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Malvinas: la dictadura se rindió, el pueblo sigue luchando
El 14 de junio de 1982, las Fuerzas Armadas de Argentina depusieron las armas ante el enemigo inglés, que en Malvinas usurpa parte de nuestro territorio, lo cual el intento de recuperación del 2 de abril fue avalado casi por la totalidad del pueblo argentino que venía sufriendo el hostigamiento de la dictadura.
Esta derrota tomó por sorpresa a la población, que venía siendo engañada por una prensa adicta a los intereses castrenses, la cual sostenía que veníamos ganando y con el anestésico Papal, de Juan Pablo II, que nos dejaba después de dos días de visita.
En estos cuarenta y un años desde aquel conflicto, se han hecho las más diversas lecturas y conjeturas sobre el mismo. Lo único tristemente cierto es el saldo de cuatrocientos cincuenta vidas de soldados que reposan en el cementerio de Darwin y otras tantos que se suicidaron por el conocido stress pos bélico. A eso hay que sumarle los 323 argentinos que murieron a bordo del ARA General Belgrano, hundido fuera de la zona de exclusión por el submarino inglés Conqueror.
En cuanto a soberanía, esta derrota agravó aún más la entrega de territorio, ya que los ingleses colocaron su base estratégica en el Atlántico sur, en Monte Agradable, que en los hechos funciona también como base de la OTAN. ¿No resulta llamativo que ese escape hacia adelante por parte de la dictadura que por esos días venía siendo cuestionada por el movimiento obrero, haya tomado esa alternativa, por sugerencia de la Escuela de las Américas?.
Justificar la presencia de la OTAN en adyacencias de la Antártida, resultaba irritante sin un pretexto que lo ameritara, primero se buscó con el Canal del Beagle, pero resultaba demasiado forzar una contienda por tres peñascos, no así recuperar Malvinas, Georgias y Sandwich.
Grandes estrategas como Fidel Castro y después corroborado por el mismo Martín Balza, sostuvieron que largarse a una contienda de esta envergadura, requiere como mínimo un vasto poder de fuego con su respectiva infraestructura, tanto por mar como aéreo para garantizar una defensa adecuada a las islas, cosa que la Armada como la Fuerza Aérea que no contaban.
Las guerras modernas requieren si o si de misiles y sus respectivas lanzaderas, o sea fragatas misilísticas, submarinos modernos y caza bombaderos. Los pocos que tenían cumplieron adecuadamente su función, ya que lograron hundir nueve buques y algunos aviones y helicópteros. Pero el balance establece que Argentina no estaba en condiciones de iniciar una contienda de estas características con Inglaterra.
Sencillamente las Fuerzas Armadas fueron preparadas para reprimir al pueblo y el Plan Cóndor con la CIA, para contener conflictos internos y garantizar los privilegios de las corporaciones, los grandes latifundistas y demás sectores acaudalados, que tenían sus nexos en la cúpula militar, la iglesia y las financieras.
Un ejemplo de esa catadura son las denuncias y causas judiciales (lamentablemente paradas o muy demoradas) sobre las torturas que los oficiales argentinos cometieron a sus propios soldados.
Si a esto le agregamos el cipayismo de las oligarquías vende patria, tenemos el combo perfecto de la expoliación en la plataforma marina correspondiente a nuestro país. Pese a todo esto Argentina había logrado (sin esperarlo por supuesto), un interesante arco de países aliados, que incluso ofrecían sus voluntarios, entre ellos la misma URSS y que fue rechazada por sectores chupa medias del imperio anglo-yanqui. Los pueblos fueron solidarios con la causa de Malvinas, comenzando por Cuba y el pueblo peruano.
Esta somera descripción de los hechos nos debe servir para saber quiénes son los verdaderos patriotas y qué tipo de Fuerzas Armadas necesita el pueblo, San Martín, Belgrano, Güemes y Rosas nos dejaron su experiencia, además de la heroica resistencia a las invasiones inglesas.
JORGE ARTACHO