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Por una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual

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Las tapas de Clarín difundieron mentiras palmarias que nunca fueron desmentidas -o fueron reconocidas en “la página de turf” como decía el espía D’Alessio. Las cuentas secretas que adjudicaron a Máximo Kirchner y la afirmación de que Nisman fue drogado y asesinado, son algunas de las operaciones que ocuparon los titulares más destacados del matutino.

Es cierto que la venta de diarios cayó, y que actualmente la mayoría de las personas se informa a través de la TV y medios digitales. Sin embargo, esos medios suelen propagar las mismas versiones planteadas en los periódicos de papel, en buena medida gracias a que los dueños de éstos son los mismos que manejan canales, medios Web, radios y programas periodísticos.

Si bien es cierto que muchas noticias logran saltear ese vallado mediático, es evidente que los medios alternativos, populares o comunitarios tienen una batalla enormemente desigual en la pelea por instalar temas y contar realidades que rompan con la visión de los monopolios mediáticos, cuyos intereses, además, se vinculan con los sectores más concentrados de la economía local y las políticas que se delinean desde centros de poder, especialmente el imperio norteamericano.

Sólo cuatro grandes grupos se reparten el 74% de la venta de diarios, el 56% de la audiencia de la TV abierta y el 53% de las radios.

La nómina de dueños de la comunicación está encabezada por Clarín, que tiene más del 25% de los lectores/oyentes/televidentes del país. Le siguen, de lejos, el Grupo América y VIACOM.

Los principales dueños de Clarín son Magnetto, los hermanos Noble Herrera, José Aranda y Lucio Pagliaro. El Grupo América, en tanto, es encabezada por Daniel Vila, y VIACOM pertenece al magnate estadounidense Sumner Redstone.

Los 4 años del gobierno de Macri ayudaron a potenciar la concentración mediática; el gran beneficiado fue Clarín, que pudo expandirse hacia las telecomunicaciones gracias a la fusión entre Cablevisión y Telecom, lo que le permitió ser el principal proveedor de Internet, telefonía y de televisión por cable. Además, la fusión se convirtió en la tercera empresa en facturación en la Argentina, superada sólo por YPF y Mercado Libre.

Ese aumento de la concentración se conformó gracias a la activa intervención del macrismo, que desarmó por decreto aspectos centrales de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

ACALLANDO OTRAS VOCES

El gobierno también avanzó en otros aspectos para consolidar el poder de fuego de Clarín y los otros grandes medios: subejecutó fondos para el sector sin fines de lucro, como los FOMECA establecidos por ley; cerró radios comunitarias; y persiguió a periodistas de medios alternativos.

Cabe recordar los procesamientos de varios comunicadores luego de la primera marcha que reclamó ante la desaparición de Santiago Maldonado; la detención de un fotógrafo que intervino frente a la golpiza que policías de la ciudad de Buenos Aires propinaban a un hombre acusado de robar un desodorante; el procesamiento a periodistas de Barricada TV, Radio Gráfica y FARCO por una protesta desarrollada en el playón de Canal 13; o el periodista de Página /12 Bernardino Ávila, que fue golpeado y arrestado cuando cubría una manifestación de trabajadores de Madygraf. Sólo en 2017, el CELS y el SiPreBA contabilizaron 45 periodistas heridos por las fuerzas de seguridad.

El despliegue del silencio también se apoyó en la destrucción de los medios públicos, mediante despidos y el achicamiento de la TV Pública, Télam, Radio Nacional, así como el desguace del Canal Encuentro y de Paka Paka. En esos medios también se ejerció la censura contra periodistas que planteaban posiciones divergentes con el gobierno nacional.

HACIA UNA NUEVA LEY DE SERVICIOS AUDIOVISUALES

Alberto Fernández, ha manifestado posturas contrarias a la ley consagrada en el gobierno de Cristina Fernández; lamentablemente, el nuevo mandatario abona las teorías de que sólo con las leyes de Defensa de la Competencia bastaría para la desconcentración, desestimando la importancia crucial que tienen los medios sin fines de lucro para la verdadera vigencia de la libertad de información y de comunicación.

Será necesario dar una batalla por la democratización de los medios y la creación de una nueva Ley que ponga a la comunicación como un derecho humano y promueva la pluralidad de voces a partir de políticas públicas. Estas son algunas de las pautas incluidas en los nuevos 21 puntos de la comunicación y la democracia, que también comprenden el acceso a Internet como un derecho y el respeto a la privacidad en las redes.

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