de aumentos salariales y jubilatorios.

5) Estatización de la banca y el comercio exterior; los bancos han ganado 400.000 millones de pesos en cuatro años de Macri y antes con CFK también ganaron fortunas. El crédito debe orientarse a la producción, la construcción y el consumo, no a la especulación. La nacionalización del comercio exterior con Juntas Nacionales de Granos y de Carnes va a estabilizar el dólar pues el Estado comprará en pesos la producción local, percibirá en dólares las ventas al exterior y pagará en pesos a los productores. Se terminará la especulación en divisas, devaluaciones y ganancias de los pulpos exportadores y bancos. Hace falta una Reforma agraria contra los latifundios y terratenientes, la tierra debe ser para quienes la trabajan; por la soberanía alimentaria y la defensa de los productores familiares, los pueblos originarios y pequeños productores; contra el modelo sojero, extractivista, el desmonte, el fracking y la contaminación ambiental, por la defensa del medio ambiente en contra de Monsanto-Bayer y sus agrotóxicos, Barrick Gold y demás mineras, etc.

6) Estatización del sector energético de gas, petróleo, luz y agua, en generación, transporte y distribución, para terminar con los tarifazos que benefician hoy a Roggio, Caputo, Midlin, Pagano, Shell, Chevron, PAE, Tecpetrol-Techint, etc.

7) Estatización de la siderurgia, para que el acero, la chapa y los tubos no sean monopolio de Techint y Acindar, ligados a la dictadura militar-cívica. Ese rubro bajo control del Estado permitirá realizar nuevos planes de construcción de viviendas, tipo Pro-Crear, para millones de argentinos.

8) Defensa de la infraestructura y transporte nacional, con Aerolíneas, Fadea, Flota Mercante, Astilleros Río Santiago, puertos, Ferrocarriles, Arsat, etc. Recuperar los ramales de carga privatizados para AGD, Techint, Loma Negra, etc. Reanudación de la obra pública sin PPP con privados, sin corrupción y sin veto del FMI.

9) Por una nueva ley de servicios de comunicación audiovisuales y de convergencia digital, contra monopolios como Clarín. Deben tener fuertes posiciones el Estado, los medios cooperativos, universidades públicas, gremios, pueblos originarios, etc. Aumento de los presupuestos de Educación, Cultura, Universidades, Conicet, Arsat, etc, y reposición de los programas anulados por Macri, como las computadoras en escuelas con el Conectar-Igualdad. Por una Conadep que investigue el rol de los periodistas cómplices del ajuste y la entrega, como Santoro, Majul, Leuco, Morales Solá, Feinman y otros.

10) Juicio y castigo a todos los genocidas, militares y civiles. Recuperación de la identidad de los hijos e hijas nacidos durante el cautiverio de sus madres detenidas-desaparecidas, que fueron apropiados en la dictadura militar-cívica. Libertad a Milagro Sala, Luis D’Elía, Amado Boudou y todos los presos políticos; repatriación y libertad de Facundo Molares. Disolución de Gendarmería y de la exSIDE-AFI. Basta de Gatillo Fácil. Depuración de las FFAA, policiales y de Seguridad. Reivindicación de la soberanía en Malvinas y anulación de los acuerdos menemistas (1989 en Madrid) y macristas con Inglaterra. Por la integración latinoamericana, la defensa de Cuba y Venezuela agredidas por el fascista Trump. Abajo la dictadura de Áñez en Bolivia. Libertad de los presos políticos de Argentina y de otros países latinoamericanos; también las libertades de Leonard Peltier, Mumia Abu Jamal y demás presos políticos en EE UU; de Ana Belén Montes condenada a 25 años de cárcel por ayudar a Cuba contra el espionaje yanqui; del periodista Julian Assange (WikiLeaks) que se está muriendo en una cárcel de Londres; de lxs presxs catalanes, vascos y españoles; y de Marwan Barghuti y los miles de presxs palestinxs, muchos de ellos niñxs, en las cárceles del neonazi Netanyahu en Israel.

11) Por la igualdad laboral y salarial entre varones y mujeres, el derecho al aborto legal, gratuito y seguro; presupuesto estatal para prevención y erradicación de la violencia de género; efectiva implementación de la Educación Sexual Integral, la Ley Micaela, el cupo laboral trans y de quienes padecen alguna discapacidad.

12) Por una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución Nacional para una democracia participativa que depure al Poder Judicial, una cloaca inmunda con honrosas excepciones. Hay que refundar la Justicia sobre valores democráticos, sin extorsionadores y espías como Bonadío y Stornelli.

13) Juicio, castigo y cárcel a Macri, Bullrich, Peña, Aguad, Caputo, Aranguren, Dujovne, Garavano, Carrió y Morales.

Ponemos estos 13 Puntos Patrióticos en consideración de los luchadores y las organizaciones, buscando la unidad popular y no un rejunte con traidores, para luchar por soluciones populares, democráticas y antiimperialistas”.

El PL agitó la versión inicial de esta propuesta e invitó a fuerzas antiimperialistas a suscribir un Manifiesto Antiimperialista. Algunas agrupaciones, dirigentes y militantes independientes lo vieron con simpatía y firmaron, tras una reunión en Luz y Fuerza de Córdoba, con motivo de los 50 años del Cordobazo.

Lamentablemente la masa crítica fue pequeña y modesta y luego la campaña electoral entró en toda su dimensión, ocultando las tareas de lucha y de construcción antiimperialista. Lo electoral pareció importar más, para el grueso de la izquierda y centroizquierda electoralista, igual para el kirchnerismo y otras corrientes nacionales y populares.

Por eso planteamos que es hora de retomar la construcción de un frente antiimperialista para dar una batalla política, sindical, social y cultural en el pueblo. El objetivo es ganar a los sectores más combativos y conscientes para propuestas de solución a la crisis del capitalismo dependiente, para que no se queden en meros analgésicos. ¡A grandes males, grandes remedios!

La mayoría del pueblo ha votado y tiene por ahora confianza política en los Fernández y los respectivos gobernadores e intendentes. Por eso habrá que tener paciencia y tácticas flexibles para el trabajo político en esas amplias capas populares y de trabajadores.

Estamos convencidos de cinco cosas.

-La derecha macrista, el FMI, la Suciedad Rural y la Patria Financiera, los genocidas, Clarinete, etc, van a conspirar y bloquear el avance de nuestro pueblo e incluso las medidas tibias adoptadas por el nuevo gobierno. Esto mejorará la comprensión de que hace falta un Frente Antiimperialista. 

-La gravedad y profundidad de la crisis reclama políticas antiimperialistas y no reformas superficiales. Eso se nota en gremios y organizaciones populares que no abandonaron las calles, sus acampes ni sus huelgas pese al llamado desmovilizador de los entonces candidatos peronistas. La victoria de hace pocos días del pueblo movilizado de Mendoza, contra la ley macrista – radical – peronista que permitía el uso de cianuro y arsénico por parte de la minería, así lo demuestra.

-El rejunte peronista en sus tres sectores hoy representados en el FDT no tiene vocación de liberación nacional y social sino que propone algo viejo y fracasado: un Pacto Social para dinamizar el “capitalismo productivo y fifty-fifty” en un proyecto neodesarrollista, extractivista y sojero.

-Los sectores más avanzados y conscientes de la clase obrera y la intelectualidad, de los movimientos de desocupados, estudiantes, de DDHH, de mujeres, de pueblos originarios, MASCUBA, etc, pueden confluir en un movimiento antiimperialista.

-El tránsito del momento actual, de enamoramiento y voto masivo a los Fernández, hacia las exigencias y confrontación con ese gobierno si no atiende a las soluciones reclamadas, no será rápido ni lineal. En ese lapso el PL y sus aliados antiimperialistas deben tener tácticas flexibles.

Un ejemplo de flexibilidad: si se hace difícil plantear la suspensión de pagos e investigación de toda la deuda externa contraída por Macri, hay que plantear eso acotado al crédito con el FMI de 2018. Ese es el eslabón débil del tema deuda. Si logramos romperlo puede ser que caiga toda la cadena de la deuda externa macrista.

Otro ejemplo de flexibilidad necesaria: si al principio nos cuesta hacer pasar la propuesta de nacionalización de la banca, podemos dar un paso atrás y plantear la nacionalización de los depósitos bancarios. Ese no es capital de los bancos sino plata de los clientes y ahorristas, unos 26.000 millones de dólares. Que el Estado controle eso y lo invierta con criterios nacionales, reintegrando y pagando luego los intereses a los depositantes sin caer en ningún “corralito”. O incluso si eso también parece exagerado, el PL propone fuertes impuestos a los bancos, de una rentabilidad extraordinaria y salvados hasta ahora por Fernández a la hora de la ley de emergencia y los impuestos.

Un tercer caso de flexibilidad necesaria: si el planteo de reforma agraria que hacemos en los 13 puntos, y que también hizo Juan Grabois, de la UTEP, suena como utópico o lejano, entonces retrocedemos un paso. Y exigimos un impuesto a la renta normal potencial de la tierra, como fue el proyecto de ley del secretario de Agricultura, ingeniero Horacio Giberti, en el ministerio de José Ber Gelbard, en septiembre de 1973.

La alianza gran burguesa que arman los Fernández se basa en un pacto con la UIA. El PL lo denuncia, por ejemplo, haciendo centro en Techint, que tiene 100 empresas en todo el mundo, con 59.000 empleados y una facturación anual de 28.000 millones de dólares, con sede central en Luxemburgo para evadir impuestos y pagar menos. Lejos de aceptar una alianza con ese monopolio de Paolo Rocca, como quiere el presidente AF, el PL plantea golpearlo con la nacionalización siderúrgica (Siderca, Tenaris y Ternium) y la energética (Tecpetrol).

Otra componenda del gobierno es con cúpulas de gremios y CGT. Es fundamental que el PL y las ABC, con los aliados correspondientes, recuperemos los sindicatos. Así dejarán de ser instrumentos de la gran burguesía para pasar a jugar al servicio de la clase obrera. Héctor Daer y Carlos Acuña de la CGT nacional, Luis Barrionuevo de Gastronómicos, Guillermo Pereyra de Petroleros privados de Neuquén, Gerardo Martínez de la UOCRA, Ricardo Pignanelli del SMATA, Antonio Caló de la UOM, Andrés Rodríguez de UPCN, Armando Cavalieri de Comercio, José Pihen del SEP y CGT Córdoba, etc, son nuestros enemigos políticos y de clase.

En la lucha contra Macri podíamos tener algún punto de coincidencia con esos burócratas, aunque muy pocas veces se pudo confluir en una medida de fuerza. En el gobierno del FDT va a prevalecer la lucha contra esta burocracia, que jugará el papel frenador, cómplice y traidor propio de los Augusto Vandor, José I. Rucci, Casildo Herreras, Lorenzo Miguel, Jorge Triaca y Rodolfo Daer. Es lo que hizo esta CGT con Daer en cuatro años, cuando hubo que coparle el palco de un acto al grito de “ponele fecha LPQTP” para que decretara un “paro matero”.

La ley de emergencia que el gobierno propuso e hizo votar en el Congreso tiene algunos elementos que nos parecen buenos, como los dos bonos de emergencia para los jubilados que perciben la mínima de 14.000 pesos. Pero nos parece mal que no se haya aumentado nada a los que perciben 19.000 pesos o más, y sobre todo que se haya suspendido por 6 meses la fórmula de movilidad de las jubilaciones, un requisito que parece impuesto por la negociación con el FMI.

Y si bien apoyamos el aumento de las retenciones a la exportación de soja, pues los sojeros fueron beneficiados largamente por Macri con las rebajas de la misma y con la devaluación del peso, no estamos de acuerdo con que no se haya impuesto más gravámenes, especialmente duros, a los banqueros, mineros y petroleros. Si los bancos privados ganaron en los últimos doce meses de 2019 una rentabilidad extraordinaria de 243.688 millones de pesos es gravísimo que no hayan sido forzados por “la ley de emergencia” fernandista a aportar fondos para atender la crisis.

Nos permitimos dudar si esa dispensa al capital financiero nacional e internacional no estará ligada a atraer a esos sectores para que “ayuden” a la negociación y acuerdo con el FMI en materia de deuda externa. Es que esos bancos son tenedores de títulos de la deuda. En tal caso, de confirmarse esta presunción, sería una gravísima capitulación de Fernández ante el capital más usurero y especulativo, el que más apoyó y se benefició con el gobierno de Macri mediante la “bicicleta financiera” de las letras Lebac, las Leliq, las devaluaciones, la falta de controles, la fuga de capitales, etc.

Así como cuestionamos que esa “Patria Financiera” ganara semejante fortuna en el último año del gobierno de Cambiemos, puntualizamos que ganaron esa misma fortuna o más aún con el gobierno de Cristina. “En 2014 tuvieron el récord de 45.937 millones de pesos, de los cuales 15.000 millones fueron producto del impacto de la devaluación de 22 por ciento a principio de ese ejercicio” (Cristian Carrillo, Página/12, 28/04/2015).

Como entre 2015 y fines de 2019 el peso se devaluó el 600 por ciento, esos casi 46.000 millones de pesos ganados durante 2014 con Cristina son iguales a los 243.688 millones ganados en el último año de Macri. Y estamos hablando de los bancos Galicia, Macro, Hipotecario, Patagonia, Supervielle y otros “nacionales”, y del Santander Río, BBVA Francés, HSBC, ICBC, Citibank y otros extranjeros.

5.- El balance de lo actuado por el PL entre 2015 y 2019.

Desde el punto de vista político, reivindicamos lo propuesto y actuado entre el Congreso Nacional anterior y el actual. La línea política fue correcta y apuntó a golpear al enemigo principal: el gobierno de Macri, el FMI y los banqueros.

El título de la resolución política del XIII Congreso era muy justo: “Por un frente antiimperialista y popular que derrote al gobierno pro monopólico de Macri y avance hacia la Segunda y Definitiva Independencia”.

Nuestra política no se quedaba en lo táctico, o sea en las demandas inmediatas de Pan, Trabajo y Tierra de los que más sufren e iban a ser sacrificados por ese gobierno de CEOs, sino que adelantaba un proyecto de país industrial, agraria y científicamente desarrollado e independiente. Lo ejemplificaba de este modo:

Frente a ese modelo agotado y limitado de subsidiar a la inversión extranjera de las automotrices, altamente deficitarias, el PL contrapone la idea de tomar de base a la Fábrica de Aviones (Fadea), Astilleros Río Santiago y Materfer (privada, que debe ser estatizada) para construir alrededor de estos ejes un polo industrial y tecnológico. Así se podrían fabricar aviones y helicópteros, pero también tractores, material ferroviario y de transporte de pasajeros, embarcaciones, etc, con fábricas articuladas, sean éstas cooperativas, estatales y privadas de capital nacional no monopolista. Eso serviría para el desarrollo nacional, el avance productivo e incluso la defensa nacional, un rubro que no debería desatenderse como hasta ahora, teniendo usurpada una parte entrañable del territorio nacional como las Malvinas.

Este polo industrial y científico alrededor de Fadea-Astilleros-Materfer comprueba que el PL tiene propuestas estratégicas y también tácticas, para el aquí y ahora. Otro ejemplo es nuestra propuesta política de una reforma de fondo a la Constitución Nacional, que presentamos aparte en un proyecto de nuestro Comité Central”.

El PL no esperó a que en 2019 Alberto Fernández planteara poner la industria de pie. Lo sostuvimos hace cuatro años, cuando él operaba con Sergio Massa en contra del declinante modelo industrial capitalista de Cristina. Y lo sostenemos nuevamente hoy, con esa idea de unir Fadea-Astilleros-Materfer-Ferrocarriles-Aerolíneas Argentinas y sumarle Arsat (Argentina Satelital), la rueda científico-técnica del Conicet, INTI (Instituto de Tecnología Industrial), INTA (Tecnología Agropecuaria) y otras dependencias estatales vandalizadas por el macrismo. Y añadiendo también a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y las universidades públicas, el movimiento obrero, las fábricas recuperadas, el movimiento campesino y de pueblos originarios, las cooperativas, las Pymes y las cámaras de la burguesía nacional.

Ahí tenemos otra diferencia gruesa con Fernández. Él habla de acuerdos con la Unión Industrial “Argentina” (UIA) de Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza), Marcos Galperín (Mercado Libre), Daniel Pelegrina (Suciedad Rural y Mesa de Enlace), Héctor Magnetto (Clarín), los gobernadores de Chubut y Catamarca y las grandes empresas mineras,  las multinacionales petroleras de Vaca Muerta, los bancos norteamericanos, suizos, británicos y españoles como el presidido por Ana Botín (Banco Santander), nuevamente denunciado por alta corrupción en el mundo.

La unidad que tuvo en cuenta el PL para votar críticamente al Frente de Todos en 2019 se achica notablemente a la hora de considerar la situación a partir del 10 de diciembre. Estamos “con la guardia alta”.

Mantenemos el objetivo de un modelo de país industrial, agrario, científico, de pleno desarrollo tecnológico e independiente. Y en lo inmediato vamos a luchar por hacer realidad las 13 pautas programáticas, comenzando por algunas más importantes que otras. Luce como muy urgente mejorar lo salarial y previsional, lograr la suspensión de pagos de la deuda con el FMI y la libertad de los presos políticos.

La política defendida por el PL para el lapso 2015-2019 fue en lo esencial correcta. Sin embargo, no nos satisface el balance concreto del período, en cuanto al desarrollo del Partido, su inserción en el movimiento obrero, el sector territorial, la juventud y universidades. Tampoco hubo extensión de nuestra organización a otras provincias, fuera de las que ya estaban con comités y células en 2015. Hemos realizado un debate autocrítico a fondo en este Congreso para analizar las causas, los errores cometidos y aprender de los camaradas y regionales que hicieron mejor su trabajo.

Valoramos el camino recorrido porque lo anduvimos durante una lucha muy difícil contra el modelo neoliberal de Macri y luego avanzamos en medio de una euforia pro-peronista en amplios sectores populares, que no dejó mayor espacio para el PL y una izquierda antiimperialista y revolucionaria.

Vemos lo valioso de la experiencia del PL porque sin eso se incurriría en injusticia y derrotismo, pero en simultáneo profundizamos la autocrítica de lo que no hicimos o hicimos regular o mal, que también fue mucho.

Para tomar referencia de lo que había que hacer en estos cuatro años, refrescamos la resolución del XIII Congreso Nacional de 2015: “Para pelear por estas y otras ideas hay que fortalecer el partido marxista-leninista, enraizarlo más en la clase obrera y la juventud, construir fuerza propia, unir alrededor suyo a las fuerzas antiimperialistas y populares, y centrar más los golpes sobre el enemigo monopolista-imperialista, sobre todo el imperialismo yanqui. Hay que poner el PL a la cabeza de las luchas de resistencia contra Macri y su gobierno de CEOs de monopolios, con ajustes antipopulares y una orientación proyanqui”.

Veamos.

-Los resultados y números son positivos pero exiguos. Pudimos mantener la organización partidaria en Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Salta, más camaradas sueltos y amigos en varias otras ciudades, como Rosario, Santa Rosa de La Pampa, Bahía Blanca, Tucumán, Mendoza, Bariloche, etc.

Seguimos publicando LIBERACIÓN, con el número 364 en diciembre de 2019, recibiendo buenas opiniones y críticas de los lectores y visitantes de la web. Hemos avanzado en el uso de las redes sociales, con miles de visitas y de amigos del país y el mundo.

En el frente gremial, lo cosechado por las ABC es poco. Tenía tres frentes que venían de 2015: Judiciales de Córdoba, Docentes Universitarios de Salta y ATE de provincia de Buenos Aires. Se agregaron Salud-ATE de Córdoba, regional donde se mantuvo el trabajo social del merendero “Tamborcito de Tacuarí”, lo que es muy meritorio, pero sin dar aún resultados políticos para el Partido y la unidad política antiimperialista. Y también creció el frente docente en Moreno, Buenos Aires, dentro de la lista Violeta de Suteba.

De los mencionados cinco frentes gremiales, el que mejor ha tratado de ligar lo reivindicativo con lo político es el de Judiciales. En los otros no se ven avances parejos de ABC-PL. Se advierten limitaciones sindicalistas y economicistas, donde el trabajo del sindicato o de la lista gremial se lleva casi todo el tiempo de la militancia, dejando muy poco para la difusión y construcción del Partido.

De todas maneras, en esas cinco experiencias hay un buen laburo gremial que se expresó en las elecciones de las listas que encabezábamos en Judiciales y ATE provincia de Buenos Aires, aún cuando perdimos. Y destacamos la nueva victoria de la Lista Verde en Adiunsa por 190 a 65 frente a la Lista Naranja apadrinada por los trotskistas del Partido Obrero.

En 2019 empezó una mejoría de la militancia docente en Zona Oeste bonaerense, con la participación de nuestrxs compañerxs en la Violeta de Suteba. Aún no se concretó la apertura de algunos merenderos que antes teníamos en Moreno.

El PL de CABA no hizo trabajo de masas en ningún conflicto ni frente obrero en estos cuatro años. Y las consecuencias fueron muy nefastas porque eso incidió para que una parte de la célula incurriera en una desviación dogmática-trotskizante y abandonara el PL en agosto de 2019.

Es cierto que el movimiento estudiantil bajó mucho su rol movilizador, pero nosotros rebajamos la militancia por errores y limitaciones políticas e ideológicas. En esto nos apartamos de Mao, que planteaba la imperiosa necesidad del trabajo de masas para dirigirlas en un punto concreto, penetrar allí en profundidad, para agitar esa bandera hacia el conjunto con nuestro buen ejemplo, y crecer atrayendo a sectores diversos con esa buena referencia.

-Recién con motivo de los 50 años del Cordobazo pudimos hacer una modesta reunión frentista en Luz y Fuerza de Córdoba y aprobar el Manifiesto Antiimperialista con estas firmas, importantes pero escasas: “Irina Santesteban (integrante de las ABC, delegada judicial); Mario A. Díaz (miembro de la Coopi de Carlos Paz y de la FETIA); Henry Boisrolin (del Comité Democrático Haitiano), Leonardo del Grosso (integrante del Encuentro Antiimperialista-CABA y del Foro por la Libertad de los presos políticos), Elena Rivero (de la Casa de Amistad con Cuba y la Patria Grande de Salta); Sergio Ortiz (periodista, dirigente nacional del PL), Juanjo Giannotti (de Agrupación universitaria TUPAC), Néstor Lallana (de Villa Allende sin Mal), Jorge Ramírez (Secretario de Derechos Humanos de la Conadu Histórica y del gremio docente universitario de Salta, ADIUNSa), Marcela Sabina García (Foro por la Libertad de todos los presos políticos); Gerardo Sosa (Cooperativa Nacional de Taxistas Independientes); Daniel Cecchini (periodista y escritor, La Plata),  Pablo Aguirre (médico, delegado de ATE en Hospital Misericordia de Córdoba), Hernán Ramírez (Casa de Amistad con Cuba y la Patria Grande, de Salta), Nenina Lescano (de Familiares de Salta); Marcelo “Gaucho” Yaquet (Corriente 17 de Agosto); Saúl Sandoval (Agrupación Envar El Kadri, Buenos Aires), Natalia Franco (docente, Villa Allende sin Mal)”.

Eso da una idea aproximada de las buenas intenciones y también marca los  límites de nuestro trabajo frentista.

-Hemos mantenido el prestigio de nuestra Comisión de Homenaje a los Desaparecidos y Mártires Populares, sobre todo con sus actos de homenaje a los 30.000 cada año en Luz y Fuerza de Córdoba, con buen número de público y una mesa de oradores siempre amplia y plural. Estamos trabajando para poner al día los trámites de su personería vigente como asociación civil desde 2008, para encarar más tareas y ser querellantes en causas de DDHH. El primer paso fue la querella presentada en la justicia federal de Córdoba por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Bolivia por la dictadura de Áñez, donde nuestra Comisión es querellante y la Mesa de Trabajo por los DD HH y el Comité de Solidaridad con los pueblos latinoamericanos acompañó con su firma y su presencia.

Junto a otros aliados, en Salta dirigimos la Asociación de DD HH “Coca Gallardo” e integramos la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, con presencia en actos y juicios por delitos de lesa humanidad. En CABA y Buenos Aires participamos del Foro por la Libertad de los Presos políticos y en menor medida en Córdoba en el Comité por la Libertad de Milagro Sala. Irina Santesteban y Elena Rivero visitaron a la compañera Milagro presa en Jujuy, le llevaron nuestra solidaridad y tuvieron con ella muchas coincidencias. En CABA hemos retomado este trabajo en el Foro por la libertad de los presos. Participamos activamente de la huelga de hambre frente a Tribunales en diciembre de 2019 en reclamo de libertad de los presos políticos. El PL exige a la justicia, pero fundamentalmente a los Fernández para que elaboren un proyecto de ley de amnistía y lo manden al Congreso, de modo de liberarlos a todos en el cortísimo plazo.

Nuestra línea no se agota allí. Hay que ligarse a los conflictos obreros y de desocupados que son reprimidos y dejan presos y heridos, como en Luz y Fuerza de Córdoba donde defendían el convenio frente a los ataques de Schiaretti, y en Chubut donde los docentes protestaban contra la falta de pago de salarios del gobernador peronista Arcioni. No estuvimos de acuerdo con los cálculos electoralistas del FDT que quisieron callar a quienes luchaban en 2019 e incluso denigrarlos porque “ponían en riesgo la paz” y “abrirían paso a los violentos”. Así lo declaró AF desde Tucumán cuando la policía de Rodríguez Larreta había golpeado y reprimido a las organizaciones sociales que acampaban por la emergencia alimentaria.

-Tuvimos una buena participación en el Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba realizado en noviembre de 2016 en Ciudad de Buenos Aires, donde superamos las posiciones de quienes se negaban a criticar al gobierno de Macri. Y otro tanto con el Encuentro siguiente en Rosario, con excelente participación de los camaradas de Córdoba y CABA.

Participamos del Espacio Venezuela Bolivariana se Respeta en Córdoba, que hizo un gran acto el 12 de abril de 2019 con presencia del entonces embajador cubano Orestes Pérez. Ese mismo mes nacía en Salta la Casa de Amistad con Cuba y la Patria Grande, impulsada por nosotros, el PC y otros aliados, que también tomó en sus manos la solidaridad con Venezuela.

Sobre los integrantes de MASCUBA Córdoba, el PL y MIL POR CUBA entre otros, va a recaer la organización del Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba en 2020 en Córdoba. Necesitaremos que todos den una mano y participen.

-Mejoró mucho el trabajo de la “Agrupación Beatriz Perosio”, con reuniones, charlas de formación, talleres, clases de defensa personal, etc, llevando su solidaridad a manifestaciones feministas y participando con una delegación de compañeras al 34° Encuentro Nacional de La Plata en octubre de 2019.

Ese movimiento alcanzó una gran estatura de masas y a nivel nacional con la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito aunque no logró la mayoría necesaria en el Senado. Tuvo sí media sanción favorable en Diputados. Al margen de esa votación parlamentaria, ya es un reclamo mayoritario a nivel población, sin menospreciar el peso que mantienen las ideas conservadoras propias del capitalismo dependiente, el patriarcado, las Iglesias, la derecha, etc. Ahora el nuevo ministro de Salud, Ginés González García ha publicado el Protocolo para la Interrupción Legal del embarazo que Macri había anulado.

Al interior de ese movimiento nuestras compañeras deben esforzarse más en la disputa por la dirección con las ideas predominantes, pequeño burguesas, que aíslan las reivindicaciones de las mujeres de las de todo el pueblo trabajador, al margen de los sexos y las orientaciones sexuales, contra la derecha, la oligarquía y el imperialismo.

El trabajo de “la Beatriz Perosio” ha avanzado mucho y se notó en la participación de más camaradas en este XIV Congreso Nacional.

6.- Nuestra autocrítica: aplicar mejor la línea marxista-leninista y vincularnos más a las masas.

El PL se reafirma como organización revolucionaria y continúa su trabajo, dispuesto a mejorarlo a partir de este XIV Congreso.

Las limitaciones, déficit y desviaciones han sido también de importancia, y han limitado los alcances de nuestro trabajo.

El problema principal es que nos faltó más unidad política con la línea y programa del Partido, pero en la práctica no la plasmamos en propuestas concretas para llevarlas al movimiento de masas y movilizar a éstas, con todo lo que ello supone. La movilización permite golpear al enemigo de clase y el gobierno, despertar conciencias y organizar más compañerxs, aprender de la movilización y a su vez reclutar allí nuevos militantes.

En algunos casos hemos tenido una adhesión más bien formal con la línea del partido y no debemos olvidar nunca la tesis de Carlos Marx: “no se trata de interpretar el mundo sino de transformarlo”. Tampoco olvidar a José Stalin: “la teoría deja de tener sentido cuando no está vinculada a una práctica revolucionaria”.

La mini fracción del PL en CABA directamente rechazó la línea partidaria en aras de otra, de tipo dogmática, trotskizante y votoblanquista en octubre, además de no respetar el centralismo democrático. ¡No se atrevieron a venir a discutir a este Congreso!

Al calor de cuatro años de enfrentamiento nuestro con el macrismo, era posible esa desviación seudo izquierdista alimentada por el falso marxista español Santiago Armesilla, un falangista y neofranquista de posiciones muy reaccionarias.

Ahora, cuando se abrieron cuatro años de gobierno peronista, habrá que estar en guardia para evitar vuelcos de sentido contrario, pro-peronista, bajo la fuerte influencia que esa corriente ya tiene en el movimiento de masas y que va a aumentar inicialmente con el actual gobierno.

“Una desviación encubre a la otra”, decía Mao. En tiempos de lucha contra el neoliberalismo oligárquico, tuvimos una desviación trotskizante. En un ciclo de fuerte influencia peronista, es posible una desviación populista.

Lo político no es todo. Lo metodológico también pesó: no trabajamos con el movimiento de masas en las fábricas, barrios, las facultades, escuelas o el frente de masas que fuera. Y eso también tiene consecuencias funestas. Al militar en el movimiento de masas, el partido enseña y agita, pero también se educa y aprende de esos ambientes populares. Recoge nuevas ideas, tácticas, enseñanzas, conocimiento e historia del lugar, los aliados y los enemigos, e incorpora nuevos militantes y amigos.

Un buen comunista es el que echa raíces en el pueblo y florece en él: nuevamente citamos a Mao. Los claveles del aire, sin raíces; los que se quedan en la orilla del río; los que no se meten en el barro de la lucha de clases, etc, no son verdaderamente comunistas. No lo son porque no integran la teoría con la práctica, no fusionan el marxismo con la clase obrera y demás sectores populares. Y porque, como consecuencia de todo eso, no construyen más y mejor PL.

Alguien podría pensar que no hubo tantos conflictos obreros y de trabajadores, de modo que el PL no se habría perdido gran cosa. Veamos que surge de la estadística y la realidad respecto al movimiento de huelgas en nuestro país.

Datos de la revista empresarial Mercado:

“Conflictividad laboral: de las más altas del mundo

Argentina se destaca tanto a escala regional como en comparación con el resto del mundo. 15 febrero, 2019

De acuerdo a datos presentados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el año 2017 Argentina fue el tercer país del mundo con mayor cantidad de conflictos laborales (entendidos como paros, huelgas o cierres patronales), siendo superada solamente por Polonia y Alemania. Una situación similar se presenta si se consideran años previos, donde incluso la posición de Argentina en relación a otros países se encontraba por encima de la que presentó en 2017. Los datos de 2018, si bien preliminares y solo disponibles hasta septiembre, marcan una tendencia similar. Así lo destaca el último informe semanal de la Bolsa de Comercio de Córdoba.

El dato cobra mayor relevancia cuando se analiza cuantos días de trabajo son perdidos por los empleados debido a estos conflictos. En este aspecto, los datos de Argentina son incluso menos alentadores. Es el país donde más días de trabajo se pierden en el mundo, y con una gran diferencia en relación al resto de los países que le siguen en el ranking.

Al examinar en qué ámbitos se originan estos conflictos se observa que la gran mayoría involucran a trabajadores estatales, principalmente de las administraciones provinciales. En efecto, en 2017 más de dos tercios del total de conflictos laborales ocurrieron en el ámbito público, en particular en el sector educativo, el cual presentó un extenso conflicto a lo largo del año, algo que también ocurrió en años anteriores.

En efecto, la conflictividad del sector público representó el 64% del total de casos en 2016 y el 56% en 2015”.

Ahora citaremos la estadística oficial del Ministerio de Trabajo para 2018:

“En el ámbito privado, durante el año 2018 se registraron 306 conflictos laborales con paro que involucraron alrededor de 353 mil huelguistas y 1 millón 180 mil jornadas individuales no trabajadas.

En el ámbito estatal durante el año 2018 se registraron 547 conflictos laborales con paro que involucraron 950 mil huelguistas y alrededor de 11 millones de jornadas no trabajadas.  En relación con el 2017, mientras que descendieron los conflictos, la cantidad de huelguistas se mantuvo estable y las jornadas de paro ascendieron. Prevalecieron los reclamos por mejoras salariales y pagos adeudados. La Enseñanza concentró más de la mitad de los huelguistas y de las jornadas no trabajadas del ámbito estatal”.

O sea que en 2018 la estadística del ministerio de Trabajo admite que hubo 853 conflictos laborales, entre trabajadores de la órbita privada y la estatal. ¡Miren si había luchas y resistencia de la clase trabajadora!

En algunas de esas huelgas nuestros camaradas estuvieron, pero no así en la mayoría de las más importantes, adonde había que llevar solidaridad y poner el hombro, proponer medidas para lograr la victoria, agitar con nuestros volantes y prensa, sacar contactos, organizar actos con ellos, etc.

Ya aludimos a lo político como central y la importancia de la práctica, también del trabajo de masas. Ahora abordamos un tercer problema: la ideología pequeño burguesa.

En estos años tan difíciles había que estar munidos de convicción revolucionaria y plasmarla en una militancia constante y sacrificada. Muchos de nosotros no lo hicimos. Muchas veces se antepusieron cuestiones personales, familiares, de trabajo o estudio, de padres o hijos, de viajes, horarios, exámenes, etc. La militancia y compromisos con la organización pasaron así a un segundo lugar.

Hay que militar todos los días para agitar, propagandizar y reclutar para el Partido. Y para que funcionen las células y comités de modo de asimilar esos nuevos y viejos camaradas con un funcionamiento organizado, dividiendo el trabajo, controlando los planes, recibiendo y dando formación política, haciendo crítica y autocrítica, rindiendo cuentas del trabajo con LIBERACIÓN, visitando a los lectores, haciendo los aportes mensuales, etc.

La historia de VC, actual PL, pone la vara alta. Exige una militancia constante y en avance, hacer sacrificios, poner los intereses del pueblo y la organización al tope de nuestras vidas, sin negar espacio ni tiempo para cuestiones personales, pero subordinándolas. Esa es la diferencia entre militar en un partido pequeño burgués y hacerlo en el PL. Acá lo individual se subordina a lo colectivo. Hoy tenemos que dar nuestro tiempo y esfuerzo, y llegado el caso de la lucha de clases debemos estar dispuestos a pagar con la libertad e incluso la vida. Así lo enseñaron nuestro maestro Roberto Cristina y tantos otros camaradas desaparecidos del Partido y de otras organizaciones revolucionarias del campo popular.

La lucha política e ideológica se da al interior de nuestro partido, como también se libra en la sociedad, en forma de lucha de clases. Es un error creer que porque una sociedad ha ganado puntos del PBI, mejorado el nivel de los ingresos o del índice de Gini que mide la igualdad-desigualdad, ya por eso estaría a salvo de la reacción.

En tiempos de Cristina Fernández de Kirchner hubo muchos progresos, dentro de un modelo capitalista dependiente, y al final de ese ciclo, en 2015, la derecha macrista, Clarín y los medios de incomunicación nos habían ganado la pulseada. Se había perdido la batalla cultural, esa que el gran Fidel Castro denominó la “batalla de ideas”.

El 10 de noviembre de 2019 se perdió otra batalla similar en Bolivia. El MAS de Evo Morales había logrado muchos avances sociales y materiales para su pueblo, en particular para las masas indígenas, pero no había consolidado su poder político y cultural pese a los casi 14 años de gobierno popular.

Y ya que estamos mencionando las armas del enemigo imperialista y reaccionario, hay que decir que éstas no se limitan al uso de las fakenews y la repetición de esas mentiras, así como las tecnologías y el espionaje que destaparon justamente Julian Assange, Edward Snowden y otros informáticos y ex-agentes de la inteligencia norteamericana con los manejos de Facebook y otras empresas.

También hay que considerar y dar una correcta respuesta a la utilización de nuevas armas de corte “popular” que emplean nuestros enemigos, como la nefasta influencia de las iglesias evangélicas. Esto se vio en la victoria del neonazi Jair Bolsonaro en Brasil y ahora con el golpe contra Evo Morales por parte de Luis F. Camacho y otros fascistas.

7.- El Frente Antiimperialista debe ser la herramienta de unidad.

Hicimos nuestro XIV Congreso orgullosos de haber puesto nuestro grano de arena en las luchas para derrotar a Macri y su gobierno de CEOs. Lo hicimos con autocrítica, porque deberíamos haber aportado mucho más a esa lucha y construido más Partido y herramientas para el trabajo de masas.

Ratificamos nuestra tesis central de un Frente Antiimperialista para la liberación nacional y social. Y con esa tarea encaramos la nueva etapa que se abrió con el gobierno del Frente de Todos. Apoyaremos lo que haga de positivo esta administración, pero nos oponemos al Pacto Social con la UIA y los burócratas de la CGT. No queremos regateo sino romper con el FMI y repudiar la deuda ilegal contraída por Macri, para invertir esos dólares en las condiciones de vida del pueblo y en obras para el desarrollo independiente.

Aunque en lo inmediato no se avizora el nacimiento de ese frente político, la necesidad objetiva es imperiosa y está planteada. También hay que tener confianza en que una serie de fuerzas políticas que por ahora no se han comprometido a participar de una herramienta de ese tipo, lo irán haciendo de a poco porque la realidad los va a interpelar. En algunas organizaciones del campo popular hay movimientos que pueden desembocar en esa unidad, una vez que se comprueben los límites insuperables que tiene política y materialmente el gobierno peronista. Sectores de izquierda que se sienten marxistas, otros que militan en el peronismo y corrientes nacionales y populares, otros que están con los curas de la Opción por los pobres, la militancia sindical desencantada por las claudicaciones de la burocracia, la de los organismos de DDHH que quieren seguir la pelea por la libertad de los presos políticos, los líderes sociales que pregonan una reforma agraria, lxs argentinxs que repudian al FMI y la deuda, etc. Allí, en ese variado y plural espectro hay material para la formación de ese frente antiimperialista. Diría Lenin: “faltan hombres y sobran hombres” en el movimiento obrero; hoy diríamos, “faltan hombres y mujeres, y sobran mujeres y hombres” en el movimiento obrero y popular.

Decidimos asumir un mayor compromiso con las luchas de la clase obrera, la juventud, los intelectuales, los pueblos originarios, los movimientos de derechos humanos, el movimiento de mujeres, los medios de comunicación sin fines de lucro, los cooperativistas, ecologistas, Pymes y demás sectores populares. Cada uno de ellos tiene justas reivindicaciones que deben ser planteadas como reclamos a quién corresponda: a las patronales, sobre todo las monopolistas, y a los gobernantes en todos los niveles, municipales, provinciales y nacionales, incluyendo al presidente y vice.

Hemos puntualizado el programa táctico de los 13 puntos programáticos. Son una guía para la acción, no un dogma, y a partir de allí todos los organismos del PL deben analizar qué puntos requieren más atención primaria. Y sobre todo, en los que sean prioritarios, utilizar este Programa como una base, que debe ser desarrollada, ampliada, mejorada y completada en cada uno de sus capítulos, por ejemplo en Salud y Educación. Hay que tener en cuenta todos los elementos, la provincia de que se trate, la correlación de fuerzas, las alianzas posibles, el estado de ánimo de los trabajadores allí, etc.

Tenemos tácticas flexibles hacia el gobierno de los Fernández, pero no avalaremos ninguna política ni medida reaccionaria; en ese caso buscaremos protestar en las calles y también jurídica y mediáticamente, para su anulación y cambio.

Seguiremos la lucha democrática por la libertad de todos los presos políticos. También para lograr el juicio y cárcel a Macri, Bullrich, Aguad, Aranguren, Dujovne y demás responsables del ajuste, entrega, represión y corrupción. A esos corruptos hay que denunciarlos penalmente por varios delitos y los queremos ver en la cárcel.

Estas son nuestras banderas patrióticas y nacionales. Al mismo tiempo, como somos internacionalistas y guevaristas, ratificamos nuestra pertenencia al movimiento obrero y comunista mundial. De allí nuestra solidaridad con Cuba socialista, Venezuela bolivariana y el ALBA, nuestro apoyo a China, a la República Islámica de Irán agredida en estos momentos, a Siria, Palestina y demás países violentados por el imperialismo.

Reclamamos la libertad de todos los presxs políticxs argentinos y la repatriación y libertad del militante Facundo Molares; la libertad de los presos paraguayos, chilenos, peruanos, colombianos, vascos, catalanes, españoles, palestinos, etc.

Hoy apoyamos las rebeliones populares en Chile, Haití, Ecuador, Colombia y la resistencia de lxs compañerxs bolivianxs ante el golpe de Estado fascista.

       ¡Aumentos de salarios, jubilaciones y pensiones, con paritarias libres y movilidad de jubilaciones!

       ¡Mayor presupuesto para Educación, Salud y programas sociales!

       ¡No pago de la deuda ilegítima con el FMI!

       ¡Nacionalización de la banca, el comercio exterior, la energía y la siderurgia!

       ¡Que la crisis la paguen los monopolios, banqueros, sojeros y terratenientes!

       ¡La tierra para los que la trabajan y para las comunidades originarias!

       ¡Por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y las diversidades!

       ¡Libertad a todxs lxs presxs políticxs!   

       ¡Vivan los 30.000 compañeros desaparecidos que dieron sus vidas por el socialismo, en su vertiente marxista-guevarista-sanmartiniana y en su vertiente nacional de Evita! ¡Los reivindicamos más que nunca como Generación del ‘70 que luchó por el poder político!

       ¡Juicio y castigo en cárcel común a los genocidas, militares y civiles!

       ¡Por la recuperación de identidad de todos los nietos que falta encontrar!

       ¡Por una ley democrática de medios, abajo el monopolio Clarín!

       ¡Por la depuración inmediata del Poder Judicial nacional y de las provincias!

       ¡Defensa del medio ambiente, no a la minería contaminante!

       ¡Soberanía argentina en Malvinas e islas del Atlántico Sur!

       ¡Firme apoyo al gobierno cubano de Miguel Díaz Canel y el gobierno venezolano de Nicolás Maduro!

       ¡Por un Frente Antiimperialista para luchar por la liberación nacional y social!

       ¡Abajo el imperialismo, el fascismo y el sionismo! ¡En defensa de la paz mundial y el medio ambiente!   

       ¡Por la Segunda y Definitiva Independencia de Argentina y la Patria Grande Latinoamericana!

 XIV CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO DE LA LIBERACIÓN (PL)

Córdoba, 4 y 5 de enero de 2020

Continuar leyendo
1 Comentario

1 Comentario

  1. Henry

    17 enero, 2020 a 08:41

    Leí con atención el Documento. A mi humilde entender, es un muy buen Documento en muchos aspectos: teóricos, informativos, formativos y prácticos; pero hay formulaciones y ausencias que me gustaria, en algún monento, conversar mano a mano. Ah! Aprovecho la oportunidad para desear a la flamante Secretaria General del PL : Éxito Pleno!. Ademas, tal como lo hizo Sergio, confío en la labor de Irina por su militancia, capacidad y militancia abnegada durante tantos años.

Deje un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

13 + 9 =

EDICIÓN DIGITAL

LINKS DE INTERÉS

Partido de la Liberación