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CONFERENCIA ACADÉMICA INTERNACIONAL EN JINAN, SHANDONG, REPÚBLICA POPULAR CHINA

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“VALORES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA CIVILIZACIÓN HUMANA”

El camino chino hacia la modernización y la situación en la Argentina

SERGIO ORTIZ. PARTIDO DE LA LIBERACIÓN (PL) DE ARGENTINA

2 de diciembre de 2023. Sub FORO III.

            La línea política y la práctica del gobierno socialista de China marca un gran ejemplo para los pueblos del mundo y debería ser tenida más en cuenta por los gobiernos de los países en desarrollo. Es que aquella línea liderada por el presidente Xi Jinping y el resto del gobierno y partido chino, firmemente apoyada por su pueblo, viene alcanzando notables metas de crecimiento y modernización, con un alto grado de igualdad y bienestar para los 1.400 millones de chinos si bien ellos mismos admiten que por ahora son un país socialista modestamente acomodado y tienen objetivos aún más elevados para 2049, cuando esa revolución socialista cumpla 100 años.

            Y lejos de tener una posición egoísta, tiende la mano al desarrollo del mundo, por ejemplo, con su propuesta de la Franja y la Ruta de la Seda, desde 2015, para una estrategia de ganar-ganar con obras e infraestructura junto a otros países de Asia, parte de Europa, África y luego también América Latina y el Caribe.

1.- CHINA ELIMINÓ LA POBREZA EXTREMA.

               China culminó en 2020 la erradicación de la pobreza, habiendo sacado de ese pantano a 780 millones de pobres, según estadísticas propias y del Banco Mundial. Lo hizo con un esfuerzo descomunal y sostenido desde las reformas económicas introducidas desde 1978, logrando llegar a esa meta diez años antes de lo convenido por la Agenda Mundial 2030 planteada por Naciones Unidas. En 2021 el presidente Xi Jinping detalló que en el tramo final se había sacado de la pobreza a 99 millones de habitantes, a 832 distritos pobres y a 128.000 aldeas pobres.

               Ese es un logro descomunal del socialismo con peculiaridades chinas que despierta admiración y sana envidia en otros pueblos, por caso en Argentina.

                        Es que en nuestro país según la estadística oficial del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), en el primer semestre de 2023 había un 40,1 por ciento en la pobreza y dentro de ese segmento 9,3 por ciento de indigentes, que ni siquiera alcanzan sus ingresos para una Canasta Básica de Alimentos (CBA). Esa estadística es aún más ominosa con las infancias, porque más del 56,2 por ciento de las mismas son pobres.

               Eso significa que 18,5 millones son pobres, y de ellos 4,3 millones son indigentes, sobre una población de 46 millones de argentinos. Con el ritmo alocado de inflación, ese dato de pobreza del primer semestre ya está desactualizado y según Observatorio de la Deuda Social de la UCA ahora es del 44,7 por ciento de pobreza y 9,6 de indigencia, resultando que 22 millones de argentinos padecen estos flagelos.

               Que haya 10 por ciento de indigentes que pasan hambre resulta un contrasentido, propio del capitalismo dependiente semicolonial, porque Argentina es  productor de alimentos para 400 millones de personas. Y no puede, no quiere o no sabe alimentar a 4,3 millones de argentinos indigentes y muchos más que pasan hambre.

               Quiere decir que los gobiernos argentinos, en particular los dos últimos, los de Mauricio Macri y Alberto Fernández, no han sacado enseñanzas de China. Y el presidente que ahora asume, el neofascista y ultraliberal Javier Milei, con sus planes de ajuste brutal, privatizaciones, dolarización, entrega del patrimonio nacional y ruptura de relaciones con China va a aumentar aún más ese drama de pobreza e indigencia.

               Esos índices de pobreza tienen que ver con el altísimo endeudamiento externo de Argentina, que a mediados de 2023 llegaba a 405.594 millones de dólares (Clarín, Ismael Bermúdez, 16/8/2023). Esa deuda aumentó sustancialmente durante el gobierno de Macri, con un crédito de 44.000 millones de dólares concedidos en 2018 por el FMI, que apuntó a dos objetivos. En política a garantizar la reelección de Macri en 2019, objetivo frustrado electoralmente. Y en finanzas, a facilitar la salida de fondos e inversores locales y extranjeros, que querían fugar capitales. El informe del Banco Central, el 14 de mayo de 2020, documentó que la fuga de capitales había alcanzado los 86.200 millones de dólares entre 2015 y 2019. El informe concluyó que “la fenomenal deuda externa contraída tuvo como correlato principal una caudalosa formación de activos externos”.

               Uno de los pocos medios que publicó ese informe fue El Cohete a la Luna. Su director, Horacio Verbitsky, escribió “Los conocidos de siempre”, 17/05/2020: “En el caso de las empresas y fondos comunes de inversión, 8.527 personas jurídicas demandaron 51.742 millones de dólares para fuga, o el 92,9% de los montos totales adquiridos por empresas). Y el 1% de las mayores empresas compradoras (853 firmas) adquirieron divisas por 41.124 millones (equivalente al 73,8% de las compras netas de las empresas)”. 

               Fue un negociado para pocos, porque “la fuga de capitales presenta una notable concentración en unos pocos actores económicos. Un reducido grupo de 100 agentes realizó compras netas por U$S 24.679 millones”. (Diario Ambito, 12/3/2021).

               Pese a sus promesas de investigación de esta deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta, el gobierno de Fernández-Cristina-Massa convalidó la estafa en marzo de 2022 y comenzó a pagarla con nueva deuda con el FMI. Y esa es una de las razones más poderosas que explican la altísima pobreza del pueblo argentino: en el 2024 habrá que pagar 20.000 millones de dólares por la deuda externa y cantidades similares en los años siguientes.

2.- CHINA TIENE UNA INFLACIÓN MUY BAJA

               El gobierno chino informó que en 2022 tuvo una inflación del 2 por ciento. Otro logro extraordinario, que habla de la estabilidad de precios de su economía y de que la capacidad adquisitiva de los salarios se mantuvo estable.

               El 18 de enero de 2023 el diario Ámbito informaba: “China registró una inflación de 2% a lo largo de 2022, por debajo de lo proyectado. La inflación al consumidor en China creció levemente en diciembre de 2022, al alcanzar 1,8% de inflación interanual, según cifras oficiales divulgadas este jueves por la Oficina Nacional de Estadística (ONE)”.

               Eso es resultado de los planes económicos quinquenales y su aplicación anual por el gobierno del presidente Xi Jinping, con un rol clave del Estado, cumpliendo sus metas de gasto público, recaudación, emisión monetaria prevista, inversión pública y privada, producción, reservas financieras, etc. También tiene superávit comercial: (en 2022), el superávit comercial del país se amplió en un 31% anual, llegando a USD 876.910 millones, la cifra más elevada desde que comenzaron a hacerse registros en 1950”. (https://santandertrade.com/es/portal/analizar-mercados/china/cifras-comercio-exterior).

               Sabemos que el sector privado de la economía china es importante, pero está subordinada al rol prevaleciente del Estado, incluso en áreas donde éste ocupa una franja menor del mercado. El Estado fija reglas y las hace cumplir al sector privado, por importante que sea. Por eso los precios no se disparan como en otros países, caso concreto de Argentina.

               La economía china tiene un sector digital cada vez más importante. El 25 de agosto de 2022 la agencia Xinhua informaba: “Un sistema digital que conecta a un millón de ingenieros de investigación y desarrollo (I+D) electrónicos, 100.000 fábricas de producción y distribución, y clientes de más de 210 países se exhibió en una conferencia sectorial recién organizada en China”. Añadía: “Los datos muestran que la escala de la economía digital de China se disparó de 11 billones de yuanes (1,6 billones de dólares) en 2012 a 45,5 billones de yuanes en 2021, lo que representa el 39,8 por ciento del PIB del país en 2021”.

               En 2022, cuando China tuvo una inflación anual del 2 por ciento, Argentina registró una del 72,43 por ciento. Y hasta octubre pasado, en 2023 llevaba una inflación del 120 por ciento con 142,7 por ciento en los últimos 12 meses. Probablemente termine este año en el 180 por ciento.

               Esa disparada de los precios, que se hace sentir en especial en el rubro alimentos – donde más gastan los sectores más humildes- pulveriza los salarios, jubilaciones, pensiones y planes sociales como el Potenciar Trabajo, la Asignación Universal por Hijo, etc.

               Entidades ligadas al mundo gremial concluyen que los salarios cayeron 30 por ciento desde fines del gobierno de Macri y nunca se recuperaron durante la gestión que está finalizando sino que incluso cayeron varios puntos, lo mismo que las jubilaciones que perciben casi 6 millones de personas mayores.

               Este flagelo de la inflación tiene responsables con nombres y apellidos: son los monopolios nacionales y extranjeros que dominan rubros de la economía. Por caso, Molinos, Arcor, Ledesma, La Serenísima y General Deheza en alimentos, junto con las cadenas de hipermercados como Coto, Carrefour, Chango Mas, La Anónima y Cencosur. Unilever en higiene. Bagó y Roemmers en medicamentos. Holcim, Techint y Acindar en insumos industriales. Cargill, Cofco, Viterra-Bunge y otros en el comercio exterior. Pampa Energía, Tecpetrol, Chevron, Vista Oil, Panamerican, Axion, Shell, etc, en energía y combustibles.

               A diferencia de China, el gobierno argentino ha sido claudicante y capitulador ante esos monopolios, que suben los precios aprovechando su condición de formadores de los mismos, con nula intervención estatal.

               En esa escalada de precios e inflación es muy dañino el rol de los monopolios que dominan el comercio exterior y el de los bancos. Los primeros, porque pretenden que el mercado local le pague mismos precios que los internacionales. Y los bancos, porque el Santander, BBVA, Galicia, Macro, HSBC y otros fueron clave para la fuga de capitales y las subidas del dólar. Eso incidió fuerte en la inflación porque se remarcaron precios en función de la cotización del dólar blue o ilegal.

3.- CHINA DEFIENDE LOS DERECHOS HUMANOS EN SENTIDO AMPLIO.

               La propaganda antichina inspirada por el imperialismo, sobre todo el yanqui, acusa a la República Popular China de ser una “dictadura” y a su presidente Xi de ser un “dictador”. Lo reiteró Joe Biden el 15 de noviembre tras su reunión en San Francisco con su colega chino, cuando dijo a la prensa: “Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país comunista basado en una forma de gobierno totalmente diferente a la nuestra”. Lo dijo varias veces el fascista Milei.

               El presidente chino aclaró en 2014 que “democracia no es sólo elecciones” sino un conjunto de valores y acciones en defensa de su pueblo que está dirigido por el Partido Comunista de China como partido de vanguardia. De allí que la democracia y los derechos humanos son concebidos en un sentido bien amplio. Sacar a la gente de la pobreza es dar vigencia real a los derechos humanos, en “una dictadura democrática popular dirigida por la clase obrera”.

               En cambio la supuesta democracia estadounidense, como muy bien la calificó en su tiempo Fidel Castro, es una plutocracia, o sea una democracia de los ricos, por los ricos y para los ricos.

               No puede hablar impunemente de “democracia” un gobierno como el de Biden, que ha solicitado un presupuesto para el Pentágono de 850.000 millones de dólares, que mantiene 750 bases militares en el mundo y que agrede militamente a otros países en forma directa como en Afganistán e Irak, o indirectamente como en Ucrania, que bloquea a Cuba, Venezuela y Nicaragua, que ayuda a Israel a cometer genocidio contra Palestina, etc.

               En cambio las prioridades del gobierno chino son atender a las necesidades de su gente. De allí que hayan podido concretar las “Dos despreocupaciones”, alimentación y vestido, y “Tres garantías”, Educación obligatoria, Asistencia médica básica y Seguridad habitacional (Xi Jinping, El respeto y garantía de los Derechos Humanos. Pág. 86).

               Los grandes flagelos en otras partes del mundo, tales como el  juego, las drogas, la prostitución y las mafias, en China son combatidas con éxito y perseverancia. En las infancias se logró cero deserción escolar. La tasa bruta de matriculación en la educación superior alcanzó 57,8 por ciento en 2021, frente a 26,9 por ciento de 2011, dijo en abril de 2022 He Junke, secretario general de la Liga de la Juventud Comunista. Hay tolerancia cero para la corrupción en el gobierno, la política y la justicia, algo que no ocurre en el resto del mundo capitalista.

               Ya en 2015 el presidente Xi ratificaba el respeto de su gobierno por la religión, pero a la vez advertía: “estar alertas ante el peligro de la infiltración religiosa y ante las reivindicaciones religiosas con intencionalidad política” (Obra citada, pág. 126).

               En Argentina hubo desde 2006 algunos logros importantes en Derechos Humanos sobre todo a partir de los juicios contra los genocidas, por causas de lesa humanidad. Estos juicios tuvieron como base no tanto el rol de los gobiernos democráticos, sin desconocerlos, sino sobre todo el empuje de los organismos de Derechos Humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo e Hijos (agrupación conformada por hijos e hijas de detenidos – desaparecidos por la dictadura militar). Estas organizaciones se pusieron al hombro la causa de la Memoria, Verdad y Justicia, y así se pudieron realizar 294 juicios a los genocidas de la pasada dictadura militar-cívica, con 1.117 condenados y 168 absueltos. El límite es que la mayoría de los condenados son militares, policías o gendarmes, en tanto los empresarios y políticos socios y cómplices civiles de aquella dictadura en general quedaron impunes. Y el otro límite es que de los condenados, el 77 por ciento está con prisión domiciliaria y no en la cárcel, según el informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad del 16 de diciembre de 2022.

               Y hoy, en  vísperas de asumir un gobierno de ultraderecha como el de Milei y Villarruel, que niegan los 30.000 desaparecidos y lo que fue el terrorismo de Estado (a lo sumo admiten “excesos”), etc, sobrevuela el peligro de que esos genocidas presos recuperen la libertad como lo hicieron con un indulto de Carlos Menem en 1989.

               Por lo demás, la democracia en un sentido amplio del término, tiene un techo muy bajo en Argentina, por la pobreza superando el 40 por ciento y la indigencia ubicada casi en un 10 por ciento. Según CIFRA, centro de estudios ligado a la CTA, en los últimos ocho años los trabajadores trasladaron a los empresarios 105.000 millones de dólares, perdiendo el trabajo a favor del capital 70.000 millones durante el gobierno del Frente de Todos-Unión por la Patria, y 35.000 millones entre 2015 y 2019 con Mauricio Macri, Cambiemos-Juntos por el Cambio.

               Por eso suena como música maravillosa a nuestros oídos las palabras del presidente Xi Jinping, que en 2021 decía “jamás permitiremos que haya un creciente agrandamiento de la disparidad entre ricos y pobres” (Obra citada, Pág. 82).

4.- CHINA DEFIENDE LA VIDA Y LA SALUD DE SU PUEBLO.

               Según la OMS, China ocupaba el décimo lugar mundial en salud materno infantil en 2020; es posible que ahora haya ascendido algunos peldaños más.

               La mejor demostración de la preocupación por la vida y la salud de su pueblo fue su respuesta inmediata, completa y eficaz ante la pandemia del COVID-19, combatida por todo su pueblo, su sistema de salud, tres vacunas propias, asistencia estatal, organización y disciplina social, construcción de hospitales, movilización del EPL, etc.          

               Y no sólo lo hizo fronteras adentro de China sino facilitando vacunas y ayuda médica a otros pueblos, con más de 2.000 millones de dosis de sus vacunas CanSino, Sinopharm y Sinovac. Argentina fue uno de los países que debe gratitud a China por esa provisión que salvó tantas vidas en 2020 y 2021.

               “A fecha de 20 de marzo de 2021, el virus SARS-CoV-2 había infectado en el país asiático a alrededor de 823.000 personas, de las cuales en torno a 10.534 habían perdido la vida a causa de la COVID-19”, se lee en  https://es.statista.com/estadisticas/1107716/covid-19-casos-confirmados-muertes-y-recuperados-por-dia-china/”.

               También en este aspecto China es un faro orientador para el resto del mundo. En Argentina no hubo vacunas propias. Se hicieron acuerdos con laboratorios privados como Richmond y grupo Insud, pero no hubo tal producción. El Estado propició la investigación de la vacuna argentina “ARVAC Cecilia Grierson”, con el Conicet  y la Universidad de San Martín. Ese proyecto pudo avanzar recién en 2022, junto con el laboratorio privado Pablo Cassará, y sólo en octubre de 2023 fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica  (ANMAT).

               En plena pandemia los laboratorios extranjeros como Pfizer y Moderna reclamaron ante el gobierno de Alberto Fernández que se las cubriera de eventuales demandas ante consecuencias negativas de sus vacunas. Y pidieron bienes del Estado como garantías, por lo que se modificó una ley para darles esas seguridades ante posibles juicios. Y peor aún, la entonces presidenta del PRO, Patricia Bullrich, dijo que a Pfizer, por sus vacunas, se le podía dar en garantía las islas Malvinas, un territorio sagrado para los argentinos. Ello provocó una ola de indignación nacional.

               Argentina tuvo 130.472 muertos por COVID-19, o sea 12 veces más que China, con una población 30 veces menor. Es un dato a tener en cuenta para ver las diferencias entre un país socialista y otro capitalista dependiente. Y ahora será aún peor porque Milei propone recortar la salud pública y hasta la libre venta de órganos…

5.- CHINA BREGA POR SU UNIDAD NACIONAL

               China ha trabajado duro, con patriotismo y a la vez con flexibilidad, para fortalecer su unidad nacional y recuperar los territorios arrebatados por el colonialismo y luego el imperialismo. Así retomó Hong Kong en 1997 y Macao en 1999. Y persiste en el objetivo de reintegrar Taiwán para hacer realidad una sola China.

               Esa política choca con los planes imperialistas de EEUU y de sectores gobernantes de Taiwán, que buscan la “independencia” al  sólo efecto de colocar una plaza de armas a tiro de Beijing, dentro de la estrategia global del imperialismo que hoy se patentiza en la guerra de Ucrania.

               Los argentinos experimentamos la usurpación de parte del territorio nacional a manos británicas desde enero de 1833 en las Islas Malvinas, hasta la fecha, con el breve intervalo de abril a junio de 1982 cuando hubo una recuperación argentina, abortada por la guerra de agresión de Margaret Thatcher.

               Las Naciones Unidas vienen desde 1965 (Resolución 2065, 16/12/1965) exhortando a Argentina y el Reino Unido a discutir la cuestión de la soberanía, pero la parte inglesa no lo acepta, dando por resuelta esa cuestión a favor suyo. Así ofenden a nuestra soberanía, pero también las riquezas ictícolas y petroleras, amén de afectar políticamente a América Latina y el Caribe, declarada zona de paz, porque mantienen una base militar con 1.200 efectivos y armas en Monte Agradable.

               El presidente electo Milei considera que Margaret Thatcher fue una “brillante estadista”, la que ordenó hundir el ARA Crucero General Belgrano donde murieron 323 argentinos. Milei, al igual que su canciller, la banquera Diana Mondino, pone por delante la consideración de la opinión de los kelpers, antes que los derechos soberanos de Argentina.

               Por eso es previsible que la “hermanita perdida”, como llamó Atahualpa Yupanqui a Malvinas, siga perdida bajo el próximo gobierno, que – como los anteriores – ni siquiera se atreverá a tomar sanciones contra grandes empresas británicas en Argentina como Shell, Glaxo, HSBC, British Petroleum, Unilever, Cadbury, Nobleza Piccardo, etc, para forzar a Londres a sentarse en esa mesa de negociación política pedida por Naciones Unidas.

               China recuperó Hong Kong y Macao y quiere integrar a Taiwán. Nosotros queremos y vamos a recuperar a las Malvinas,  que son argentinas.

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