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Victoria política de Cuba frente al bloqueo yanqui

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            El 2 de noviembre de este año la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó nuevamente una resolución que pide a Estados Unidos poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. Hubo 187 países votaron a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y hubo una abstención, Ucrania. Se aprobó por trigésima primera vez la resolución que insta a los Estados en los que existen  y continúan aplicándose medidas de ese tipo, en el plazo más breve posible y de acuerdo con su ordenamiento jurídico tomen las medidas necesarias para derogarlas. También pide al Secretario General de la ONU, que continúe preparando el informe anual sobre los efectos del “embargo” como el de este año que sirvió de base a las deliberaciones.

            En una breve intervención el representante de Estados Unidos justificó las medidas coercitivas y unilaterales de su país, con el remanido argumento de que se sostienen para impulsar la democracia y el respeto a los Derechos Humanos en Cuba. Le respondió un diplomático cubano afirmando “que una vez más, con viejos y nuevos pretextos, el gobierno de EE UU intenta en vano justificar una política que es ilegal y moralmente insostenible”.

            Y denunció las prácticas condenables que el “país de la libertad” practica en su territorio:  racismo sistémico, brutalidad policial, política represiva contra los migrantes, represión de los derechos reproductivos, ejecuciones extrajudiciales y el uso de torturas.

            En 1992 se votó por primera vez en la Asamblea General una resolución condenando el bloqueo y obtuvo 59 votos a favor. Los 187 votos del presente muestran que hay enorme consenso internacional para condenar esas medidas y darle legitimidad al reclamo isleño. Las medidas coercitivas contra Cuba trascienden el embargo y se profundizan mediante una trama de proclamas presidenciales, decretos y leyes que prohíben y entorpecen toda relación económica, comercial y financiera entre EE UU y la Isla e incluso afectan a terceros países. Según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental el gobierno de EE UU dedica cientos de millones de dólares y decenas de miles de horas hombre a administrar el bloqueo cada año. En los últimos 5 años ha adoptado unas 250 nuevas medidas hostiles, entre ellas la inclusión de Cuba como Estado Promotor del Terrorismo, que tiene un impacto directo en las transacciones bancarias que pueden hacerse desde o para Cuba.

            El bloqueo constituye un acto de guerra en tiempos de paz dirigido a anular o dificultar la capacidad del gobierno cubano para atender las necesidades de la población, crear una situación de ingobernabilidad y destruir  el orden constitucional. Aunque dirigidas al gobierno cubano, su blanco inmediato es el pueblo con el fin de restarle apoyo al gobierno a través del descontento y el desencanto basados en la insatisfacción y las penurias económicas. En las más de 6 décadas que lleva el bloqueo ha originado más de 254 mil millones de dólares de daño acumulado y sufrimiento cotidiano a la población cubana. Impide cualquier vía de ingreso de divisas al país, dificulta el envío de remesas y el turismo, prohíbe la llegada de cruceros y establece limitaciones a los vuelos aéreos. Amenazan a bancos, entidades privadas, instituciones y gobiernos para que se abstengan de relacionarse con Cuba. Han intentado y a veces propiciado el robo de marcas comerciales de ron y tabaco por ejemplo. Dificultan la reunificación familiar con quiénes residen en EE UU y paralelamente mantienen la prohibición de viajar a Cuba a las y los ciudadanos estadounidenses. Además se impide a Cuba adquirir de compañías estadounidenses y sus subsidiarias equipos, dispositivos y fármacos que el país debe pagar a precios exorbitantes a terceros, como ocurrió durante la pandemia. También existen restricciones para comprar alimentos.

    El bloqueo a Cuba, sostenido y profundizado por las presidentes de EE UU, republicanos o demócratas viola los principios internacionales de igualdad soberana de los Estados, el de no intervención en los asuntos referidos al derecho inalienable que tiene para elegir el sistema político, económico, social y cultural y el principio de independencia que los faculta para para decidir con autonomía acerca de sus asuntos internos y externos. Y fundamentalmente el bloqueo viola los Derechos Humanos de todas y todos los cubanos.

            No está en los cálculos ni en la agenda del imperio, revisar sustantivamente la política hacia Cuba y valiéndose de su poder hace caso omiso de las resoluciones votadas casi unánimemente por la comunidad internacional.

            A pesar de eso, no han logrado derrotar la Revolución. El gobierno y el pueblo cubano, resisten y resistirán, acompañados por la solidaridad internacional y de los amigos de Cuba que se multiplican por el mundo.

            Cuba no está sola y a pesar de las dificultades sigue siendo ejemplo en el mundo por sus logros en salud y educación sobre todo, por su coherencia política antiimperialista y su solidaridad de país socialista para con los pueblos del mundo.

            La victoria en la Asamblea General lamentablemente tiene el límite de que no asume forma resolutiva y obligatoria porque en el Consejo de Seguridad los imperialistas de Washington tienen derecho a veto. Una razón más para promover una nueva Organización de Naciones Unidas, sin ese privilegio del imperialismo.

ELENA RIVERO

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