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Hay que nacionalizar la energía

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Entre las entidades que más vienen denunciando los negociados energéticos del gobierno de Macri y quienes pasaron por el ministerio-secretaría de Energía, como Aranguren e Iguacel, están gremios como Luz y Fuerza de Córdoba y observatorios como OETEC dirigido por Federico Bernal.

Hace unas semanas tuve la posibilidad de asistir a una charla del secretario lucifuercista, Gabriel Suárez, y de Bernal, donde confirmé lo valioso de sus investigaciones y sus críticas al gobierno y los monopolios. El Partido de la Liberación coincide en esas posiciones, por eso nacionalizar el sector es uno de los 12 puntos programáticos para la lucha actual.

Un concepto que Bernal demuele es el relato macrista de que en el gobierno de Kirchner y Cristina había “una crisis energética”, algo difundido por Clarín y la cadena de medios. Él demuestra que eso es falso, que se inauguraron muchísimas obras nuevas y ampliaciones de otras, incorporando millones de usuarios de muchas provincias a las redes de gas y luz.

Así lo expresó en la conferencia y el artículo “Las venas abiertas de la energía”, fechado el 11 de agosto pasado: “tal y como se verificó entre 2003 y 2015 en el marco del Plan Energético Nacional ejecutado por el Ministerio de Planificación-, consiguiendo así retomar la expansión de las redes de gas y electricidad demorada o abandonada por el neoliberalismo en la Rosada”.

De paso sea dicho, un merecido elogio suyo al preso político Julio de Vido…

Muchos criticamos la dolarización de tarifas y el negocio que eso supone para los grupos concentrados. Pero pocos lo han ilustrado con números, nombres y apellidos como Bernal. En ese despacho deschavó que “tomando las dos mega-corporaciones energéticas del país (Pampa Energía y Central Puerto), la transportista de extra alta y alta tensión eléctrica (Transener), las dos transportistas de gas (TGN y TGS), dos de las principales distribuidoras y comercializadoras de electricidad (Edenor y las del Grupo DESA), cuatro distribuidoras de gas de las nueve (Gas Ban, Camuzzi Pampeana, Camuzzi Sur y Gas Cuyana) y apenas dos petroleras de las primeras cinco (Tecpetrol y PAE), las ganancias de los dos últimos años totalizaron 175.507 millones de pesos o unos 5.786 millones de dólares”.

Son denuncias fuertes y fundadas. Pero no es sólo una cuestión de plata, de por sí tan trascendente. Lo que OETEC pone en discusión es el modelo político y hasta ideológico defendido por Macri y Juntos por el Cambio, junto con los CEOs de los monopolios. Para ello polemizó con Andrés Chambouleyron, ex asesor de las demandas de multinacionales contra Argentina en el CIADI, exfuncionario de Aranguren en Energía y desde 2018 titular del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), quien escribió en “La Nación”: “las tarifas de los servicios públicos deben reflejar el costo económico de la prestación de esos servicios, incluyendo la inversión y una rentabilidad sobre ella. Un ajuste de tarifas reducirá el ritmo de crecimiento de la demanda y les permitirá a las compañías invertir en la expansión de las redes y evitar problemas de desabastecimiento en el mediano plazo”.

Para el chambón, la energía es una mercancía, un negocio, hay que pagar por ella un alto precio para que las empresas privadas ganen y puedan invertir. Esto de la inversión, es otra falsedad porque en estos tres años de ganancias dolarizadas no han invertido prácticamente nada. Todo fue ganancia, capitalización, dividendos y fuga de capitales.

Volviendo al meollo del asunto. Bernal sostiene, y el PL está de acuerdo y hasta los documentos de la ONU lo plantean, que la energía es un derecho humano y que tiene que servir a todos para una vida digna.

No como ahora, que tantas familias ven cortado el suministro de luz y gas por no poder pagar las tarifas dolarizadas, que tanta gente se pasa del gas en red a la garrafa y aún de la garrafa a la leña y de la leña a morir de frío o monóxido de carbono.

Derecho humano o mercancía, tal la polarización o concepciones opuestas.

En temas fundamentales tenemos acuerdo político con los puntos de vista de OETEC, que propugna medidas para el nuevo gobierno. Textual: “resulta indispensable una revisión completa de las tarifas de los servicios públicos, así como de los precios del gas y los combustibles, por supuesto más allá de la necesidad de terminar con la dolarización de precios y tarifas, la cartelización y los abusos de posición dominante, los negociados VIP (que involucran a los amigos/parientes/socios del presidente Macri, así como al propio Macri), los conflictos de interés y la cooptación de los entes de regulación por parte de las empresas”.

¿Cuál es la única diferencia del PL con el compañero Bernal? Que sus justas proposiciones no llegan a plantear la nacionalización del sector energético. Si en 2012 se nacionalizó la mayoría de YPF, hoy hay que nacionalizar al menos las 13 compañías de gas, luz y petróleo denunciadas por OETEC por sus grandes ganancias y negociados.

La última vez que hablamos con Julio de Vido en la cárcel de Marcos Paz, él proponía esa nacionalización. Y nosotros coincidimos con eso, para un programa antiimperialista.

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