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Notas políticas

El oportunismo político de La Cámpora y el PC

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            Cuando acordamos esta nota para LIBERACIÓN eran días donde Máximo Kirchner había renunciado a la jefatura del bloque de diputados del Frente de Todos, pero guardaba silencio sobre qué hacer frente al acuerdo que Martín Guzmán explicitó el 5 de enero ante los gobernadores. Renuncia y silencio. Se necesitaba saber qué iba a hacer La Cámpora, una organización de jóvenes y no tan jóvenes; un sector progresista que se vino devaluando en los dos años y tres meses de gobierno.

            Se precisaba conocer su postura en el Congreso pero sobre todo en el movimiento político y social, en los medios, la lucha cultural. Silencio de radio. “Silenzio stampa”, diría el Coco Basile.

            Su posición era oportunista. Por un lado esa organización estaba en las bancadas del Congreso, ministerio del Interior, carteras provinciales, cámaras legislativas provinciales, Anses, PAMI, etc. Eso la comprometía con el gobierno, pero al mismo tiempo venía adoptando posiciones críticas respecto al ajuste de Guzmán y el rumbo claudicante del acuerdo fondomonetarista.

            El oportunismo siguió en las sesiones de las comisiones de Diputados, donde los camporistas renunciaron a su integración, para no tener que votar el dictamen. Ya en el plenario, el 10 de marzo, no se anotaron entre los 80 legisladores que usarían de la palabra. Y recién a la hora de votar, a las 3 de la madrugada del día siguiente, Máximo Kirchner bajó al recinto y los 8 diputados de su agrupación votaron en contra, lo que significó un paso adelante. Por votar de ese modo los albertistas y massistas se los querían comer crudos, casi los trataban como traidores.

            En todo el proceso previo, como informó Horacio Verbitsky, MK no hizo propaganda del No, no difundió sus críticas delante de Cambiemos y no participó de las movilizaciones de protesta contra el FMI. Eso se llama oportunismo, en parte mitigado por su voto por el No, al final de esta historia en Diputados, cuando difundió un buen documento crítico de lo firmado por el gobierno con el Fondo.

            ¿Participará ahora de la protesta? ¿Organizará con aliados formas de resistencia al ajuste?¿ Abandonará la bancada de diputados del FdT? Sería importante que lo hiciera, pero eso hoy luce como altamente improbable. No imposible, pero muy difícil que lo haga. Si esto se confirmara – ojalá que estemos equivocados – sería otra muestra de su oportunismo, propio de quien en estos dos años vino trenzando diariamente con Sergio Massa y la derecha. Dejamos una puerta entreabierta para que estos dirigentes camporistas tomen una postura mejor. Ojalá…

El PC, otro tanto

            El Partido Comunista se integró al Frente de Todos aunque casi siempre fue mal tratado por la cúpula hegemónica de esa coalición. Ligó pocos cargos y ningún diputado. Dos años antes, en la campaña de 2017, fue excluido por el kirchnerismo de la personería del frente de Cristina en Buenos Aires, Unidad Ciudadana. Quedó afuera de esa instancia igual que MILES de Luis D’Elía, otro discriminado.

            No obstante ese mal trato, el PC dirigido por Víctor Kot siguió firme adentro del FdT, a pesar de las constantes políticas de claudicación oficialista frente a los monopolios y la derecha, como fue el caso de la anunciada estatización de Vicentín y otras.

            Las cosas superaron todos los límites con el acuerdo con el FMI que legaliza la estafa macrista y nos endeuda hasta 2036, con mayor ajuste y sufrimientos del pueblo.

            Numerosos militantes y dirigentes del PC vienen presionando para que ese partido rompa con el gobierno y pase a una oposición popular. Pero hasta el momento Kot y la cúpula siguen con su oportunismo. A lo sumo emiten algunos comunicados con críticas al acuerdo con el Fondo, aunque sin nombrar al presidente Alberto Fernández como si éste fuera intocable. O por temor a que si sacan los pies del plato, los expulsarán del Frente y algunos dirigentes del PC perderán cargos menores en la administración nacional.

            A diferencia de La Cámpora, la dirigencia del PC, como la del PCR, comenzó a participar de la resistencia al Fondo. Pero con varios límites: si las organizaciones más combativas convocaron contra la deuda el 11 de diciembre, aquellos fueron a la Plaza de Mayo el 10 de diciembre junto con el gobierno. Si la Autoconvocatoria, los del FITU, el PL, movimientos piqueteros, etc, llamaron el 10 de marzo frente al Congreso, entonces el PC y PCR fueron el día antes al mismo lugar con la CTA Autónoma.

            Sería bueno que el PC realice un congreso nacional y pueda hacer un debate político y una fuerte autocrítica, cambiando su dirección nacional, para emprender un rumbo de izquierda,  rompiendo con el gobierno del ajuste y el contubernio con el FMI. Si no lo hacen, seguirá su decadencia,  dispersión, divisiones y descrédito.

PABLO LOZA

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