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La democracia cubana, la mejor del hemisferio occidental

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CUBA ELIGIÓ DEMOCRÁTICAMENTE 470 DIPUTADOS A ASAMBLEA NACIONAL

SERGIO ORTIZ.

MUCHA PARTICIPACIÓN POPULAR
El 26 de marzo los cubanos concurrieron a votar para elegir 470 representantes ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), su parlamento. El gobierno promovía el “Yo voto por todos”, en tanto los enemigos de la revolución apostaban al abstencionismo. Alina Balseiro, titular del Consejo Electoral Nacional (CEN), informó que la participación fue del 75,96 por ciento: sufragaron 6.164.876 personas sobre un padrón de 8.100.000. Los votos válidos fueron el 90,28 por ciento, en blanco 6,22 y anulados 3,50. El voto fue en 23.648 colegios electorales sin ningún hecho de violencia ni denuncia de fraude ni incidentes. Las urnas fueron custodiadas por niños pioneros, a diferencia de los países capitalistas donde lo hacen el Ejército y la policía, armados.
El 19 de abril se constituirá la X ANPP, que deberá elegir a su directiva, al Consejo de Estado y al presidente y al vice del país. El actual presidente, Miguel Díaz Canel, podría tener su segundo mandato de cinco años. Cualesquiera sean votados democráticamente para los cargos dirigentes y los diputados de la ANPP, su tarea será ciclópea por los problemas económicos que afronta el país.

UN BLOQUEO CRIMINAL
EE UU ya probó con Cuba la vía militar en Girón (abril de 1961) y le fue mal. También mantiene el bloqueo, condenado desde 1992 en treinta oportunidades por la Asamblea General de la ONU, sin que Washington acate esa decisión de la abrumadora mayoría de los países (última votación en 2022, 185 por Cuba y 2 en contra, EE e Israel). Los daños producidos a la Patria de José Martí, al momento de aquella votación en Nueva York ascendían a 154.270 millones de dólares, un dineral para cualquier país. Ese bloqueo fue agudizado por el neonazi Donald Trump con 243 medidas de refuerzo, mantenidas por su sucesor Joe Biden, demostrando que cuando se trata de asesinar a pueblos dignos los dos partidos estadounidenses no tienen grietas.
Además del bloqueo, desde tiempos de Ronald Reagan, en 1982, se incluyó a la isla en la lista de países que patrocinan el terrorismo; eso se mantuvo hasta la administración Obama, 2015, pero fue reimplantada por Trump y Biden. El daño a Cuba no es tanto político, porque la mayor parte del mundo advierte que aquella es una mentira atroz. Se sabe que la isla es la víctima del terrorismo norteamericano (638 intentos de asesinar a Fidel Castro, bomba en el avión de Cubana sobre Barbados en 1976 con 73 muertos, atentados y bombardeos con 3.048 cubanos asesinados y 2.099 heridos). El daño es sobre todo financiero, porque al estar incluido en esa lista de “estados terroristas” se impiden o dificultan seriamente las operaciones crediticias y financiamiento de la economía caribeña.
En la lucha por mejorar la economía y el nivel de vida de la población, las autoridades son conscientes de que deben subir la calidad de su gobierno. El primer ministro Manuel Marrero Cruz, que visita ciudades al igual que Díaz Canel, declaró que debían superar el “autobloqueo, las ineficiencias y chapucerías”. El burocratismo es una enfermedad a curar y para eso lamentablemente no tienen las cinco vacunas que sí pudieron fabricar contra el COVID-19.

UNA DEMOCRACIA HERMOSA
Al margen de las campañas mentirosas del imperio y sus agencias internacionales de prensa, secundadas en Argentina por Clarín, La Nación y Desinfobae, las elecciones de Cuba han sido hiper democráticas. Para el imperialismo y sus aliados oligárquicos de cada país pasaron inadvertidas. No tuvieron un minuto en los medios. Las invisibilizaron. Quizás porque no podían mostrarlas y seguir hablando de “dictadura comunista”.
Hubo muchos candidatos jóvenes: 94 de ambos sexos de entre 18 y 35 años de edad, sobre 470 cargos a la ANPP. También fue muy alta proporción de mujeres: el 55,3 por ciento del total, mejorando el ya alto porcentaje de la IX ANPP, de 2018, cuando las féminas eran el 53 por ciento. Cuba ocupa el segundo lugar mundial de parlamentos con más mujeres (Ruanda el primero). La isla viene muy bien en lucha contra el machirulismo. Y son mujeres revolucionarias, no como Patricia Bullrich, Elisa Carrió, María E. Vidal, Victoria Villarruel y otras negacionistas argentas de los crímenes del terrorismo de Estado en la dictadura.

DEMOCRACIA NO ES PLUTOCRACIA
El imperialismo y la derecha mundial acusa a las elecciones cubanas de estar manipuladas por el Partido Comunista de Cuba, un partido único. Dicen que eso no sería democrático; sólo el pluripartidismo lo sería. Que el PCC manipula los comicios es una mentira total porque los candidatos son nominados por los vecinos, en sus barrios, sindicatos y CTC, Federación de Mujeres, etc. Ellos proponen, no el Partido. Y luego se los vota o no en comicios democráticos municipales, provinciales y nacionales.
Además de ser un sistema electoral desde abajo hacia arriba, muy democrático y plural, tiene otra gran ventaja: es muy barato. No hay gasto de propaganda, que suele ser de millones de dólares en los países capitalistas. En la isla, a lo sumo los candidatos elaboran una breve currícula y lo pegan en el barrio o facultad. El Estado cubano no tiene la enormidad de gastos en cada elección, como en Argentina. “En las elecciones legislativas de 2021 se renovarán 127 bancas en la Cámara de Diputados y 24 en el Senado. Demandarán al Gobierno un costo estipulado de 17.171.091.891 pesos” (Noticias Argentinas, 4/10/2020).
Otra notable diferencia a favor del sistema cubano es que los elegidos a la ANPP siguen con sus ocupaciones habituales y no cobran un salario por ser legislador. Eso ahorra plata y sobre todo relaciona más a los representantes con sus representados, al vivir como siempre, en su barrio y de su profesión u oficio. En Argentina los diputados cobraban 500 mil pesos mensuales en noviembre de 2022, más prebendas, cargos de secretarios, pasajes de avión, etc. ¿Acaso hacen mucho por el pueblo argentino? No se nota, por la baja calidad de sus leyes y por la poca cantidad de sesiones. Lo primero se grafica con el acuerdo firmado con el FMI, refrendado por el Congreso en marzo de 2022 que legalizó una deuda fraudulenta y profundizó un ajuste contra el pueblo. Lo segundo es que trabajan poco: en 2022 Diputados sesionó 14 veces y el Senado sólo 12, el registro más bajo de los últimos años. El más vago de todos es el fascista Javier Milei, que en casi cuatro años de diputado tuvo 5 votos positivos, 20 negativos y faltó a 41 sesiones.
En relación a si la democracia debe ser pluripartidista, hay que decir que lo importante en una democracia es su contenido social y de clase, antes que el número de agrupaciones. La de EE UU es bipartidista, porque entre demócratas y republicanos se comen toda la torta. Además, como Fidel Castro vino denunciando desde marzo de 1960 (discurso ante las Milicias y ante el atentado al barco Le Coubre) que el sistema yanqui era una plutocracia, la democracia de los ricos. Lo repitió en un mensaje de 1988. Y dio en la tecla pues en las declaraciones juradas de los 534 miembros del Capitolio en 2012 se corroboró que 268 de ellos, (50,2 por ciento) tenían un patrimonio superior al millón de dólares. Sólo el 2 por ciento venía de la clase trabajadora. Eso es plutocracia, no democracia.
En Argentina había en 2021 registrados 67 partidos políticos a nivel nacional (contando los provinciales son muchos más de 100). ¿Y eso es democracia? No. Ya en 2001 la población salía a la calle a reclamar “Que se vayan todos y no quede ni uno solo”. Ahora también existe una crítica muy fuerte hacia el gobernante Frente de Todos, por el ajuste fondomonetarista y la alta inflación. En 2019 había un hartazgo popular frente al gobierno endeudador y neoliberal de Mauricio Macri.
La democracia entonces no depende de la cantidad de partidos sino de contenido, programas, planes concretos de gobierno y liderazgos que cumplan lo que dicen (el mentiroso Carlos Menem admitió que “Si decía lo que iba a hacer no me votaban”)
Si Cuba tiene un solo partido es porque su socialismo es martiano. El Héroe nacional de Cuba José Martí fundó en abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano (PRC) y reclamó la unidad. El partido dirigido por Fidel, en la continuidad de las luchas por la independencia, antes de la metrópoli española y luego del mal vecino yanqui, también requirió de la unidad como condición indispensable. Por eso en la isla socialista hay un solo partido. Comunista, martiano y fidelista, vale muchísimo más que la plutocracia bipartidista anidada en Washington y que los centenares de partidos burgueses que obedecen sus órdenes en las semicolonias y capitalismos dependientes.

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