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NO PAGAR LA ESTAFA DE LA DEUDA EXTERNA AL FMI

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1.- ¿Qué es el FMI?

            El Fondo Monetario Internacional es una entidad dominada por el imperialismo norteamericano. Se fundó en 1944 en Bretton Woods, junto con su hermano gemelo, el Banco Mundial. Ambos son instrumentos del capital internacional internacional. Dan créditos y cobran fuertes intereses en dólares, imponiendo condiciones de ajuste y pobreza a los países que toman créditos.

2.- Argentina y el FMI.

            Argentina se incorporó al FMI en 1956 durante la “Revolución Fusiladora”, tras el derrocamiento del peronismo. Desde entonces hasta hoy Argentina ha firmado 22 acuerdos con ese organismo, entre los “stand-by” y los de “facilidades extendidas”, todos lesivos para el pueblo y la soberanía. Ninguno sirvió para nada bueno. Todos los acuerdos incluyen “condicionalidades” impuestas desde Washington en salarios, jubilaciones, partidas en salud y educación, privatizaciones de empresas y servicios, nivel de reservas, etc. Hay que pagarles el capital e intereses, con sangría de dólares y mayor endeudamiento.

            Nuestro país tiene una triste historia con el FMI. Con la dictadura militar-cívica; con las privatizaciones de Menem – Cavallo; con De la Rúa – Cavallo, cuando el megacanje y el blindaje llevaron a la explosión social de 2001. Siguió con Macri y el crédito que sirvió para la fuga de dólares, devaluación y gran inflación. Y ahora será peor con el acuerdo firmado en marzo por Alberto Fernández, más el ajuste de 2021.

3.- El crédito de Macri-Lagarde-Trump.

            En 2018 el gobierno neoliberal de Macri contrajo un crédito por 57.000 millones de dólares para conseguir su reelección en 2019 y financiar negocios de los grupos concentrados allegados. Se desembolsaron 45.000 millones, que no fueron para construir ninguna escuela, hospital, planes de viviendas ni otra obra pública. Se usaron para darles dólares a las multinacionales y bancos que querían salir del mercado argentino. Y para la fuga de capitales, que entre 2015-2019 fue de 86.200 millones de dólares según el informe del Banco Central de mayo de 2020.

            Así aumentó la deuda externa, que a diciembre de 2021 ascendía a 266.740 millones de dólares, entre el FMI, BlackRock y los fondos privados, el Club de París, el Banco Mundial, etc. Es una hipoteca para varias generaciones de argentinos y argentinas.

4.- Las estafas no se pagan.

            Aquel crédito se dio por pedido directo de Donald Trump, de quien Macri era amigo y socio menor en negocios empresarios y en política dentro del G-20 y el Grupo de Lima en la OEA. Por eso Christine Lagarde, directora gerente del FMI, lo concedió en tiempo récord.

            En ese apuro, el crédito omitió pasos administrativos y legales que debían cumplirse en el ministerio de Finanzas, el Banco Central y el Congreso. Esas gravísimas irregularidades motivaron denuncias judiciales contra la legitimidad del crédito. Es una deuda ilegítima e ilegal.

            Pero además, como cuestión de fondo, es una deuda fraudulenta y odiosa porque los que dieron el crédito (FMI) y los que lo pidieron (Cambiemos-Juntos por el Cambio) sabían que no era para mejorar la vida del pueblo sino para fugar capitales y hacer negocios de selectos empresarios del país y el extranjero.

            También sabían que el préstamo no se iba a poder pagar, porque los 14.000 millones de dólares de pago anuales estaban fuera de toda posibilidad. Ante los incumplimientos, la falta de reservas en el Central y las devaluaciones, el FMI interrumpió los desembolsos. En vez de los 57.000 millones de dólares originales, quedó la deuda por 45.000 millones, una monstruosidad.

5.- La traición del gobierno actual.

            Durante la campaña de 2019 el Frente de Todos de Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa fue híper crítico del acuerdo Macri-FMI. Cuestionó la forma irregular como fue negociado y las pésimas consecuencias en la economía argentina. Más aún, prometió investigar ese crédito ilegal, lo que fue ratificado en los discursos presidenciales del 1 de marzo de 2020 y 2021. AF pidió a la Oficina Anticorrupción que investigara y denunciara esos delitos, cosa que se hizo, pero sólo enfocada en los funcionarios macristas, salvando a Lagarde, David Lipton y el FMI.

            Luego ese gobierno dio una voltereta total y pasó a negociar con el Fondo. En marzo de 2022 Alberto Fernández y Martín Guzmán convalidaron la estafa macrista, pidiendo un nuevo crédito de 45.000 millones de dólares para pagarla. Desde esa fecha y hasta fines de 2024 Argentina pagará los intereses de esa deuda fraudulenta, más sobretasas por demoras. Y desde allí hasta 2030 sumará también el pago del capital adeudado. Esos pagos de capital e intereses serán unos 8.000 millones de dólares anuales que, sumados a los 7.000 millones para BlackRock y otros fondos privados, totalizarán unos 15.000 millones o más cada año.

            El gobierno del Frente de Todos legalizó la estafa de 2018, y se comprometió a pagar fortunas a los estafadores del FMI, en un cronograma de pagos que nunca interrumpió.

6.- Más ajuste, recesión e inflación.

            El acuerdo impone al gobierno disminuir el déficit fiscal primario (antes de pagar deudas), a 2,5% del Producto Bruto Interno en 2022; a 1,9% en 2023; 0,9% en 2024 y 0% 2025.  Esto obliga a bajar el gasto público, recortando salarios, jubilaciones, obra pública, planes sociales, partidas de Educación y Salud. Cada uno de estos rubros irá por debajo de la inflación, para cumplir con el FMI. Los retrasos salariales y jubilatorios tendrán ese origen.

            Bajar el gasto público también exige menos emisión monetaria, que fue necesaria para pagar los IFE y ATP en la pandemia. Hoy se necesita pagar mucho más que dos bonos limitados a 13,6 millones de personas, cuando la pobreza e indigencia abarca a 14,4 millones y cuando cada uno de esos 2 bonos será por 9.000 pesos mientras el límite de la pobreza se ubica en 95.000 pesos.

            Reducir el déficit fiscal primario a 2,5% este año, obligó a recortar subsidios al gas y la luz: aumentarán esas tarifas como mínimo un 42,7%. Y subirán más acorde a una inflación que está desbocada. En abril, tomando los últimos 12 meses, fue del 58 por ciento, el peor registro en 30 años.

            También habrá recesión, porque el FMI exige un aumento de las tasas de interés, que tienen que ser “positivas”, superiores a la inflación. Eso determinará menos consumo y producción, más ganancias para los bancos y más deuda estatal vía pago de Leliq en poder de éstos.

            Habrá también más inflación, sobre todo por las malas políticas del gobierno. Este entiende, en línea con el establishment, que -con el programa fiscal, monetario y cambiario acordado con el Fondo -, los precios se estabilizarán. Falso. Sin negar esos factores, la clave de la inflación son las maniobras de 200 monopolios formadores de precios, en especial los 8 grandes del consumo masivo: Molinos, Arcor, La Serenísima, Unilever, Nestlé, Danone, Mondelez y Aceitera General Deheza.

            Esa inflación también se agudizará por culpa del Fondo, que impuso sistemáticas minidevaluaciones del dólar, lo que impacta en precios.

7.- El cogobierno y pérdida de soberanía.

            Además de esos tres puntos (ajuste, recesión e inflación), hay un cuarto  sumamente grave: más deuda externa y cogobierno con una entidad extranjera.

            Más deuda externa porque se sumaron 45.000 millones de dólares de esta refinanciación para “honrar” la estafa macrista. Esto se traduce en innumerables sacrificios para la población actual y futuras generaciones.

            Y hay cogobierno, por las supervisiones semestrales, trimestrales, mensuales y semanales del FMI, que tomará examen a las autoridades argentinas sobre el cumplimiento de las pautas fijadas. Y en caso de no lograrlas, dispondrá castigos, perdones, recargos y nuevos compromisos.

            Para pagar la estafa el gobierno subsidia a monopolios y exportadores, con la idea de juntar más dólares. Eso refuerza el modelo agroexportador, minero, extractivista y automotriz, en detrimento de un proyecto de desarrollo nacional independiente.

            Ese cogobierno es una vergüenza. Es como no tener moneda propia o carecer de bandera nacional. Es como convalidar la ocupación de Malvinas por el Reino Unido.

            Eso es indignante para el 90 por ciento o más del pueblo argentino, descontando la minoría cipaya que usa DNI pero piensa y actúa como vasallo del FMI.

8.- Llamado a un Frente Antiimperialista.

            El PL llama a redoblar la resistencia contra el acuerdo con el FMI en las calles, con paros, asambleas, piquetes y convocatorias, en especial las del espacio Autoconvocatoria por la Auditoría y Suspensión del Pago de la Deuda.

            Y en el plano político llama a formar un Frente Antiimperialista, con la base social de trabajadores y amplios sectores populares, clases medias y Pymes, y con participación de partidos políticos, movimientos sindicales, sociales, DDHH, etc. Un acuerdo de la izquierda antiimperialista y marxista-leninista, el peronismo combativo, sectores críticos del FDT, cristianos por la liberación, antiimperialistas, socialistas, independientes, etc.

            Esta herramienta política es imprescindible para luchar por una solución popular a la crisis, que no vendrá de esperar las elecciones dentro de 17 meses.

Comité Central del Partido de la Liberación (PL) de Argentina. 17/05/2022

www.partidodelaliberacion.com.ar

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