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El PL y cinco consignas para el 24 de marzo

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Por supuesto que la política no está atada al calendario, pero los partidos revolucionarios tienen compromisos de honor en determinadas fechas, que se deben honrar todo el año, todos los años. Y uno de esos días es el de la Memoria, la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo; paradojalmente el del golpe de estado de 1976 que se convirtió en homenaje a los 30.000 detenidos-desaparecidos y mártires populares.

Quien no sienta un amor especial por esos compañeros y su causa de cambiar el país y el mundo, “asaltando el cielo con las manos” como en la Comuna de París, al decir de Carlos Marx, no es revolucionario. Con eso sólo no alcanza, pero es un buen punto de partida para tratar de serlo, como lo fueron Roberto Cristina, Elías Semán, Beatriz Perosio, nuestros camaradas, y miles de compañeros de otras organizaciones político-militares, gremios combativos, de la universidad y la cultura, curas del Tercer Mundo, etc.

Por eso para el PL es central la reivindicación de aquella lucha setentista y de quienes ofrendaron su vida por esos altos ideales de una Patria Liberada y en camino al socialismo. ¡Nada de jóvenes bien intencionados, pero equivocados! ¡Nada de “teoría de los dos demonios”! Hay un sólo demonio: los monopolios, la oligarquía, el fascismo y los presidentes formalmente constitucionales como Macri que gobierna para los mismos intereses de Videla en 1976. ¡Viva el ejemplo revolucionario de los 30.000! es nuestra primera consigna.

Aunque llevamos el dolor a cuestas por tantas pérdidas, no hay lugar para el pesimismo y el derrotismo. El movimiento popular democrático lleva más de 700 represores condenados en los juicios de lesa humanidad. Y Abuelas ha recuperado a 121 nietos, siendo ésta una gran victoria de la vida por sobre la muerte y los apropiadores.

¿Qué falta recuperar a otros 300 o más nietos? Sí, es verdad, así como que los condenados son casi todos militares y policías, y una mínima parte es civil. Esto no se corresponde con el rol de socios y partícipes del genocidio, como es el caso de Carlos P. Blaquier, del ingenio Ledesma.

Por eso en estas marchas del 24 de marzo de 2017, la segunda consigna del PL es ¡Todos con las Abuelas a encontrar los nietos que faltan! Y la tercera es ¡Cárcel a los genocidas civiles como Blaquier, Massot y los gerentes de Ford, Mercedes Benz, Fiat, Renault, Perkins, Acindar y otros monopolios que entregaron listas de sus delegados y trabajadores para que fueran desaparecidos!

Esa no es una suposición partidista. Consta en numerosos testimonios de los juicios por DD HH y en causas penales que lamentablemente fueron frenadas para salvar a empresarios, curas, políticos y jueces comprometidos con el terrorismo de Estado. La dictadura fue militar-cívica. Fue de los generales, pero también de la Unión Industrial y la Sociedad Rural, el Episcopado, Clarín y “La Nación”, la Corte Suprema, dirigentes desarrollistas, conservadores, peronistas y radicales, y de gran parte de la burocracia sindical. Por eso Triaca (Plásticos) y Baldassini (Foecyt), en el juicio a las Juntas, dijeron no saber de trabajadores desaparecidos. ¡Miserables traidores y colaboradores de la dictadura!

Esa parte que falta para defender los derechos humanos violados en la dictadura se explica por la defensa recíproca que hacen: la Rural está a favor de Blaquier; “La Nación” sostiene a Massot; la UIA y AEA apoyan a Clarín y apropiadores de Papel Prensa; la justicia cómplice hace otro tanto, la embajada yanqui protege a los directivos de Ford y la alemana a los de Mercedes Benz. Etc.

Y por supuesto, los sucesivos gobiernos desde 1982, con la excepción de Kirchner y Cristina, fueron funcionales a esa complicidad con los represores, militares y civiles. De allí el “Punto Final” y “Obediencia Debida” de Raúl Alfonsín, los indultos de Carlos Menem, los 39 muertos del Argentinazo con De la Rúa y la política actual contraria a los derechos humanos. El neoliberal Macri otorga prisiones domiciliarias a rolete a los represores, cuestiona el número y la causa de los 30.000, y habla de “guerra sucia” entre dos bandos, refritando la teoría radical-peronista de “los dos demonios”.

Por eso la marcha y actos de este 24 de marzo tienen que tener una cuarta consigna: ¡Abajo el gobierno de Macri, contrario a los derechos humanos! Su partido, el PRO, tiene el triste récord de no haber participado de ninguna marcha por esos derechos. Nunca. Si eso no es complicidad con los genocidas, ¿qué es?

Pero los derechos humanos no son sólo los suprimidos en los ’70 con la represión ilegal. Son también los pisoteados hoy con la represión policial contra los jóvenes, despedidos y mujeres; con la injusta detención de Milagro Sala y otras compañeras; con el espionaje de la AFI; con las armas y equipos comprados a Israel y EE UU por la ministra Bullrich; con los cursos del FBI y los acuerdos militares con Georgia (USA).

Y por supuesto que derechos humanos son el derecho al trabajo, a comer, a tener un salario y jubilación dignas, techo y tierra, a poder estudiar y cuidar la salud, a servicios básicos con precios accesibles, al transporte, a vivir en una Patria y no en una colonia o “supermercado del mundo”. Y todos esos derechos son violados por Macri y su gobierno de CEOS, de allí que la quinta consigna del PL este 24 de marzo sea: “Si el ajuste, despidos, entrega y corrupción son ley, entonces el Argentinazo hará justicia”.

SERGIO ORTIZ

 

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