SÍGANOS EN

Derechos Humanos

Encuentro Federal de Derechos Humanos

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   El 7 de octubre se realizó el VII Encuentro Federal de Derechos Humanos en el Espacio de Memoria ex ESMA, proclamado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La consigna del Encuentro fue: “Sin Memoria, Verdad y Justicia no hay Libertad”. Asistieron delegaciones de organismos de Derechos Humanos no gubernamentales y oficiales, juristas, periodistas, referentes nacionales y de las provincias, académicos y dirigentes políticos. Estamos ante una embestida discursiva de algunos sectores que dicen llamarse libertarios, citando la palabra libertad y sin embargo defienden a los que durante la última dictadura vinieron por esa libertad y la hicieron añicos, señaló el secretario de DD HH, Horacio Pietragalla.

            Hubo más de 3.000 personas que participaron en 14 comisiones. Violencia Institucional, Espacios y Archivo de Memoria, Juicios de Lesa Humanidad, Pueblos Originarios, Comunidad de Migrantes, Afrodescendencias, Discapacidad, Identidad, Trabajo, Comunicación y dos ejes nuevos: Adultos Mayores y Derechos y Educación Pública y Participación Estudiantil.

    Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo, señaló la importancia del Encuentro Federal porque “todas y todos los que están acá presentes demuestran tener memoria, esa memoria que muchos negacionistas como esa mujer (Villarruel) que reivindica el genocidio quieren hacer desaparecer”. La memoria histórica es un proceso colectivo que da significación común  a hechos del pasado, como por ejemplo la dictadura de 1976. Esta construcción ha sido motorizada por los organismos de Derechos Humanos que exigieron Memoria, Verdad y Justicia por los Detenidos-Desaparecidos, los bebés apropiados, las víctimas de torturas, los que sufrieron condenas injustas, los que tuvieron que irse del país, etc. Cuando la defensa de los derechos Humanos deviene en política de Estado, adquiere relevancia nacional e internacional. 

            Y ahí aparecen las limitaciones de la política oficial de este gobierno nacional. Nos preguntamos: ¿por qué no se dio impulso para sancionar una Ley contra el Negacionismo? Si ya desde el gobierno de Macri comenzó a gestarse un ataque continuado contra el Nunca Más que la sociedad argentina mayoritariamente aceptó como válido. Hubo un fuerte ataque a los símbolos de la construcción de esa memoria colectiva: primero hacia el número de 30.000 detenidos-desaparecidos, luego un proceso de victimización de los genocidas reclamando prisiones domiciliarias y luego la equiparación de la violencia estatal con la de los grupos insurgentes. “Hubo una guerra”, afirman y en esa guerra los militares cometieron “excesos”.

            Esas afirmaciones repetidas y propaladas por medios de comunicación y redes sociales lograron erosionar los acuerdos y la construcción de memoria. Y en los últimos tiempos se transformaron en mensajes de odio, que normalizaron prejuicios contra los organismos de DDHH, referentes, políticas de reparación y hasta los conceptos de Derechos Humanos, Económicos y Sociales. La mayoría de los jóvenes de la actualidad tiene escasos conocimientos acerca de lo que pasó en la dictadura. Y ahí está la responsabilidad del Estado que debe promover y proteger esa construcción. Con políticas orientadas sobre todo a la educación. Las que militamos por los DDHH y transitamos territorios distintos, sabemos que en los espacios educativos esos temas no están o se los da en forma insuficiente. Y reconocemos que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, hicieron y repartieron en todos los establecimientos educativos abundante material bibliográfico y visual sobre esos temas; lamentablemente, no significa que se los usara.

            Pero Negacionismo no es el único déficit  de este gobierno en Derechos Humanos. Está muy bien construir Sitios y Espacios de Memoria, pero fundamentalmente hay que proteger los Derechos Humanos de hoy y de todas y todos. Por ejemplo los de los pueblos originarios, que a lo largo y lo ancho del país claman por alimentos, agua, salud, educación y vivienda y sólo reciben alguna promesa que luego no se cumple o reciben bolsones de comida para el hambre de una semana. Y que son amenazados, hostigados y encarcelados cuando protestan o cortan una ruta en defensa de sus territorios ancestrales.  ¿Cómo  explica el gobierno que Milagro Sala siga condenada y con prisión domiciliaria con riesgo de vida sin que se hayan tomado medidas efectivas para preservar sus derechos humanos? En las circunstancias actuales, la realización del Encuentro no nos parece relevante y, salvo en lo teórico y declamativo, no aporta para que los Derechos Humanos sean respetados.

            El ajuste impuesto por el FMI e implementado por el gobierno de Alberto Fernández, Cristina y el candidato Sergio Massa cierra con los protocolos de seguridad ya implementados en varias provincias para impedir las protestas de los sectores populares que piden comida, trabajo y condiciones dignas. Se propone bajar la edad de imputabilidad de los jóvenes, que viven con sus derechos vulnerados y no se sienten sujetos de ningún derecho.

            No estamos en contra de la realización de Encuentros Federales de Derechos Humanos, siempre y cuando se supere el burocratismo y se atienda realmente a las problemáticas que cada provincia expone. Que son muchas y diversas. Pero sobre todo, que se plasmen no sólo en documentos sino en políticas públicas.

            Los DDHH se defienden fundamentalmente en las calles junto al pueblo que lucha. Reafirmando que los 30.000 compañerxs siguen y seguirán presentes en nosotrxs AHORA Y SIEMPRE.

ELENA RIVERO

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