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Los yanquis, con el trotskismo, contra la Venezuela bolivariana

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Todos sabemos de la gravedad del ataque que, desde diciembre de 2015, por poner una fecha más o menos reciente, pero que viene de muchísimo antes, viene sufriendo la Venezuela bolivariana.

En ese momento, luego de ganar las elecciones legislativas, la oposición oligárquica e imperialista, nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), retomó el viejo libreto golpista para intentar sacar del palacio de Miraflores al presidente Nicolás Maduro.

En un primer momento, con la versión seudo electoral de pedir el referendo revocatorio del mandatario, invalidado por el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia atento a las numerosas irregularidades y delitos cometidos por la MUD en la recolección de firmas, requisito indispensable para convocar a tal consulta popular.

Y luego de eso, redoblando la apuesta con maniobras del poder económico para desabastecer y hambrear a la población, con mercaderías carísimas y sacadas del mercado hacia el contrabando, sumadas a la propaganda sistemática de los medios privados para exacerbar esa situación de inflación y desabastecimiento.

Cuando el gobierno tomó medidas efectivas para superar esos problemas, creando los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), llegó el momento más violento: marchas callejeras atacando las instituciones del estado y procurar la salida de Maduro al costo que fuera.

Y hasta el momento ese costo humano son 37 muertos y varios centenares de heridos; de los primeros el 60 por ciento son personas ajenas a los hechos, que perdieron la vida en esos enfrentamientos promovidos por la MUD, amén de muchos chavistas que fueron atacados y asesinados, incluyendo algunos policías.

Maduro viene actuando con cautela, pero sin dejar que la oposición golpista le gane la calle. Busca también mejorar los errores y límites de su gobierno, por ejemplo, no haber profundizado medidas contra los monopolios que afectan la producción y el abastecimiento, tarea en la que ahora están aportando los CLAP sin el burocratismo anterior.

Y, quizás lo más importante, el gobierno venezolano ha optado por convocar el 1 de mayo pasado, en el acto por el día internacional de los trabajadores, a una asamblea constituyente popular, o sea mediante la participación de constituyentes de los sectores populares para refundar el Estado.  Dijo Maduro: “No es de partidos ni de élites, una Constituyente ciudadana, comunal, convoco a los comuneros, a las misiones”. De allí podría surgir una nueva Constitución con más poder popular, en detrimento de la podrida Asamblea Legislativa dominada por la MUD y diputados truchos de Amazonas, lo que invalida el funcionamiento de ese poder según fallos reiterados del Tribunal Supremo de Justicia.

Obviamente el titular de la Asamblea burguesa, Julio Borges y el resto de la cofradía de la MUD desconoció y repudió el llamamiento presidencial. Lo vuelven a calificar de golpe de Estado y reiteran que quieren la renuncia de Maduro. La administración Trump, como antes Obama, está en un todo de acuerdo con ese accionar oligárquico, con el Comando Sur listo para intervenir.

Y hete aquí que salen en Venezuela los trotskistas de Socialismo y Libertad, y en Argentina los trotskistas del FIT, particularmente de Izquierda Socialista, en sintonía con Washington. El sábado 13 de mayo ese partido trosco fue a la puerta de la embajada de Venezuela en Buenos Aires, a ¡exigir la renuncia de Maduro!

Tuvieron la cobertura de América TV y de Clarín, diario monopólico que informó: “Un partido de izquierda marchó para repudiar la represión del gobierno de Maduro. Se movilizó a la embajada de Venezuela en Buenos Aires. Acusó al gobierno chavista de “reprimir y hambrear” al pueblo venezolano “en nombre de un falso socialismo”. Textual: “Vinimos a repudiar al gobierno de Maduro que, en nombre de un falso socialismo, está reprimiendo y hambreando al pueblo venezolano. No hay comida ni medicamentos, mientras el gobierno paga la deuda externa, entrega el petróleo y ya dejó el saldo de más de 30 muertos y 1.300 detenidos”, expresó Juan Carlos Giordano, diputado nacional por el FIT y uno de los líderes de IS. La protesta fue realizada bajo el lema “Basta de represión, No a los tribunales militares, fuera Maduro”. El diputrosco cuestionó el “totalitarismo antidemocrático de un gobierno que se quiere perpetuar en el poder a través de una Asamblea Constituyente fraudulenta sin elecciones libres y donde sólo corre el partido de gobierno”.

Si alguien necesitaba corroborar que el trotskismo es una variante de las políticas imperialistas, para ser utilizada en contra de los gobiernos populares latinoamericanos, acá tiene una prueba. Esto debe ser analizado por la militancia popular y de izquierda en la Argentina, para deslindar campos con el trotskismo, siempre funcional al imperialismo yanqui. Estos forros ensucian el nombre de izquierda.

El Partido de la Liberación (PL), marxista-leninista y antiimperialista, ratifica su compromiso con la revolución bolivariana, su pueblo y gobierno, más que nunca en este momento de dificultades. Además, como argentino, es un agradecido por toda la ayuda que Hugo Chávez brindó a Argentina en tiempos de crisis, en particular su rol decisivo en noviembre de 2005 en la cumbre de Mar del Plata, para enterrar el ALCA.

 

SERGIO ORTIZ

Secretario general del PL

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