Editorial
EDITORIAL – Anular acuerdo con el FMI y suspender el pago de la deuda
Lamentable el discurso y los primeros anuncios de la nueva ministra de Economía (ver Notas Políticas y Sindical). Comenzó con el pie derecho, de derecha, al ratificar el acuerdo firmado en marzo por su antecesor Guzmán con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Esa es una sentencia a muerte para las condiciones de vida, de trabajo y los ingresos de la gran mayoría del pueblo.
Los únicos privilegiados son las minorías explotadoras, las empresas multinacionales y el capital financiero internacional, que fugaron 86.200 millones de dólares entre 2015 y 2019. Y ahora se aseguraron el pago de la deuda fraudulenta de 45.000 millones de dólares concedida por Christine Lagarde, con la venia de Donald Trump, al gobierno de Macri.
El gobierno de los Fernández prometió que investigaría esa estafa multimillonaria, pero al final hocicó y capituló, legalizándola e hipotecando el presente y el futuro de generaciones.
La crisis económica-social y política siguió agravándose, con sus causas fundamentales internas y también sometida a la influencia negativa de la crisis internacional que venía de antes, pero se acentuó luego de la guerra en Ucrania.
En ese marco histórico, hay que ser de madera para no darse cuenta que resulta urgente implementar medidas favorables al pueblo argentino. En cambio Economía y el gobierno del FdT continúan la línea de respetar los acuerdos con el Fondo y propiciar todos los negocios de los monopolios, exportadores y bancos para que exporten todo lo que puedan y que esas divisas se vayan por la cloaca del pago de la deuda.
Por eso es muy alentador que dirigentes sindicales y de movimientos sociales hayan cuestionado el rumbo de Batakis-Georgieva y anunciaran asambleas, movilizaciones y medidas de fuerza. Más vale tarde que nunca, en relación a la mayoría de los sindicalistas; muchos dirigentes de movimientos sociales no abandonaron las calles y los reclamos en estos dos años.
Hasta ahora, en cambio, sigue el cric cric de Cristina y La Cámpora respecto al plan de ajuste de Batakis, el mismo de Guzmán que ellos cuestionaron en el último tramo, antes de la caída.
Unos u otros, no es “con todos”
Esta crisis demanda soluciones urgentes para el pueblo. Por ejemplo, cuatro diputados del FdT ligados a Juan Grabois presentaron el proyecto de ley para un Salario Básico Universal de 14.000 pesos para 7,4 millones de personas. Podría y debería mejorarse, extendiendo los beneficiarios a 10 millones que percibieron el IFE y aumentando el monto a 50.000 pesos, la mitad de la línea de pobreza.
Pero aún así, con esos límites, es una buena iniciativa, digna de ser aprobada. Batakis se negó a discutirla ahora y la pateó para un futuro incierto. ¿La razón? Las metas fiscales del cogobierno con el FMI, de déficit fiscal primario del 2,5 por ciento este año no se lo permiten, y emitir dinero del Central superaría el máximo permitido, del 1. Entonces le bajó el pulgar al SBU. Eso tendrá respuesta de los movimientos de desocupados y humildes… Después no digan que no lo sabían… Sería bueno que estos funcionarios echaran una mirada a la situación en Sri Lanka, donde por la miseria generada por endeudamiento externo y aumentos de precios, etc, las multitudes asaltaron el Palacio presidencial, obligaron a la renuncia del presidente y ahora reclaman lo mismo del primer ministro.
¿Los de arriba se olvidaron del Argentinazo de 2001 y del presidente De la Rúa renunciando y huyendo en helicóptero? Un Memorex ahí y otro allá…
La derecha neoliberal, los economistas del establishment, el macrismo y Juntos por el Cambio, fascistas de Milei, etc, se oponen porque alegan que el SBU implicaría un gasto de 2 puntos del Producto Bruto Interno (PBI). Como éste es de 500.000 millones de dólares (en 2021 fue de 415.568 millones de euros), 2 puntos son 10.000 millones de dólares anuales.
Parece una cifra sideral, pero más sideral son los 13 millones de pobres e indigentes y el 54,3 por ciento de niños que viven en la pobreza, con muchos que pasan hambre en el país que se precia de su cosecha de 130 millones de toneladas de granos.
Repetimos, 10.000 millones de dólares son una fortuna, pero es la mitad de lo que a partir de 2024 se deberá pagar a los acreedores privados y al FMI, por la deuda refinanciada en 2020 y 2022. Serán entre intereses y capital 19.000 millones de dólares anuales. ¿Invertimos esa suma en el pueblo que sufre los ajustes de vieja data (Macri) y nueva (Fernández-Fernández-Massa)? ¿O se paga a BlackRock de Larry Fink y el Fondo de hegemonía yanqui?
Otra cuenta para demostrar que se pueden conseguir recursos y financiar el SBU. En 2020 se aprobó la ley de “Aporte voluntario” de los 10.000 poseedores de una fortuna superior a 200 millones de pesos. Y se recaudaron 223 millones de pesos. A un dólar oficial de 125 pesos eso sería hoy 1.800 millones de dólares. Si en vez de cobrar una alícuota del 2,5 por ciento fuera de 5, se podrían recaudar 3.600 millones, más de un tercio de lo que costaría la iniciativa de Grabois y otros movimientos.
Es perfectamente posible, sólo falta voluntad y decisión política. En vez de dialogar con el pueblo trabajador y apoyar iniciativas como esa, el gobierno está priorizando la misma hoja de ruta de Guzmán-FMI. Privilegia el diálogo con “los mercados”, léase las grandes empresas y monopolios. Da grima verlos a Scioli y Batakis implorando a las grandes cadenas de supermercados que no aumenten Precios Cuidados más del 3,5 por ciento, cuando esos inflacionistas remarcaron 20 y hasta 30 por ciento en una semana.
La línea del Fondo está bien clara. Lo dijo Georgieva: “las acciones dolorosas a veces son necesarias para cosechar sus beneficios”. Y la línea del gobierno es cumplir la letra y el contenido de lo acordado con el Fondo. Parece que los graves sucesos de Argentina en 2001 y Sri Lanka en estos días no hubieran existido.
El presidente Fernández charló con Evo Morales, de visita en el país. El ex presidente boliviano concedió entrevistas, que deberían servir a la militancia argentina. Formó una Empresa Estatal de Alimentos para impedir la inflación. El estado es esencial para la explotación del litio y aconsejó que con los estados de Chile y Argentina podrían hacerlo mejor. Contó cómo enfrentaron a la derecha golpista con las movilizaciones del pueblo en las calles.
A Fernández todo eso le entró por una oreja y le salió por la otra. A nosotros nos sirven de referencia, sin copiar, esos y otros aspectos de un gobierno popular como el del MAS-IP en Bolivia. Acá incluso CFK está buscando un “acuerdo nacional” sobre “grandes temas”. Falso. El gran tema es no pagar la deuda y romper con el FMI.