Beatriz Perosio
El día de la mujer indígena
El 5 de septiembre es el Día Internacional de la Mujer Indígena. Esta celebración nació en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en la ciudad de Tiahuanacu (Bolivia).
Esta fecha recuerda la muerte de Bartolina Sisa, una de las mujeres luchadoras emblemáticas en las luchas anticoloniales en América Latina y declarada heroína nacional aymara. Fue, entre otras cosas, organizadora del Primer Cerco a los Españoles en La Paz, declarada virreina de los aymaras, consejera del movimiento katarista y comandante de un ejército mixto. Fue apresada y muerta por los españoles. Expuesta desnuda en la Plaza Mayor, atada a la cola de un caballo con una soga al cuello, le mutilaron los senos, la arrastraron por el lugar y finalmente la ahorcaron. Clavaron su cabeza y manos en picotas para exhibirlas.
Esta fecha intenta dar reconocimiento a todas las mujeres indígenas que han luchado y siguen luchando en todos los rincones de nuestra América. Destaca el rol de las mujeres en la organización social de sus comunidades. Es un día por la memoria de luchas y resistencias.
Durante este año se realizó en la provincia de Salta el Tercer Parlamento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir.
Dentro de todos los reclamos y demandas, tomaron mayor protagonismo las campañas #BastaDeTerricidio y #Bastadechineo. El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir define al terricidio como el asesinato de los ecosistemas tangibles, de los pueblos que los habitan. Según explican, el terricidio “es el exterminio sistemático de todas las formas de vida” y representa la “síntesis del genocidio, epistemicidio, ecocidio, feminicidio, transfeminicidio y travesticidio”. Existe una fuerte relación entre los pueblos indígenas y la tierra, sus territorios; relación asociada a su historia, sus ancestros, su cultura, su cosmovisión.
Por otro lado, y tal vez con más fuerza en estos últimos tiempos, la exigencia de que se termine de una vez el llamado “chineo”. Que es la violación sistemática de niñas y mujeres indígenas por parte de criollos, que se realiza de manera recurrente desde hace siglos encarnando la violencia colonial y patriarcal. Lamentablemente es muy común y se encuentra naturalizada en el norte de nuestro país.
Cada vez son más las mujeres indígenas que se levantan y pronuncian para recuperar sus territorios, sus derechos arrebatados, en contra de la discriminación, explotación, expulsión y la violencia que históricamente sufren desde todos los sectores de la sociedad y principalmente por parte del Estado que nunca ha dado una verdadera respuesta a la infinidad de problemas de los pueblos originarios, sometidos al hambre y a la muerte.
Las mujeres indígenas, históricamente oprimidas por su condición de mujer, de indígena y de pobre; siguen defendiéndose, luchando para vivir o sobrevivir en la mayoría de los casos. Apoyamos todas las iniciativas de nuestras compañeras y las acompañamos. El legado de Bartolina vive en aquellas mujeres indígenas que, hoy, siguen en lucha permanente por sus cuerpos, territorios y pueblos.
NANCY GÓMEZ