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DÓLAR SOJA Y NEGOCIO DE LAS LELIQ

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La necesidad de equilibrar cuánto dan y cuánto reciben las grandes empresas

Por Horacio Rovelli

El Cohete a la Luna

            Las condiciones se agravan sideralmente porque la balanza comercial fue sumamente positiva durante toda la gestión de Alberto Fernández. Las exportaciones fueron mayores a las importaciones en más de 33.000 millones de dólares a septiembre de 2022 y esas reservas se dilapidaron porque el gobierno asumió el compromiso de vender divisas al tipo de cambio oficial a las empresas para que paguen sus deudas.

            Un informe que circula en los despachos oficiales le pone cifras a un dato que es admitido en el BCRA: en grupo de empresas, de las más importantes de la Argentina, accedieron a dólares baratos para cancelar la deuda que habían contraído en los años del macrismo. Compraron 23.710 millones de dólares y eso explica por qué, pese al superávit comercial en la actual administración, las reservas internacionales del BCRA descendieron en más de 7.500 millones de dólares desde que asumió el gobierno del Frente de Todos.

            Es más, el denominado “Programa de Incremento Exportador” o “dólar soja” incentivó la liquidación de 8.123 millones de dólares de ese grano por ventas al exterior  de 13.725.198 toneladas, realizada por 44.622 entre productores y empresas (entre ellos, los grandes acopiadores y comercializadores de granos: ADM, Bunge, Cargill, Louis Dreyfus, Glencore, COFCO, Aceitera General Deheza, ACA y Molinos Agro-Pérez Companc). En septiembre ingresaron 8.123 millones de dólares a razón de $50 por dólar liquidado (el precio oficial era $150 y se le pagó $200 por cada dólar). Esto significa 406.150 millones que percibieron los beneficiados que pagó el Tesoro de la Nación, el que para ello colocó una Letra Intransferible en el BCRA (nueva deuda pública).

            Sin embargo, las reservas internacionales del BCRA sólo se habían incrementado en 891 millones de dólares a ese último día. Es cierto que hubo un pago del capital de la deuda al FMI por 2.600 millones de dólares que reingresaría con la aprobación de las metas del segundo trimestre de 2022 y que el BCRA permite que ingresen dólares en los días 3 al 6 de octubre por las liquidaciones pendientes de la venta de la soja, pero –con toda la furia– representa sólo la tercera parte de lo liquidado por los exportadores de soja. Se vuelve a repetir el perverso mecanismo de que las empresas privadas paguen sus deudas con dólares baratos, más el pago de los intereses de la deuda pública, que en conjunto demandan los dos tercios restantes del ingreso de 8.123 millones de dólares de exportación del grano.

            El 30 de septiembre pasado se terminó el “dólar soja” y el BCRA volvió a vender reservas todos los días. Es obvio que existe un barril sin fondo y que el BCRA no tiene ninguna voluntad en solucionarlo. La falta de reservas internacionales degrada el valor del nuestra moneda (pesos).

            El otro gran negocio fue para los bancos. Cuando ingresan divisas, el asiento contable para el BCRA es: Oro y Divisas a Billetes y Monedas y, dada su visión, creen que deben esterilizar ese dinero creado. Por lo tanto, el BCRA redobla la colocación de Leliqs y Notaliqs, que son encajes remunerados a una tasa del 75% anual nominal (que seguramente va a ser incrementada por el BCRA el miércoles 12 de octubre), sin importarle cómo repercute en el costo financiero a la población (préstamos personales, tarjetas de crédito, deuda de las empresas, etc).

            En un mes, gracias al dólar soja, el total de las Leliqs y Notaliqs se incrementó en casi un billón de pesos. Al 30 de septiembre, su masa total asciende a 7 billones de pesos (al tipo de cambio oficial es equivalente a 45.000 millones de dólares), que se suman al pasivo de títulos en pesos que financia el Tesoro de la Nación y que Sergio Massa negocia desde el 3 de agosto, cuando asumió en el Ministerio de Economía de la Nación, por títulos de mayor plazo, pero ajustable por inflación o dólar linked (precio oficial del dólar). De esta manera, si se produce una devaluación o un aceleramiento de la inflación, sus tenedores quedan cubiertos.

Otros dólares y otros incentivos

            El lunes 3 de octubre se anunció el “dólar tecno”, que operará como un incentivo para el sector de los servicios básicos del conocimiento. Las firmas del sector podrán disponer libremente, de forma trimestral, del 30% del aumento de sus exportaciones respecto de 2021. A ese porcentaje se suma un 20% adicional si radican nuevos negocios en el país, y hasta pueden disponer del “Bono Fiscal” por la carga patronal como crédito a favor y transferirlo por una vez.

            Lo mismo pasa cuando se le promete a las grandes empresas que operan en Vaca Muerta (Shell, Total, Tecpetrol, Apache, Chevron, British Petroleum, Vista Oil & Gas, etc.) que van a poder girar sus utilidades a sus casas matrices sin límite alguno (y compran dólares a precio oficial) o se hacen concesiones a las empresas Livent [5] en Catamarca, Rio Tinto en Salta, y a Alkem-Toyota en Jujuy para que utilicen el agua en una región semi-desértica y extraigan y exporten carbonato de litio (sin mayor valor agregado). Pagan solamente el 3% de regalías a la provincia y el 4,6% de derechos de exportación a la Nación.

            Asimismo, bajo la visión de conseguir dólares a como dé lugar y sin reparar en sus consecuencias, se inserta la reprivatización planeada del decreto 949/20 para consolidar el control externo del Paraná y los puertos concesionados (incluidos aquellos que vencen la autorización para funcionar y que se le adelanta la concesión, como es el caso de los puertos de la Provincia de Buenos Aires). De los casi 40 puertos argentinos, más de la mitad, sobre todo los graneleros y comerciales, están en manos privadas. A ello debe agregarse la resolución 625/2022 del Ministerio de Transportes que fija la tarifa en 1,47 dólares por Tonelada de Registro Neto (TRN) para el tráfico internacional, cuando el precio internacional ronda los ocho dólares por tonelada.

            Todo esto en beneficio de los exportadores, como dice el Frente por la Soberanía: “Así las cosas, no solamente se reprivatiza el manejo del Paraná y los puertos, sino que se aseguran precios viles a los servicios que, por añadidura, no tienen controles eficientes del Estado”.

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