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Fortalecer el verdadero clasismo contra los oportunistas

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En los últimos años, por distintas cuestiones, el trotskismo tuvo un avance en los gremios y organizaciones de la clase trabajadora en nuestro país. Algunos optan por minimizar este avance y, como es previsible, desde el trotskismo lo magnifican y pretenden que tenga alcances que no tiene. Desde el PL y las ABC preferimos hacer un análisis más concreto sobre qué significa este avance y cuales son sus causas y consecuencias. La reciente derrota de Wasiejko, adjunto de CTA, en su sindicato del neumático Sutna, a manos de una lista encabezada por el PO, hace más necesario este debate.

De las organizaciones trotskistas el PTS es quien más avanzó en sectores obreros. El PO se desarrolla principalmente en los gremios docentes y en los estatales en menor medida. Luego lo siguen el MAS e Izquierda Socialista quienes han logrado instalarse en algunos sectores obreros importantes como la Unión Ferroviaria del Sarmiento con el “Pollo” Sobrero de IS y en el Sutna, del neumático.

Si bien la inserción del trotskismo en sectores de la clase trabajadora fue relativamente importante durante la década kirchnerista, su capacidad de acción sigue siendo pobre salvo en conflictos puntuales como el de Lear. Incluso en los últimos años su acción fue más de furgón de cola de la burocracia sindical como se demostró en los cinco paros nacionales contra Cristina. De la misma manera hay que resaltar que en su prensa, en su propaganda y agitación, las fuerzas trotskistas y sus militantes suelen incurrir en mentiras afirmando conducir conflictos y luchas en lugares donde tienen una escasa influencia.

El crecimiento del trotskismo es fundamentalmente negativo porque no se trata de una verdadera izquierda ni de luchadores antiimperialistas, pero aún así expresa algunos aspectos positivos. Es fundamentalmente negativo porque desde una posición de apoyo a los conflictos y las luchas inserta en parte del activismo obrero una línea política errónea y sectaria que influye negativamente en el desarrollo de los conflictos. En la política nacional empuja a a clase trabajadora hacia el vacío.

Tiene un costado positivo porque muestra el descontento con sectores de la burocracia sindical que pacta con los monopolios y que en muchos de los conflictos se muestra más cerca de la patronal que de los afiliados a los que se supone tienen que representar. Esos trabajadores asqueados de dirigentes como Pignanelli del SMATA o Fernández de UTA se apoyan en agrupaciones de base que el trotskismo forma a base de esfuerzo militante.

Esto último es un llamado a que el PL y las ABC refuercen su militancia entre la clase trabajadora y en forma principal entre sectores obreros y fabriles. Hay que fortalecer las volanteadas en puerta de fábrica, el apoyo activo a los conflictos y las luchas y en general mejorar todo nuestro trabajo sindical y trabajo político entre la clase obrera. Hay que instalar las ABC en las fábricas, crear organización de base y disputar la conducción a la burocracia y a los oportunistas. En los años ’70 nuestra organización lo hizo en Transax, Ledesma, Tensa, Sitrac, Acindar, IME, Astilleros Río Santiago, Rigolleau, ATE y muchos otros frentes obreros.

Este es el desafío que tenemos en esta etapa, donde es más importante que nunca fortalecer organización clasista en la clase trabajadora, contra la burocracia pero deslindando también con la falsa izquierda trotskista. Se vienen los momentos de luchas más duras desde 2001 para acá.

ALBERTO DÍAZ

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