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Sin romper con monopolios de la alimentación, seguirán inflación y hambre (NOTA 2)

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En LIBERACIÓN 364 nos detuvimos en los bancos y monopolios industriales y energéticos. Ahora analizaremos otros grupos concentrados, pero antes agregaremos un par de datos sobre bancos.

El Banco Central actualizó su información. “Los bancos privados en noviembre de 2019 ganaron 24.081 millones de pesos, 133 por ciento más que un año atrás. En los últimos doce meses acumularon una utilidad de 243.688 millones de pesos”, recogimos en la Resolución Política del XIV Congreso Nacional del PL. Y el gobierno de Fernández no se animó a gravar con impuestos a esa maldita “Patria Financiera”; hizo recaer el ajuste sobre otros sectores medios y populares, y muy poco a los sojeros con las retenciones.

La otra novedad se supo el 3 de febrero de 2020: tres bancos concentran el 45,7 por ciento de la financiación con tarjetas de crédito, siempre con datos del Central. Santander lideró con 93.354 millones y 17,3 por ciento de participación; Galicia, 88.964 millones y 16,5 por ciento; y BBVA Banco Francés, 63.829 millones y 11,9 de la plaza.    Estos son los pulpos financieros a los que Fernández no se atreve a afectar, ni siquiera con impuestos, no digamos con una medida de fondo como nacionalizar la banca.

ALIMENTOS

La inflación de 2019 fue de 53,8 y arruinó los bolsillos de quienes perciben ingresos fijos en pesos. Uno de los rubros que más pesó es el de los alimentos, algo repetido en los primeros dos meses de 2020 con fuertes aumentos en yerba, arroz, azúcar, yogur, lácteos y carnes.

El ministro Matías Kulfas dijo que su equipo va a estudiar para saber si ese aumento de precios obedece a los insumos, a la logística o a la concentración. Más demostración de ignorancia política, imposible. Parafraseando a Clinton, deberíamos decirle “Son los monopolios, estúpido”. Los formadores de precios, concentrados, deciden precios, aumentan los insumos y la logística. Hay un sólo causante, que mnipula esos tres factores y desorienta a Kulfas.

Son los dueños del mercado de alimentos y productos de limpieza. Carrefour, Molinos, Kraft, Nestlé, Ledesma, La Serenísima, Arcor, Wal Mart, Coto, Cencosud y un par de centenares de formadores de precios. ¿Quién se atreve a ponerles el cascabel a estos gatos?

Ya en octubre de 2014, los economistas Agustín D’Attellis y Pedro Gaite ponían algunos ejemplos de esa concentración, que no mutaron.

– En cerveza, las multinacionales Quilmes, Cicsa Y CASA Isenbeck se reparten el mercado con las marcas Quilmes, Schneider, Heineken, Stella Artois, Brahma, y Warsteiner.

– En yerba mate el 50 por ciento depende de Las Marías, Hreñuk, Molinos Río de la Plata y La Cachuera.

– El 78 por ciento de los enlatados son de Arcor.

– El 75 por ciento del azúcar blanco es de Ledesma, del procesado por delitos de lesa humanidad, Pedro Blaquier.

– Bagley Argentina y Arcor, junto con la multinacional Kraft controlan el 60 por ciento del mercado de galletitas.

– Bimbo, multinacional mexicana, controla el 80 por ciento de la producción de pan con Fargo, Bimbo y Lactal.

– Mastellone/La Serenísima y Sancor detentan el 82 por ciento de la producción de leche.

– Coca Cola y Pepsi tienen el 82 por ciento de las gaseosas.

– Unilever, Johnson & Son, Procter & Gamble y Reckit Benckiser, todas multinacionales, controlan el 83 por ciento de jabón en polvo, lavandina, desodorantes y detergente.

LA EXTRANJERIZACIÓN

En mayo de 2018 un estudio confirmaba altos índices de concentración y extranjerización de esos rubros. De las 260 compañías del mercado, sólo 18 de las alimenticias concentraban el 60% del mercado. Así lo reveló un estudio de la consultora Focus Market en 515 puntos de venta de todo el país. En bebidas, 15 empresas tienen el 80% de participación de mercado sobre un total de 164 empresas, mientras que el 9% de los fabricantes generan el 80% de la facturación.

Los peces grandes se devoran a los pequeños, más al calor de las políticas habidas en estos cuatro años macristas. Eso lo revela la Encuesta Nacional de Grandes Empresas (ENGE), sobre un lote de 500 grandes firmas, conocida en enero de 2019. El grupo es responsable del  22,9 por ciento del valor agregado del total del país. Las utilidades del conjunto de estos pesos pesados fueron en 2017 nada menos que 238.139 millones de pesos. Sólo las primeras 50 empresas tienen el 40 por ciento de las ganancias de ese total de 500.

También la ENGE revela el grado de extranjerización pues las firmas “nacionales” fueron 199, en tanto 301 son extranjeras. Pero el peso de las foráneas es mucho mayor en el valor bruto de la producción de este medio millar de empresas, pues el 74,9 por ciento de ese valor fue generado por las que tienen participación de capital extranjero.

El tamaño en este caso no es lo de menos. En la Argentina hay 700.000 empresas chicas y medianas (menos las 24.505 que Macri mandó a la quiebra), y sólo 5.000 grandes. Las cien de mayor tamaño, sobre las 500, explican el 66,3 por ciento del valor agregado, en tanto que las 50 mayores lo hacían con el 51,3 por ciento y 4 de ellas con el 12,1 por ciento.

No habrá solución a los dramas del hambre, el empleo, la producción, la distribución y comercialización, la recaudación, la inflación, etc, sin resolver la contradicción con estos monopolios extranjeros y nacionales. “Pueblo o monopolios”.

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