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EN LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ – Los cinco camaradas desaparecidos en 1977

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Diciembre es un mes complejo en Argentina, se suele decir que en este la convulsión social es mayor, que la gente está cansada, que la frustración suele estallar y que en él han acontecido hechos dolorosos. En el año 1977 tuvimos uno de esos tantos hechos terribles.

Entre el 8 y 10 de diciembre de ese año las FFAA y sus comandos de la muerte desaparecieron 12 militantes del campo popular. Entre esos secuestrados/desaparecidos hubo 5 camaradas de Vanguardia Comunista (actual PL): Ángela Auad, Raquel Bullit, Patricia Oviedo, Horacio Elbert y Eduardo Horane.
La ola de secuestros se dio tras la infiltración del marino Alfredo Astiz en un grupo de de amigos-familiares-compañeros de otros desaparecidos entre los cuales se encontraban nuestros camaradas y representantes de Madres de plaza de mayo, entre otros. Dentro de las actividades de estos grupos la más notable fue lograr la publicación de una solicitada en un diario, La Nación, para denunciar la represión y la desaparición de miles de personas por parte de la dictadura militar cívica.

Tuvieron que transcurrir 6 terribles años más para que comenzara la transición hacia la democracia (democracia burguesa) y que las organizaciones de DDHH, como también las agrupaciones políticas, que en ese momento hicieron las denuncias por esos crímenes de lesa humanidad producidos durante el “proceso de reorganización nacional”. Desde ese momento hasta nuestros días el PL nunca renunció a la memoria de sus caídos en la heroica lucha contra la dictadura, nunca dejo de ondear las banderas del partido junto con carteles que hacían alusión a cada uno de los camaradas desaparecidos.

Desde el marxismo sabemos que existen peligros a la hora de enfrentar a los representantes del capitalismo o del fascismo. Sabemos que estamos expuestos a la persecución, la represión y la violencia, sin embargo, lo más importante es aprender de la experiencia, como lo han dicho tantos teóricos marxistas que hablaban de la experiencia en la realidad, de la práctica, como base fundamental.
Nuestros camaradas no desaparecieron en vano; luchaban por un mundo justo, por teñir de rojo atardecer los días de nuestra humanidad, sin embargo cayeron. Nosotros en un clima pre-represivo como el que se vendrá en esta nueva corriente liberal libertaria, debemos aplicar las lecciones de las luchas de los ‘70-80-90 y aplicarlas. Es trabajo de cada una de las secciones del partido evitar la infiltración por parte de las fuerzas de seguridad como también por parte de elementos anti-partido, elementos de espionaje, o anarquizantes que únicamente tienen por función la defensa del sistema capitalista. Debemos concienciar a nuestros militares sobre los seguimientos a los aspirantes para lograr así saber si los mismos son futuros militantes o un engaño, debemos realizar un trabajo de seguridad constante en el área de comunicaciones para evitar filtraciones, debemos continuar la formación teórica para evitar cualquier cambio de rumbo o duda por parte de nuestros camaradas. Sobre todo debemos incentivar la lucha en honor a aquellos caídos en las peores épocas este país. Nuestros camaradas a pesar de los riesgos, eligieron pelear, dar su vida por causa, por un mundo justo, por el establecimiento del socialismo para la posterior transición al comunismo. Nosotros no podemos optar por ser menos: el mínimo homenaje que podemos rendirles es continuar la lucha, aplicar las lecciones históricas y avanzar constantemente hasta la victoria final.

LULO MALESORI

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