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El PL y la cuestión de Malvinas

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            Los derechos soberanos de Argentina sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur son inalienables y más en las circunstancias actuales, donde el gobierno de Javier Milei es cómplice de los usurpadores británicos. El presidente y la canciller Diana Mondino entraron en orgasmo múltiple en enero pasado cuando se reunieron con el canciller británico David Cameron, en el Foro Económico de Davos.

            En ese diálogo amable se pusieron de “acuerdo en el desacuerdo”; dicho en otros términos, no vamos a discutir la soberanía de Malvinas pero seguiremos con negocios conjuntos. También en este punto la política de Milei es muy parecida a la de Carlos Menem y  Domingo Cavallo en sus pactos con el Reino Unido, cuando pusieron la soberanía “bajo el paraguas” y siguieron la relación económica dependiente con ese imperio. La resolución de la ONU de 1965 instando a ambas partes a negociar la soberanía, bien gracias.

            El año 2024 empezó muy mal para nuestro país en relación a las queridas islas.

            En enero los británicos hicieron los habituales ejercicios militares en las islas. Milei y Mondino no dijeron ni mu, pero los intendentes y jefes comunales de América del Sur nucleados en COSUDEM repudiaron esos ejercicios por solicitud de Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego y Martín Pérez, intendente de Río Grande. También expresaron “preocupación por el desarrollo de actividades ilegítimas de exploración de hidrocarburos en dicha zona, en clara violación de la resolución 31/49 de la Asamblea General de la ONU”. La petrolera Navitas, de capitales israelíes, empezará a extraer rudo del mar del Norte de Malvinas desde 2026 con autorización del gobierno kelper.

            Cameron visitó Malvinas y el 20 de febrero dijo allí que espera que “las islas sean británicas por siempre” y que mejorar la relación con el gobierno argentino “nunca será a costa de los deseos de los malvinenses, que deben ser considerados absolutamente en primer lugar”. Ordenó avanzar con un mega puerto civil para aumentar el comercio kelper y la llegada de naves militares. Será construido por el astillero británico Harland & Wolff y estará listo para 2027, compitiendo con nuestro puerto de Ushuaia.

            Fue la primera vez en 30 años que un canciller británico llegaba a las islas. Reafirmó el compromiso con el “derecho de autodeterminación de los isleños”, refrendado en 2013 en un referéndum donde decidieron mantener su estatus como territorio autónomo de ultramar del Reino Unido. Eso fue ilegal porque las Malvinas son parte de nuestro país, usurpadas desde enero de 1833 y lo que corresponde es que la “hermanita perdida”, como la llamó Atahualpa Yupanqui, vuelva a casa.

            Frente a las gravísimas declaraciones de Cameron, el imbécil de Manuel Adorni, vocero presidencial, expresó: “la visita es un tema de agenda de Cameron y en tal caso del gobierno inglés. Nosotros no tenemos por qué opinar sobre la agenda de otros países”. Más HDP es difícil de conseguir…

            Mondino, que no es ninguna estúpida, tuiteó ironizando que Cameron había llegado a casa, a Argentina, y dijo que esa chicana era mejor que andar mandando “cartitas diplomáticas”.

INGLESES A LA OFENSIVA

            Como era de esperar, tantas agachadas gubernamentales “argentinas” iban a producir más ofensivas británicas. El 4 de marzo se publicó que “el Reino Unido decidió de forma unilateral extender su control sobre zonas marítimas de las Islas Malvinas, donde prohibieron la navegación y la pesca. Se trata de 166 mil km2 que se sumarán a los 283 mil km2 sobre los que ya regía la exclusión, luego de que en 2012 las autoridades británicas forzaron la creación de un Área Marítima Protegida (AMP)”.

            Transcurrieron ocho  días desde esa nueva provocación para que recién la cancillería argentina citara en tibia protesta a la embajadora Kirsty Haynes. Mondino no estuvo en la reunión. El secretario de Relaciones Exteriores, Leopoldo Sahores, y la secretaria de Malvinas, Paola Di Chiaro expresaron su “preocupación” a la representante. Nos imaginamos que Haynes no habrá podido conciliar el sueño esa noche…

            Volviendo a las tertulias de febrero entre Mondino y Cameron durante el G20 en Brasil, coincidieron en seguir haciendo negocios y también uniéndose alrededor de la OTAN para la guerra contra Rusia en Ucrania. Salen ganando los ingleses. No se sientan a negociar por las islas pero siguen con ganancias petroleras, bancarias, de seguros, fondos de inversión, etc.

            Los dos cancilleres coincidieron “en la importancia de profundizar la cooperación en áreas de interés mutuo, como es el caso de los vínculos económicos y comerciales, así como en asuntos multilaterales en los que se comparten prioridades comunes”. Entre esas “prioridades comunes” está Ucrania: “ambas partes acordaron mantenerse unidas para seguir condenando las acciones del gobierno ruso, las cuales constituyen una flagrante violación del derecho internacional de la Carta de las Naciones Unidas”.

SIN VILLARRUEL Y DEMÁS FASCISTAS

            Si las políticas de Milei y Mondino son repudiables por genuflexas, el PL también denuncia las de la vicepresidente Victoria Villarruel, que de palabra se hace la “malvinera” y podría impulsar un desfile militar para el 2 de abril.

            La que se ufana de ser hija y sobrina de dos “héroes de Malvinas”, en realidad represores de la dictadura (su tío fue condenado por crímenes de lesa humanidad en El Vesubio), retoma el sentido nacionalista de derecha en cuanto a las islas, onda Aldo Rico, Mohamed Ali Seineldín, Gustavo Breide Obeid y otros militares “carapintadas” que lucharon poquito o nada en las islas (Rico estuvo 14 días  y se rindió en Puerto Argentino). Ellos se levantaron en armas contra la democracia exigiendo “soluciones políticas” para los genocidas, en Semana Santa de 1987, en 1988, 1989 y 1990.

            Muchos militares se pintan la cara como “malvineros”, pero son como Galtieri, Mario B. Menéndez, Alfredo Astiz, etc, y son represores fascistas con disfraz “nacional”. Hay que arrancarles esa careta, hoy a Villarruel y a todos ellos, caso de Horacio Losito, condenado por crímenes en Corrientes y Chaco, que se presentó en un cuartel de Misiones a un reconocimiento como supuesto “héroe”.

            En Malvinas, como en tantos otros temas, hay que separar la paja del trigo, para  seguir bregando por esa noble causa. Hay que recuperarlas por las buenas o las malas, y mientras tanto tomar sanciones contra las firmas británicas que operan en Argentina, para forzar a Londres a una negociación.

SERGIO ORTIZ

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