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Venezuela derrotó otra agresión militar digitada por EE UU

Venezuela desbarató una operación militar contra el gobierno. La acción fue impulsada por USA, avalada por Guaidó y apoyada por Colombia

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El 3 y 4 de mayo tres grupos de mercenarios entraron en aguas territoriales venezolanas: más de 50 mercenarios venezolanos y dos estadounidenses Luke Denman y Airan Barry del grupo 10 de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Participó también el capitán retirado Javier Nieto Quintero, egresado de la escuela de Formación de Oficiales que ya en 2004 fue acusado de haber participado en un complot junto a 56 paramilitares colombianos para ejecutar acciones y asesinar al Comandante Chávez. Fue por eso separado de la fuerza y condenado a 2 años de prisión y luego se exilió en Colombia. Junto con Jordan Goudreau, dueño de la empresa Silvercorp, con sede en Florida (EE UU), se atribuyó la operación.

La denominada “Operación Gedeón” comenzó a gestarse hace varios meses con el entrenamiento a ex-militares venezolanos en la Guajira colombiana. Provistos de armas, chalecos, comunicaciones, etc. tenía como objetivo organizar una cadena fronteriza que abriera el paso, por la vía marítima, para luego articular con 60 mercenarios que ya estaban en el interior del país. Silvercorp, compañía de seguridad , que calificó a la operación como “golpe privado”, tenía como objetivo secuestrar al presidente Nicolás Maduro y entregarlo a las autoridades de EE UU, o asesinarlo.

Detenidos y armas de la “Operación Gedeón”

El desembarco se produjo en Macuto, en el litoral central, que dista 32 km de Caracas y muy cercano al principal aeropuerto venezolano: Maiquetía. donde presuntamente llevarían a Nicolás Maduro luego de su captura. Una de las lanchas fue capturada y sus tripulantes detenidos y desarmados por los pescadores, policías y miembros de las milicias bolivarianas. La intentona tuvo un saldo de al menos 8 muertos y la detención de alrededor de 20 mercenarios incluyendo a los dos mencionados ciudadanos estadounidenses.

Las declaraciones de los detenidos, que fueron posteriormente dadas a conocer por el gobierno venezolano, develaron la trama de la operación, los protagonistas y objetivos. En ella están implicados agencias de EE UU, especialmente la DEA, el gobierno de Colombia, Juan Guaidó y otros opositores venezolanos. Las pruebas presentadas, que incluyen un contrato firmado entre otros por Guaidó para la compra de armas, fueron expuestas por el presidente Maduro y otros funcionarios del gobierno, en cadena oficial ante el pueblo de Venezuela y en conferencia de prensa virtual a todo el mundo. Además de los hechos señalados, señalaron responsabilidades, exigieron definiciones de los gobiernos implicados y destacaron la labor de la Inteligencia y de las milicias bolivarianas y la unidad cívica-militar.

Como era esperable, Trump y Duque negaron la participación. ¿Podía desconocer el gobierno de Colombia la existencia de campamentos de entrenamiento de los mercenarios en su territorio siendo que el gobierno venezolano denunció en varias oportunidades, con pruebas, que uno de los mercenarios abatidos, Robert Colina, era el responsable de uno de esos campamentos y del entrenamiento? ¿Podía desconocer Trump los movimientos de estos grupos contando con la tecnología de rastreo, reconocimiento y detección de objetivos más avanzada? Las aeronaves de EE UU que están en Aruba y Curazao, poseen instrumentos de vigilancia y detección electromagnéticos que con la excusa de controlar el narcotráfico les permiten monitorear la actividad de las fuerzas armadas y de seguridad de Venezuela.

Esta operación fracasada se enmarca en la campaña de desestabilización a los gobiernos bolivarianos, Chávez primero y ahora Nicolás Maduro. Se inició con el frustrado golpe contra Chávez en abril de 2002. Prosiguió con las “órdenes ejecutivas” de Obama (2015) y Trump (2017, 2018 y 2919) declarando a Venezuela un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. Y se complementó con las sanciones económicas que golpearon fundamentalmente a PDVSA, la empresa petrolera estatal.

Todo ello combinado con la desestabilización interna a través de las guarimbas (2014 y 2017), el apoyo brindado al autoproclamado “presidente encargado” Juan Guaidó, los pedidos de captura a funcionarios del gobierno venezolano con el narcotráfico, el ofrecimiento de la 15 millones de dólares por la captura y entrega de Nicolás Maduro y el persistente bloqueo naval, financiero y económico que ahoga al país. Acciones todas destinadas a estimular una fractura interna para impulsar la propuesta del Departamento de Estado para lo que denominan una “transición democrática” que permita establecer un gobierno de transición que responda a sus intereses.

Conocemos los manejos del imperialismo, sus intereses y sus tácticas y no confiamos “ni un tantico” como dijo el Che. Por eso junto a otras organizaciones políticas, sociales y gobiernos nuestro Partido de la Liberación manifiesta su rechazo a la incursión armada a Venezuela motorizada por el imperialismo yanqui y apoyada por los cipayos de la región, que atenta contra la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, y la paz mundial. Hacemos un llamado a rodear de solidaridad al gobierno y al bravo pueblo venezolano.

Y por eso hemos compartido la nota de MASCUBA nacional a la cancillería argentina para solicitarle que repudie las agresiones contra Venezuela y salga del Cartel de Lima, creada por Luis Almagro, la OEA y Trump para impulsar tales violaciones a la soberanía bolivariana.

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