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EDITORIAL

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JUJUY MARCA EL CAMINO

Falta más acompañamiento nacional y el Frente Antiimperialista

            Las necesidades económico-sociales y políticas del pueblo trabajador, por un lado, y la campaña electoral de los grandes partidos patronales, por el otro, corren como paralelas. No se tocan. El hambre sigue golpeando a buena parte de los 18.5 millones de pobres, que crecen con una inflación sin freno, en especial a las infancias y adolescencias donde el porcentaje de pobreza es el 60 por ciento. Los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” (Rodríguez Larreta, Bullrich, Massa y Milei) no atienden estos dramas.

            Para el candidato de Unión por la Patria y la Embajada yanqui, Massa, la clave es seguir pagando al FMI, con la mayor cantidad de dólares de las exportaciones. El último grito de esa moda es el Gasoducto Néstor Kirchner, que ahorrará este año 2.000 millones de dólares de importaciones y el próximo 4.000 millones, además de ingresar más divisas por exportaciones.

            Lo que no dice el gobierno y su festejo electoralista en Salliqueló, el 9 de julio, es que todas esas divisas irán a pagar la deuda fraudulenta con el FMI, BlackRock y los bonistas.

            Ocultan que el gran beneficiado del Gasoducto es el monopolio Techint, porque le adjudicaron la obra civil a Techint Economía y Construcción. También la provisión de los tubos de acero de Tenaris-SIAT y Usiminas, una asociada suya en Brasil. Y sacará tajada de la venta de gas de su controlada Tecpetrol. Sólo por provisión de caños, ¡567 millones de dólares! Un negocio redondo para Rocca, presentado como patriótico en el Día de la Independencia.

            Massa seguirá con el ajuste hasta el 10 de diciembre y su posición de debilidad política, personal y del gobierno que integra, más el saldo neto negativo de divisas en el Banco Central, lo pone en mayor vulnerabilidad en las “negociaciones” con el FMI. Se debe esperar que, gradualmente, la crisis se ponga aún peor.

            Los otros candidatos, de JxC y el fascista Milei, son aún peores que Massa porque quieren devaluar más rápido, recortar más salarios y jubilaciones, bajar más el gasto público, privatizar y cerrar empresas estatales, etc. Un capítulo especial son las reformas laboral y previsional, que quitarán conquistas: quieren extender el período de prueba, eliminar las indemnizaciones por despidos, prohibir de hecho el derecho de huelga, etc.

            Y no son enunciados en el aire. Los equipos de esos candidatos ya tienen sus libretos del ajuste. Fundaciones empresarias como la Mediterránea y el IERAL, fundados por Domingo Cavallo y conducidos por Carlos Melconian, también dan letra a la carnicería que va a llevar a cabo esa derecha-derecha.

            Son planes de guerra concretos, contra el pueblo. Y ya comenzaron en Jujuy, con la terrible represión de junio del gobernador Gerardo Morales, con su policía y justicia adicta, más la complicidad del Frente Justicialista. Hoy ese grupo de choque al servicio de los negocios del litio tienen procesados a 150 luchadores, a los que se demanda por hasta 25 años de cárcel y el pago de un millón y medio de pesos a cada uno.

              Ese es el programa práctico de Morales, el vice de Larreta. El de Bullrich es igual o peor, con sus antecedentes en el ministerio de Seguridad con Macri, la doctrina Chocobar, la desaparición de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel.

              Como la crisis se puso más brava, hoy los candidatos del ajuste hablan sin medias tintas. Massa no promete, como Menem, un Salariazo y Revolución productiva, sino más exportación de litio y gas para garpar al Fondo. Los macristas no dicen como en 2015, “no te vamos a quitar nada de lo que ya tenés”; plantean un ajuste feroz, de “todo o nada”, diría Bullrich.

LO QUE ESTÁ Y LO QUE FALTA

              Cuando Morales creía tocar el cielo y el litio con las manos, desde el 5 de junio las docentes de Jujuy le iniciaron un paro por tiempo indeterminado que aún no ha concluido, y las comunidades originarias salieron a cortar rutas contra la reforma inconstitucional que pretendía correrlos de sus tierras ancestrales a favor de las multis del litio. Esas luchas hicieron retroceder algunos pasos al dictador, pero no definitivamente. Para eso se necesita más acompañamiento a nivel nacional. Si bien muchos sectores populares fueron solidarios y hubo un paro de la CTERA de sólo 24 horas, la burocracia sindical de la CGT y la CTA de Yasky no acompañaron la rebelión de Jujuy.

              Mucho menos lo hizo el Frente de Todos-UP. Sólo dos tibios comunicados de Wado de Pedro y del secretario de DD HH, nada importante, y un par de tuits de CFK y de Alverso de tono electoralista. Pero lo que se dice solidaridad con el pueblo de Jujuy, casi nada, con el agravante de que el titular del PJ de Jujuy es Rubén Rivarola, que secundó a Morales en la reforma inconstitucional.

              Está bien exigirle solidaridad al gobierno, pero sobre todo para desenmascararlo, porque creer en él sería pedirle peras al olmo. Lo más importante es organizar la solidaridad por abajo, entre los gremios luchadores, los movimientos piqueteros, los organismos de derechos humanos no alcahuetes sino como Norita Cortiñas, los partidos de izquierda, etc.

              Ahora hay una campaña electoral que distrae esfuerzos, pero aún así hay que acentuar esa labor solidaria, con actos, reuniones, campañas, colectas, denuncias, etc. Los hermanos de Jujuy deben saber que la solidaridad les llega a Humahuaca desde Tierra del Fuego, la Patagonia, Cuyo, el Centro del país, Buenos Aires, el litoral, Chaco y las comunidades argentinas en el exterior. ¡Todos somos Jujuy!

              En cada lugar y sector están las propias reivindicaciones salariales, gremiales, sociales y urgentes, que deben ser planteadas con más fuerza que nunca porque la crisis aprieta sobre todo el estómago, el bolsillo y la libertad. Y obvio que ni Daher ni Acuña, ni Yasky ni Baradel, van a jugarse por los trabajadores. Es una tarea de los trabajadores y en especial del activismo.

              En ese plano de la lucha, sin estar cubiertos, se puede decir que hay muchas movilizaciones y reclamos. El problema es el techo político, o sea la herramienta política propiamente dicha para luchar por una salida popular, democrática y antiimperialista a esta crisis. En este punto se nota el atraso y la debilidad. Algunos siguen como furgonetas del gobierno, directamente con Massa (caso del PCR-CCC) o bien con Grabois para luego ir con Massa (como el PC). Y no se trata solo de una táctica electoral sino una política seguidista de estos cuatro años y muchos más, anteriores.

              Para enfrentar el ajuste hace falta luchar, como en Jujuy y otras partes. El problema es que para vencer y abrir paso a la Segunda y Definitiva Independencia es necesario un Frente Antiimperialista que dirija esas luchas. Eso no está porque muchas organizaciones no quieren ir a más en la lucha de clases y poner sus ladrillos allí. Prefieren en este invierno quedarse bajo la colcha de Massa y se pelean por un retazo. Igual, como la frazada es corta por la crisis, los pies les quedan afuera.

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