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Una economía extractivista, agropecuaria, financiera exportadora

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Horacio Rovelli, El Cohete, 30 marzo

A- Frenan la creación de medios de pagos internos

La forma que encontraron para compensar la excesivamente baja monetización  de la economía Argentina, es que los sectores que tienen atesorados dólares u otros activos financieros los vendan para mantener su nivel de vida y/o para financiar el gasto corriente de las empresas y/o el stock de mercaderías no vendidas.

No hay plata, porque el BCRA emite dinero cuando entran dólares , pero esos billetes y monedas que reciben los que vendieron dólares, los termina absorbiendo el Tesoro de la Nación colocando títulos públicos. Esos títulos públicos que son en pesos y ajustables por inflación o por devaluación del dólar oficial o por los dos ajustes (bonos duales) absorben los pesos y, el Tesoro de la Nación (que colocó esos títulos) con esa plata le compra los dólares al BCRA. Y con esos dólares, el Tesoro de la Nación, paga los servicios de la deuda externa.

Javier Milei instó a que el Banco Central mantenga la emisión de pesos a su mínima expresión, y que sea un organismo testimonial, para que la monetización de la economía sea empleando los ahorros en dólares de la población.

La venta de los dólares “ahorrados” por la población se convierte en la  principal fuente de financiamiento de las personas, de las empresas,  y del sector público.

B- Priorizan las ventas al exterior a como dé lugar

Es el problema a resolver, por un lado pueden liquidar las exportaciones el 80% por el tipo de cambio oficial ($900.-) y 20% por el Contado Con Liqui  ($ 1.085.-), pero por otra parte, ese precio resultante no les resulta suficiente, de allí que por ejemplo los productores, acopiadores y comercializadores de soja y de maíz, no estarían vendiendo toda la posición.

Aducen problemas climáticos por las altas temperaturas y las inundaciones, y en el caso del maíz, la plaga de la “chicharrita”, que hace que la Bolsa de Cereales de Rosario estime una merma importante en la cosecha 2024 que, habían calculado el año pasado en 57 millones de toneladas de maíz y ahora estiman, más cerca de 40  millones de toneladas  (17 millones de toneladas menos, por 180 dólares la tonelada que es la cotización en el mercado de Chicago, significan unos 3.000 millones de dólares menos de exportación).

La reunión que tuvo el Ministro Luis Caputo con los CEOS de los principales acopiadores y comercializadores de granos, a principio del mes de marzo 2024, no estaría dando los resultados esperados, pero tampoco es que no liquidan, máxime que cuentan con Viterra Argentina SA que es la principal empresa del rubro, y en la que tiene participación BlackRock, que es a su vez el principal cliente de “Anker Latinoamérica”, la consultora de Luis Caputo y Santiago Bausili

C- Fomentan la radicación de capital extranjero

Obviamente la falta de divisas de la cuenta comercial la van a tratar de compensar y con creces, con la venta de activos públicos, para lo cual necesitan una ley. Por ejemplo, el Banco de la Nación Argentina, en la que el CEO de BlackRock, Larry Fink, se mostró sumamente interesado, razón por la cual el actual Directorio de esa entidad contrató al Estudio Jurídico Liendo & Asociados Abogados SH, para que se convierta en una sociedad por acciones y que, le hace decir a los funcionarios, que el paquete accionario vale por una cosecha entera.

También en el malogrado proyecto de ley ómnibus se crea el Régimen para Grandes Inversiones (RIGI) de 200 millones de dólares o más, ya sea nuevo o para la ampliación de un desarrollo existente, en sectores dinámicos de la economía, como hidrocarburos, minería, agroindustria, infraestructura, forestal, tecnología, etc.

Y de igual manera con la venta total o parcial de todas las empresas y activos públicos, incluido los recursos naturales, para que ingresen divisas al país.

D- Forzada disminución del gasto público

El compromiso firmado con el FMI trastoca un déficit primario de 2,17% del PIB  del año 2023 (base caja), en un superávit de 2% del PIB (es en pesos pero equivalente a unos 9.300 millones de dólares) para el año 2024. Y necesitan ese superávit fiscal para poder pagar los servicios de la deuda que suma no menos de 3,4% del PIB.

El problema es que está disminuyendo la recaudación tributaria (impuesto internos y previsional) entonces deben forzar una cada vez mayor reducción del gasto público, por eso es que el miércoles 27 de marzo 2024 en inicio de la Semana Santa, en forma irregular y violenta se realizaron miles de despidos en distintas áreas del Estado Nacional.

Sumado al ajuste sobre 7.200.000 jubilaciones y pensiones por la manipulación del índice de movilidad previsional, para que el total de las erogaciones en lugar de significar el 9% del PIB como fue en el año 2023, sea del 7%. Ídem con la reducción de las partidas para obra pública, de los programas sociales, transferencias a las provincias y a las universidades, etc.

E- Internacionalizan los precios de los bienes y servicios

El gobierno pretende internacionalizar las tarifas del agua, del gas, y de la electricidad y de los alimentos

Por eso en la reunión que tuvo Luis Caputo con las grandes empresas formadoras de precios de los productos que conforman  la canasta básica total (Arcor, La Serenísima, Molinos Río de la Plata, Frigorífico Rioplatense, Unilever, Procter & Gamble Argentina, Colgate–Palmolive, etc.) el viernes 8 de marzo, y el lunes 11 con los supermercadistas, les dijo: El techo de los precios es el internacional, no pueden vender por encima de ese precio, sino abro la importación.

El gobierno les está diciendo a esas grandes empresas, si es más costoso producir, despidan trabajadores e importen. A las medianas y pequeñas que desaparezcan. Al Estado que sea el menor posible para que los que se recaude se pueda comprar dólares para pagar la deuda y las importaciones de lo que deja de producirse.

En síntesis

El plan, por llamarlo de alguna manera, es reducir lo máximo que se pueda el consumo interno para aumentar los saldos exportables de minerales, de energía, de forraje y de alimentos. La caída del consumo implica el descenso del PIB, dado que más del 70% de lo que se produce se vende en el mercado argentino y cuanto más se reduce el consumo, mayor es el descenso del PIB. El modelo es recesivo siempre, con mayor recesión se controlan los precios, se importa menos y se exporta más, garantizando el pago de la deuda y el modelo extractivista agropecuario, financiero exportador.

En la visión del colonizado de Milei, primero que se exporte, si no se puede exportar que se lo venda en el mercado interno al precio internacional, y si no que se deje de producir. La desocupación y la pobreza es un dato que para ellos no existe.

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