Juventud
¿La mayoría de jóvenes siguen al fascista Milei?
El interrogante parece que se podría responder de manera sencilla con simple “si” o un “no”, sin embargo, desde una óptica marxista y dialéctica nos obliga a dar una respuesta con un desarrollo mayor.
La actividad revolucionaria tendiente a la superación del capitalismo como sistema económico se encuentra cuestionada desde distintos frentes. Quizás el más polémico que se puede observar hoy en día es el auge de liberalismo o conocido también como movimiento libertario (pudiendo proceder de corrientes anarquistas, partidos liberales/libertarios o colectivos sin estructura partidaria pero con ideas homogéneas). Estos liberales en los últimos años han ido mutando. No solo promueven la idea del individualismo y la libertad individual con su discurso (amén de una clara defensa de la propiedad privada y la reducción del tamaño del estado) sino que hoy en su “ADN” biológico podemos ver claras influencias de tesis fascistas y neo-nazis.
Una clara expresión de esta “nazificacion” o “fascistizacion” del movimiento libertario se pudo ver en el “asalto” al Capitolio en Estados Unidos, donde los partidarios de la “derecha alternativa” marchaban en una extraña comunión adornada con banderas confederadas, esvásticas y la bandera de Gadsden (serpiente de cascabel con la frase “don t tread on me”) estandarte principal de los libertarios a nivel mundial.
La cuestión no se queda únicamente en supuestos visuales y simbólicos, sino que se traslada al mundo de los discursos e ideas. En nuestro país destacan un férreo anticomunismo, un postura contraria a los valores propios del desarrollo de la sociedad aunque quieran vender lo contrario. Sus postulados individualistas llevan al militante libertario a posicionarse en una especie de lucha por la supervivencia de su persona a costa del sufrimiento ajeno. Sus posiciones contra la cooperación y solidaridad existentes en el sector público y ejemplificando como una aberración –según ellos- la colaboración con gente de países limítrofes residiendo en Argentina. La defensa de la libertad a cualquier costo y todo aspecto de la vida del ser humano termina por convertirse en otra de sus ideas que oscila entre sus planteamientos originales y los ideales de las agrupaciones de la ultraderecha más reaccionaria. Un ejemplo es su postura ante la libertad de uso de armas –incluyendo armas categorizadas en nuestra legislación como “armamento de guerra”-, la toma de justicia por mano propia –como símbolo de la máxima libertad individual de la defensa de la propiedad privada en boca de muchos de sus militantes. Todos estos ejemplos se pueden ver tanto en el discurso fascista como en el libertario.
Esta ideología es propia del desarrollo del capitalismo, muy en especial de la fase que transitamos “del imperialismo y el monopolismo” intentan captar a los jóvenes, esto con el fin último de extender la vida del sistema explotador (como diría Enver Hoxha). Los más jóvenes, decepcionados por la clase política y en búsqueda de un horizonte al cual apuntar y sumándole la frustración provocada por los horrores de la política económica de nuestro país en los últimos años, caen en una conducta tendiente a la “supervivencia individual”, a la supuesta “superación/emprendimiento personal”, al sueño del millón de dólares –sin impuestos-, la creación de un enemigo interno como lo son “los extranjeros, desempleados, los necesitados y los olvidados del sistema”.
Si todo esto sumamos un componente de deformación ideológica propagado por profesores claramente partidarios del individualismo capitalista en los colegios y el bombardeo mediático de la CNN –por citar un ejemplo- podemos concluir que la mente de muchos sectores de nuestra juventud no pueden negarse a aceptar este discurso, lo cual los convierte en partidarios de forma voluntaria o involuntaria de personajes como Milei.
El sector de la juventud que lo apoya es la principal abanderada de la propiedad privada y la promoción de servicios particulares. Sentados en las aulas de las universidades privadas estudiando a Milton Friedman en sus clases de administración de empresas o economía, o quizás siendo miembros de estafas piramidales, u ofreciendo empleo en condiciones contrarias a la legislación nacional bajo la bandera la libre competencia.
Estos son nuestros enemigos de clase, a quienes debemos combatir en cada sector. Como PARTIDO DE LA LIBERACIÓN, su Juventud y TUPAC debemos redoblar esfuerzos para conformar una fuerza juvenil que luche contra la propagación del ideal fascista y libertario en nuestras calles, aulas y bancas en los poderes estatales.
LULO MALESSORI