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BASTA DE APAGONES

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Hay que reestatizar Edenor y Edesur

            El pueblo argentino viene sufriendo desde 1992, cuando Carlos Menem y Domingo Cavallo privatizaron empresas públicas, entre ellas la de electricidad Segba (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires).

            Esa privatización benefició a capitales extranjeros en Edenor (españoles) y Edesur (italianos) asociados en el Área Metropolitana de Buenos Aires con grupos monopólicos locales, como Pampa Energía de Marcelo Midlin.

            En esos distritos y en el resto del país las tarifas fueron aumentadas, con récord de hasta el 3 mil por ciento durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el ministro del área era el ex CEO de Shell, Juan José Aranguren.

            Durante el gobierno actual, sobre todo luego del acuerdo de marzo de 2022 con el FMI, fueron subiendo las tarifas eléctricas porque una de las exigencias del organismo financiero era recortar  los subsidios del Estado. Y desde que está Sergio Massa en Economía y Flavia Royón en Energía, las tarifas de luz siguen aumentando, como las de agua y gas.

            La población también sufre porque dos por tres hay cortes del servicio en Edesur y Edenor, generalmente más prolongados en la primera. A principios de año hubo cortes que aquejaron a 400.000 vecinos. Y fue casi una constante a lo largo de enero y febrero, pero lo peor llegó en marzo. Al momento de escribir estas líneas había 80.000 usuarios sin luz desde una semana atrás, por culpa de Edesur, y otros 20.000 que padecían por Edenor.

            Los reclamos no surtían efecto en las oficinas de estas empresas por lo que los vecinos, indignados, golpeaban las ventanas y puertas de esas dependencias y prendían algunas barricadas en barrios de CABA y el AMBA. La policía, como siempre, acudió allí para defender a los capitalistas no sea cosa que los que no tienen luz les rompieran algún vidrio de esas patronales.

            Esta vez, como esos empresarios se pasaron de la raya, el Ente Nacional de Regulación Eléctrica, ENRE, demandó por medio de su interventor Walter Martello a las autoridades de Edesur por Defraudación por desbaratamiento de los derechos acordados, Abandono de personas y Entorpecimiento de los servicios públicos.

            De todos modos el daño ya está hecho.

            Los cortes de luz aumentan en esta época del año de mayor calor, con altas temperaturas y sensaciones térmicas de 40 grados, donde se consume más electricidad, con heladeras, aires acondicionados, ventiladores, etc. Pero esa no es ninguna sorpresa, más en estos tiempos de tanto cambio climático. Habría arreglo parcial si las eléctricas invirtieran más, para que no haya cuellos de botella ante la mayor demanda. Y es lo que no hacen. No invierten un peso.

            Peor aún, le reclaman al Estado que aumente las tarifas y a su vez Edesur y Edenor se endeudan con la estatal Cammesa, a la que compran luz para distribuir, sin pagarle. Hay un ejemplo muy evidente de ese negociado. Ambas firmas debían a Cammesa, o sea al Estado, 220.000 millones de pesos. Massa y Rayón les hicieron una quita de 140.000 millones y sólo pagarán 80.000 millones, pero en 96 cuotas y a tasa subsidiada.

            Los que hacen estos grandes negocios a expensas del pueblo son Daniel Vila, Jorge Luis Manzano y Mauricio Filiberti, los dueños de Edenor desde que en 2021 se la compraron a Midlin. Y en Edesur están la italiana Enel y sus socios de Sadesa (Carlos Miguens, ex cervecería Quilmes; Nicolás Caputo, Guillermo Reca y la familia Escasany, del Banco Galicia). Estos últimos son dueños de la generadora Central Puerto y podrían adquirir la mayoría de Edesur a Enel, que hace un año está buscando salir de Argentina y concentrarse en otros países.

            Muchos cambios de nombres y nacionalidades, pero desde la privatización en 1992 hasta hoy el servicio eléctrico en el AMBA ha sido desastroso en todo sentido: pésimo servicio, altas tarifas, falta de inversiones, fuga de capitales y subsidios del Estado.

            Por eso es una vergüenza que en todos estos años, con gobiernos de diferentes signos aparentes, en la Nación, CABA y Buenos Aires, esos empresarios siguieran a cargo del servicio.

            La solución que se impone es quitarles las concesiones a Edesur y Edenor, que paguen indemnizaciones y multas por los daños ocasionados, y que el Estado se haga cargo con una empresa estatal, bajo control y con participación de los trabajadores y los usuarios. Un proyecto de ley similar fue presentado hace un mes en Diputados por los legisladores del FITU. Eso es lo correcto y no volver a privatizar, como haría el gobierno, luego de designar sólo un interventor en Edesur, Jorge Ferraresi por 180 días.

            Esa estatización (y no sólo en el AMBA) sería el primer paso porque además de la la luz en su parte distribución también hay que hacerlo en la generación y la transmisión, los otros dos componentes. Y luego habrá que seguir por el resto de la energía, que debe ser nacionalizada, comenzando por el 49 privado restante de YPF, todo el gas, etc.

PABLO LOZA

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