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Beatriz Perosio

Pobreza, desocupación y recesión aumentan más con Milei

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            Los índices de pobreza aumentaron considerablemente durante los gobiernos de Macri y Fernández, pero al menos durante el “albertismo” mejoraron los niveles de desocupación, bajándolo de dos dígitos a menos del seis por ciento (aclarando también que con la ocupación también aumentaba el trabajo  precario y la informalidad).

            En forma paralela, durante estas dos gestiones, la inflación y el aumento de las tarifas fue considerable, de ahí el aumento de la pobreza, que hace estragos en los más humildes. Estos datos, de por sí solo muy preocupantes, fueron superados en los primeros cinco meses del paranoico Milei. Según la Universidad Torcuato Di Tella la pobreza alcanza al 48,9 por ciento de los argentinos, o sea a un universo de 29,4 millones de personas.

            Justamente esta semana se conocieron datos de la degradada secretaría de Trabajo. En este mismo periodo de cinco meses, el trabajo privado registrado perdió cincuenta y seis mil empleos, donde treinta seis mil, corresponden a la construcción, por el solo hecho de paralizar la obra pública.

Los desocupados del Estado y los no registrados superan ampliamente los cien mil. A miles de ellos el gobierno nacional no piensa pagarles indemnización por despido, aduciendo que sus contratos se vencieron. El sector de las PyME, el más perjudicado desde enero, es tal su preocupación que llamativamente marchó en las últimas convocatorias de la CGT y realizan protestas frente al Congreso, contra la ley Bases, principalmente el capítulo RIGI.

La degradación de los salarios es de tal magnitud que se nota en el aumento de la situación de calle de mucha gente que no puede afrontar la actualización de los alquileres, además del aumento de asistentes a los comedores populares, que encima son allanados por falsas denuncias de la Pato Bullrich. La criminalización de la pobreza es la tapadera  del gobierno para no asistir con alimentos a los más de cuarenta y siete mil comedores del país.

Resulta que se toman tiempo para auditar las magras finanzas de los movimientos sociales, (que desarrollan una función vital en estos periodos de crisis), pero no se auditan los préstamos mal otorgados del FMI y el uso que se hizo de los mismos y su respectiva fuga. Encima Milei le otorga el título de “héroes” a los fugadores.

Milei hace gala de la baja en el déficit fiscal, (que no es tal) y de la disminución de la inflación, que tampoco se siente en la calidad de vida de millones de trabajadores, sino no se entiende la baja en el consumo y el cierre constante de comercios y PyME. Sucede que además de la inflación, el parate de la economía genera recesión, los dos componentes sumados, se los conoce como estanflación.

Lo llamativo de esta situación social calamitosa es la humillante desfachatez de los funcionarios, donde Caputo ante los empresarios más representativos del país les dijo “aprovechen, porque el aguante social es inédito”. Desde el norte Stanley Druckenmiller, ex asesor y administrador de George Soros, “también le llama la atención que no estalle la situación ante el experimento que armaron con Milei”, dixit.

Por acá también nos preguntamos que pasa que no reaccionamos, ya que por mucho menos hemos hecho sonar el escarmiento en el 2001. La quita del catorce por ciento a los empleados públicos sumado al corralito, generó el “Argentinazo”, hoy quitan de un plumazo el Fondo Nacional de Incentivo Docente, que supone algo más que un catorce por ciento y ahí estamos.

 La no entrega de drogas oncológicas, aceleró la muerte de varios enfermos, que lo habían alertado y nada. Miles de afiliados a las pre pagas se pasan a la salud pública generando más colapso del que ya existía, el colegio de cardiólogos advierte que no se podrán realizar operaciones por falta de stents.

Se conocieron los audios de Karina Milei y la Mondino donde se ufanaban por la posibilidad de seguir con esta política para realizar una eutanasia social de alrededor de diez millones de la población vulnerable. Se sienten protegidos porque parte de la Cuarta Flota vigila nuestras costas y encima les otorgamos graciosamente una base en Tierra del Fuego para que sirva a la OTAN en el cruce de los dos océanos y de cara a la Antártida.

Ya se aseguraron la vigilancia de uno de los mayores acuíferos, al hacerse cargo de la vía navegable del Paraná hasta Paraguay inclusive. Ante el declive del Imperio, estas movidas resultan manotazos de ahogados y es cuando resultan más peligrosos, pues somos su garantía como reservorio, pero no necesitan tantos hambreados, desorganizados y domesticados, para ese propósito.

De nosotros depende.

JORGE ARTACHO

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