Internacionales
A 65 años del triunfo la Revolución Cubana sigue firme en su batalla
Pedro Ríoseco López-Trigo Granma. Cuba
4 de enero de 2024
Los cubanos celebramos el 65 aniversario del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 y comenzamos el año 66 de la Revolución conscientes de que ningún país del mundo ha resistido un asedio tan prolongado de la principal potencia mundial en los campos económico, comercial y financiero.
Las generaciones nacidas desde hace seis décadas solo han conocido las privaciones, los sacrificios, las amenazas, atentados y acciones terroristas y militares planeadas, organizadas y financiadas por Estados Unidos desde su territorio contra nuestra pequeña isla caribeña que osó crear su propio futuro.
Los niños y jóvenes cubanos que no vivieron esos primeros duros años conocieron de Playa Girón y la Crisis de Octubre por los libros o sus maestros, pero las cicatrices de las agresiones y hechos terroristas privaron a muchas familias de sus mejores hijos y nos obligaron a vivir bajo permanente asedio.
Pese a ello el pueblo cubano ha resistido y resiste. El derrumbe del campo socialista nos llevó al Período Especial pero no pudo arrastrar a la Revolución Cubana en su caída. De la pandemia mundial de la Covid-19 salimos también victoriosos, pero la economía continúa sin recuperarse a consecuencia del prolongado bloqueo que impide adquirir necesarios insumos para producir, de errores cometidos y la ineficiencia en algunas empresas y territorios.
En estos días se impone un rápido recuento del largo camino recorrido luego del desembarco del yate Granma el 2 de diciembre de 1956 y la dura guerra contra el ejército de la dictadura batistiana, entrenado y armado por Estados Unidos, que abrió por primera vez las puertas de la verdadera independencia.
A sólo cinco días de la huida del tirano por el triunfo del Ejército Rebelde, el naciente Gobierno Revolucionario disolvió el Congreso de la República, y declaró extinguidos los nombramientos de alcaldes, gobernadores y concejales, para iniciar así las anunciadas reivindicaciones sociales.
El 5 de enero de 1959, desde su cargo de Primer Ministro, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz comenzó la transformación del poder político, para erradicar los elementos comprometidos con la dictadura derrocada que regían la vida social y mantenían al pueblo oprimido en función de intereses corruptos.
Ese mismo 5 de enero se creó en Cuba la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), institución del Estado cubano que agrupa a miles de hombres y mujeres con la misión de salvaguardar el orden, la disciplina y los intereses económicos del Estado, frente a una creciente ola de acciones terroristas.
El triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959 constituyó el preludio de un proceso verdaderamente revolucionario debido a las numerosas transformaciones que trajo consigo, en el interés de materializar los compromisos contraídos con el pueblo en La Historia me Absolverá.
Entre esas primeras medidas estuvo la promulgación de la Ley Fundamental de la República el 7 de febrero de 1959, la cual conservó la mayor parte del articulado de la Constitución de 1940, promulgada a fin de normar la vida institucional de la Revolución.
Le siguió la creación del Instituto Nacional de Ahorro y Vivienda el 17 de febrero, concebido para fomentar el ahorro y comenzar a dar solución al agudo problema de la vivienda, que sería luego completado con disposiciones para eliminar la concentración de viviendas en manos privadas, rebajar los alquileres y darles la propiedad de las mismas a cientos de miles de familias.
Otras medidas de beneficio popular fueron aprobadas en el mes de marzo, entre ellas la intervención de la Cuban Telephone Company, la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y de la Imprenta Nacional de Cuba, en función de promover el desarrollo cultural del país.
El 17 de mayo de 1959 Fidel Castro firmó la prometida ley de reforma agraria en la propia Sierra Maestra, para eliminar el latifundio que mantenía ociosas las principales tierras agrícolas del país y era el problema estructural más agudo de la sociedad cubana. Con esta medida distribuyó tierras a los campesinos desposeídos, erradicando la explotación a que eran sometidos el campesinado y los obreros agrícolas.
Se creó con dicha ley el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que inició un proceso de expropiaciones, nacionalizaciones y confiscación de bienes mal habidos que afectaron fuertemente a la alta burguesía nacional y algunas empresas estadounidenses, así como de otros países. El gobierno revolucionario brindó indemnizaciones, pero Estados Unidos se negó a aceptarlas.
Las familias propietarias de las plantaciones e ingenios azucareros y un considerable sector de la clase media, abandonaron el país y se instalaron en Estados Unidos, sumándose a muchos esbirros y funcionarios corruptos del gobierno de Fulgencio Batista que emigraron desde el 31 de diciembre de 1958 llevándose consigo millones de dólares procedentes del erario cubano.
Antes del triunfo revolucionario el 85 por ciento de los pequeños agricultores tenían que pagar renta a los dueños de latifundios y vivían bajo permanente amenaza de desalojo de sus parcelas. Con la Reforma Agraria en 1959 unos 150 mil pequeños agricultores se convirtieron en propietarios de sus tierras,
Muy triste eran las condiciones de vida de los campesinos. El 85 por ciento de sus viviendas carecían de agua corriente, el 90 por ciento no tenían electricidad, menos del ocho por ciento de la población rural recibía atención médica gratuita en hospitales públicos cercanos a su vivienda, y la cual sólo era posible con la recomendación de un político que exigía al campesino su voto y el de toda su familia, había más de 500 mil niños campesinos sin escuela y existían más de un millón de analfabetos mayores de 10 años.
El 23 de diciembre del primer año de la Revolución se aprobaron las bases y normas legales reguladoras de la Reforma Integral de la Enseñanza, la cual constituyó un primer paso para la creación de un nuevo sistema educacional cubano, al frente del cual estuvo como ministro Armando Hart Dávalos.
La creación del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) se institucionalizó el 16 de octubre, con el Comandante Raúl Castro Ruz como ministro, para fortalecer la preparación militar defensiva del país ante las acciones subversivas contrarrevolucionarias sufridas por el pueblo durante todo el 1959 y las amenazas crecientes de una invasión militar de Estados Unidos.
En su primer año la Revolución Cubana sentó las bases de una transformación profunda de las desigualdades sociales, e inició una dura batalla por la soberanía y la independencia que defendemos, pese al genocida bloqueo a la Isla impuesto por los gobiernos de Washington hace más de seis décadas.