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Derechos Humanos

El golpe de Estado militar-cívico del 24 de marzo de 1976

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            Era marzo, en el año ‘76, y en la madrugada del día 24 las Fuerzas Armadas realizan el golpe de Estado que terminó por derrumbar el ya agonizante gobierno de María Estela Martínez de Perón. No fue un golpe más, fue parte del accionar del plan Cóndor sostenido por EEUU (en conjunto con su similar en escala de violencia, la dictadura chilena). No fue como golpes pasados dado que existían características distintivas que pasaremos a mencionar:

1) Ya existían grupos paramilitares como la Triple A (constituidos durante un gobierno democrático y que respondían a los sectores derechosos del peronismo, cuestión que nos permite ver el carácter burgués instalado en las profundidades de este movimiento).
 
 2) La Triple A sería absorbida por las FFAA e incorporada al aparato represivo en el marco de los ya firmados decretos del PEN, que planteaban la aniquilación de las organizaciones armadas (como no, firmados durante un gobierno “democrático”).

3) El gobierno militar seria ampliamente apoyado por sectores civiles, por eso se hablaría de dictadura militar-cívica en el futuro. A su vez la misma sería conducida por una Junta Militar compuesta por las 3 fuerzas, a diferencia del pasado donde usualmente una sola fuerza conducía.

4) Las fuerzas populares se encontraban prácticamente derrotadas en su brazo militar, y el sector sindical y político debía enfrentar graves crisis internas. Ejemplo de ello era la lucha interna del peronismo entre sus sectores de izquierda y de derecha. En las fuerzas de izquierda hubo desviaciones muy graves: la dirección del PC calificó a Videla de “democrático” y a Viola de “nacionalista”. Eso objetivamente ayudó a la represión militar.

            Los métodos represivos utilizados ya son bien conocidos, en esta nota no describiremos los métodos hacia los “chupados” (secuestrados y luego en calidad de desaparecidos), las torturas y ejecuciones, solamente diremos que los mismos superaron con creces a los utilizados durante anteriores interrupciones al orden institucional. El objetivo fue instaurar una nueva sociedad, una nueva Argentina, en base a la explotación del capital financiero-imperialista, instalando una conciencia obediente y servil a la explotación.

            Las organizaciones del campo popular, sin embargo, demostraron su valentía: organizaron huelgas, sabotajes, las organizaciones revolucionarias realizaron operaciones, los frentes políticos y sindicales intentaron resistir los embates del enemigo, pero finalmente hubo una victoria temporal del fascismo de la Junta Militar. Temporal dado que ese triunfo no seria eterno, de hecho la resistencia popular, las Madres de Plaza de Mayo, etc, más las propias contradicciones dentro del capitalismo y de la ideología fascista terminaron llevándola a su derrota.

            La guerra de Malvinas motivada por la necesidad de una dictadura en descrédito, jaqueada económicamente, presionada por movilización de los sectores políticos y criticada por muchos países del mundo, precipitó un final inevitable que era la salida hacia una democracia burguesa. Por lo que podemos decir que, en los últimos movimientos de la partida de ajedrez, el jaque mate fue contra la dictadura.

            Al levantarse el velo de miedo e ignorancia que creó el régimen militar-cívico, lo que se encontró no podía ser peor: desaparecidos, asesinados, exiliados, bebés apropiados por la fuerza, la crisis económica galopante, empresas cerradas, desempleo, inflación, etc. Muchas de estas heridas fueron sanando, en la medida de lo posible, dado que hay pérdidas que nunca podrán subsanarse, pero es como dice la canción: “decidimos seguir hacia adelante con el nombre de nuestros caídos como un estandarte”.

            Prueba de que no nos han derrotado es la continuación del trabajo del partido Vanguardia Comunista, por parte de sus militantes y simpatizantes en su organización sucesora desde 1983 hasta hoy como Partido de la Liberación, acompañando en actos y actividades propagandísticas en memoria de nuestros camaradas víctimas de la dictadura. No renunciando a la idea de la revolución y no cediendo frente a los partidos burgueses para ser tren de cola de los populistas como algunos vergonzosos casos de la actualidad.

            Ese trágico 24 de marzo Nunca Más debe ocurrir. También de ahí comprendimos que la realidad de la lucha revolucionaria no es agradable, no es una tarea a realizar con tranquilidad, la vida militante trae su exigencia, su necesidad de perseverancia, su táctica y estrategia, su análisis correcto y por sobre todas las cosas no rendirse ante la adversidad.

            Como PL invitamos a que todo militante y simpatizante concurra a las marchas, eventos conmemorativos y realice las actividades propagandísticas correspondientes haciendo suya las luchas y nombres de nuestros camaradas mártires, evitando que caigan en el olvido, porque solo está muerto a quien se olvida.

                                                                                                                     LULO MALESORI

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