Sindical
Resistir el embate contra Comedores y Centros Populares
No solo dejaron de recibir alimentos los comedores de los movimientos sociales, sino además el programa del Sistema Alimentario Nacional que atiende la distribución y los comedores de las escuelas públicas del país. También cerraron los Centros de Referencia (CDR), que servían de orientadores para diversos trámites y problemáticas de los sectores populares.
El plan es más que evidente: hambrear al pueblo en toda su dimensión, como si creyera que de esa manera lo va a doblegar más fácil. Será que están probando realmente hasta dónde resistimos y lo cierto es que ya empezaron algunos saqueos como en el caso de Corrientes donde la gente aprovechó la inundación, pero fue silenciado por los medios rastreros.
Algunas provincias como La Rioja y Buenos Aires, están haciendo frente por sus propios recursos para sostener mínimamente los comedores y otros programas, pero hay que ver hasta dónde les alcanza.
Este gobierno alega que no está cometiendo delito, pero está incumpliendo con pautas ya acordadas en el presupuesto 2023, prorrogado a pedido del mismo Milei, lo que significa que está en vigencia la distribución de dichas partidas y que supuestamente se debían girar.
El tema es que por una cosa o la otra, están ajustando de la forma más artera a los sectores más vulnerables del pueblo y esa no es la “casta” a que se refería en su campaña. El tipo descarta de plano la redistribución de las riquezas y la justicia social, y por otro lado cumple con la máxima de los ricachones, “con la nuestra, no”.
Esta sucesión de medidas antipopulares, no está haciendo otra cosa que tensionar los intereses de los distintos estratos sociales y si bien todavía no se evidencia un total desencanto de hasta sus propios votantes, es porque aún no se ha hecho insostenible la convivencia social. Esto puede ocurrir más temprano que tarde.
La variable de ajuste no puede ser de ninguna manera el alimento de los chicos y los más necesitados, es imperdonable y ya se lo han hecho saber al gobierno desde el Vaticano hasta sectores impensados como el mismo FMI. Esto demuestra la alevosía de una medida en extremo antipopular e inhumana.
Volver a la vieja consigna “Con los alimentos no se jode”, como en el conflicto de la 125, cuando la oligarquía sojera tiraba la leche en las rutas bloqueadas. Ahora no podemos permitir que empresas concentradoras en producción y distribución de alimentos presionen a los gobiernos y encima, jueguen con el hambre del pueblo, como Arcor, que ha aumentado sus precios 1.000 por ciento en los últimos 14 meses.
Justamente el lunes 18 de marzo será la jornada nacional contra el hambre, convocada para ganar las calles todos los movimientos sociales y piqueteros. Ahí debemos estar todos unidos.
JORGE ARTACHO