Liberación - Órgano de Prensa
El Milei fascista que se vio en el Debate Presidencial
Pasaron los dos debates presidenciales previos a la elección del 22 de octubre.
En ellos, cada candidato expresó sus ideas, ante una audiencia importante en el primero de los debates, que mermó un poco en el segundo. Ello indica que hay un creciente interés en estas elecciones, en comparación con la baja participación que hubo en las PASO, aunque ya se sabe que hay muchas promesas que luego terminan frustrando las expectativas de las mayorías populares.
Los temas del primer debate fueron Economía, Educación y Derechos Humanos y Convivencia Democrática. En el segundo: Seguridad, Trabajo y Producción y Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente. Quedaron afuera temas importantes como Salud, Educación y Justicia.
El candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei intentó presentarse sereno, como para refutar las críticas que recibe por sus arranques de furia. Con un tonito condescendiente pretendió imprimir a su intervención un aire seudo académico, pero tuvo que recurrir a la lectura para explicitar sus propuestas, inseguro y con escasa solvencia.
En las dos oportunidades ratificó la línea fascista de su candidata a vice, Victoria Villarruel, defensora de genocidas y negacionista del terrorismo de Estado. Cuestionó la cifra de 30.000 desaparecidos e “inventó” otra que ni siquiera coincide con la CONADEP, la comisión que en 1984 investigó la represión ilegal de la dictadura. Se refirió al accionar de las fuerzas represivas en ese período, repitiendo los argumentos del almirante Massera en el primer Juicio a las Juntas, cuando alegó que fue “una guerra” en la que algunos militares habrían cometido “excesos”. Myriam Bregman lo puso en su lugar, con la autoridad que le da su participación como abogada en causas por delitos de lesa humanidad. No fue una guerra, hubo secuestros, desapariciones, torturas, apropiación de bebés y más de 500 centros clandestinos de detención.
En su afán por mentir acusó a la candidata del FITU por las supuestas “víctimas del comunismo” que ubicó en 150 millones. Esa mentira es tan alevosa que el total de muertos de la Segunda Guerra Mundial fue de 60 millones; el Ejército Rojo y la Unión Soviética sufrieron 27 millones de muertos, entre civiles y militares.
Que este personaje siniestro sea elegido por amplias capas juveniles y sectores populares, y pueda llegar a ser el próximo presidente, nos llama a desenmascarar sus propuestas fascistas y profundizar la lucha ideológica.
No solo niegan el terrorismo de Estado, sino hasta la historia de nuestra independencia. El candidato a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires de LLA, Ramiro Marra, cuestionó la historia que se enseña en las escuelas (“adoctrinamiento” le llama LLA y también Patricia Bullrich), porque ubica al colonialismo español como el “enemigo” de nuestros próceres. “Los españoles no eran los malos”, afirmó en un reportaje. ¿Contra quiénes lucharon entonces San Martín, Belgrano y los patriotas de nuestra Primera Independencia? Hasta la marcha de San Lorenzo se refiere así: “avanza el enemigo, a paso redoblado…”.
Milei miente, vocifera y repite la expresión del “curro” de los DDHH -como lo hizo Macri –, sin importarle las 307 sentencias dictadas por la Justicia en los juicios por crímenes de lesa humanidad, con 1159 genocidas condenados y 133 nietos recuperados.
Bullrich le hace competencia en el podio del más lamebotas, para ser el representante de la ultraderecha proyanqui y prosionista. Tampoco se queda atrás el oficialista Sergio Massa, quien propuso en el segundo debate, al día siguiente del ataque de Hamas contra el estado de Israel, incluir a esa organización de la resistencia palestina en la lista de “terroristas”, algo que ni Naciones Unidas hizo hasta el momento.
Con un supuesto triunfo de Milei, todos los avances de Argentina en Derechos Humanos serían pulverizados. Se sabe que Villarruel está preparando un indulto para los genocidas, lo que constituirá un enorme retroceso a la lucha de décadas de los organismos de DDHH y de todos quienes peleamos por Memoria, Verdad y Justicia.
IRINA SANTESTEBAN
En materia económica, su supuesta fortaleza, Milei pretende presentarse como el “cambio” y así lo ven lamentablemente muchos de quienes lo apoyan. Sus propuestas son un refrito de los planes que se aplicaron en la dictadura militar, de la mano de Martínez de Hoz, el representante de la oligarquía desde la época del virreinato del Río de La Plata. Un antepasado suyo figuró entre los ciudadanos de Buenos Aires que votaron en contra de la propuesta de los patriotas de Mayo de formar un gobierno que sería el primero en el camino hacia la independencia del colonialismo español.
El Martínez de Hoz del gobierno de Videla fue el responsable del desastre económico de la dictadura, con endeudamiento y destrucción de la industria nacional, el empleo y el salario.
Milei también admira a Domingo Cavallo, hombre que provino de la Fundación Mediterránea (igual que Carlos Melconian, el economista de Bullrich), que en la dictadura nacionalizó la deuda privada de los grandes empresarios (Macri entre ellos). El “mingo” fue el ministro de Economía de Carlos Menem, cuando aplicó la convertibilidad, y luego también lo fue en el último período del gobierno de la Alianza, en 2001, cuando ese sistema del 1 a 1 colapsó con la rebelión popular de diciembre de ese año.
Por ello, su propuesta no representa ningún cambio sino volver a las políticas neoliberales que sometieron el país a los dictados de los organismos financieros internacionales, liquidaron las empresas públicas y engrosaron los índices del desempleo y la pobreza. Ese es el “cambio” que propone el “gatito mimoso” del poder económico, como muy bien lo calificó Bregman.