Liberación - Órgano de Prensa
La motosierra contra el Estado y los trabajadores
Cuando Milei en su campaña adelantaba todo lo que iba a recortar del Estado, sabía que estaba incluyendo a miles de trabajadores con el término “la casta”. Evidentemente no refería tan solo a funcionarios ñoquis y lo sabía también su electorado, principalmente aquella generación que vivió el menemato.
Quienes vivimos distintas crisis, conocemos que los trabajadores resultamos ser la variable de ajuste, a la que echan mano en forma inmediata los gobiernos de la gran burguesía. La diferencia con éste es que lo venía anunciando y encima logró el apoyo popular. Poca veces hubo en la historia de la humanidad tanta información accesible para conocer la verdad y tanta gente negándose a verla.
Los grandes empresarios siempre insistieron con realizar estos cambios que Milei lleva a cabo en forma inmediata apenas asume, lo cual indica que es la marioneta necesaria por si Macri no llegaba. Esta es la gravedad de la situación: quizás por primera vez la derecha recalcitrante cuenta con dos espacios políticos y que sumados son el resultado final de las elecciones de noviembre pasado.
Lo cierto es que ya hay un tendal de empleados estatales y privados que sufren la angustia de saberse desocupados y máxime con una crisis social que incluye una galopante suba de precios en los alimentos y en las tarifas de los servicios esenciales. El cierre de comercios y las Pymes, que son los mayores tomadores de mano de obra, hacen un combo fatal planificado y llevado a cabo sin tapujos por este gobierno de Milei que además de hambreador es entregador de la soberanía.
Del otro lado, las alianzas peronistas y demás pavimentaron la posibilidad de esta desgracia que padecemos los argentinos, por no ir a fondo en los cambios a favor del pueblo y luego acordad de planes de ajuste con el FMI. La izquierda revolucionaria a su vez no supo o no pudo congraciarse con los sectores populares y principalmente en la clase trabajadora, por lo que el espacio que no sabe ocupar es espacio que gana la derecha.
La desregulación de los mercados, la liberalización de los precios, la apertura de las importaciones, etc, han logrado la licuación de los salarios, por lo que quienes estábamos debajo de la línea de pobreza hoy estamos por debajo de la indigencia. O sea que además de implementar el plan motosierra y ajuste, hecha mano a la licuadora y también a la aspiradora, con la mayoría de la población teniendo que recurrir a sus ahorros para sobrevivir.
Así funciona el anarco capitalismo. Libera todo para los mercados (léase los monopolios) pero limita los salarios a los trabajadores no homologando convenios por ejemplo. Y ni hablar de los jubilados, de los que viven en alquiler, están signados a padecer la situación de calle. También se suma la escasa o nula asistencia alimentaria y el recorte a la salud, caso que se evidencia con la mortandad por dengue, entre otros padecimientos.
El Estado que para Milei es un antro de corrupción, le sirve para garantizar los negociados de los empresarios a través de los funcionarios, que ellos mismos ubican en puestos claves, pero desmantelan todo lo que resulta estratégico para la soberanía o para bienestar popular. Si todo esto transcurre a cuatro meses de haber asumido, están apostando lisa y llanamente a un genocidio encubierto, donde la sentencia de Macri está cercana: “que mueran los que tengan morir”.
La canciller y banquera Diana Mondino, también sostuvo “para qué otorgarles préstamos a la gente del PAMI, si les queda poco tiempo” y algo por el estilo se filtró de Karina, la hermana del presidente. Con estos sincericidios, estamos en la lona: se viene una limpieza etaria y social. Y todo lo hacen para entregar el país al imperialismo, para lo cual ya tuvimos las visitas apropiadas como la del director de la CIA y la jefa del Comando Sur. O reaccionamos o nos aplastan meteóricamente.