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SINDICAL
A ganar las calles contra el “plan motosierra”
Terminaron las elecciones, y los problemas del pueblo trabajador siguen en escalada ascendente. Se estima que la inflación, que había apenas bajado unos puntos en octubre (8,3 por ciento), será muy alta en noviembre y los aumentos de los precios de los productos que más consumen las familias ya son escandalosos. Y esto es responsabilidad del gobierno que se va el 10 de diciembre, muy lejos quedó esa promesa de Massa cuando asumió como ministro de Economía en agosto de 2022, de bajar la inflación a 3 puntos en abril de este año. Hoy la interanual es del 140 por ciento y será más alta a fin de año.
El valor de la Canasta Básica Total, que marca el límite de la pobreza, ascendió (según estadística de octubre) a 345.000 pesos. Con estos números, el porcentaje de la población sumida en la pobreza se ubica en el 42 por ciento, cifra que afecta con mayor incidencia a las infancias (56 por ciento). Esta situación es inadmisible para un país productor y exportador de alimentos, y desde el PL y las Agrupaciones de Base Clasistas (ABC) afirmamos que todo va a empeorar con el gobierno de La Libertad Avanza. Milei lo dijo desde un principio: que no le iba a costar ningún esfuerzo el ajuste porque él pensaba hacer uno más duro que el del FMI.
La campaña electoral quedó atrás y ahora, como en el cuento de la Cenicienta, se acabaron las edulcoradas promesas de los candidatos, para dejar al descubierto la realidad que afecta al pueblo trabajador. No hay lugar para la depresión ni los bajones, hay que continuar la pelea por el salario, jubilaciones y planes sociales; por la defensa de la salud y educación públicas con mayor presupuesto, contra el plan motosierra; rechazo a la privatización de YPF, la ANSeS y los medios públicos; entre otras medidas que ya se sabe tomará Milei con el aval de su contundente triunfo en el balotaje. Si se cortan los subsidios a los servicios públicos como el agua, energía y transporte, las tarifas se irán a las nubes y eso será un nuevo ataque a los sectores populares. Ni qué hablar de la crisis de vivienda, con alquileres por las nubes y cero inversión en planes de vivienda accesibles.
La reforma laboral que Milei anunció en su campaña impactará en los convenios colectivos con quita de derechos y mayor precarización laboral. Luis Barrionuevo y Gerardo Martínez ya habían conversado con él antes de las elecciones generales. Aunque Barrionuevo luego se abrió, luego del triunfo de Milei es esperable una vuelta más del panqueque.
Una gran parte de los votantes de Milei serán perjudicados por sus políticas, que ratificó en sus discursos del domingo. “No habrá gradualismo” aseguró, siguiendo el guión de su aliado Mauricio Macri, que siempre se quejó de haber sido “demasiado gradualista” durante su nefasto gobierno.
El triunfo del libertario y fascista Milei se explica por la estrepitosa derrota del gobierno del Frente de Todxs. De nada sirvieron las promesas de Massa de que iba a ser “el presidente de los trabajadores”: muchos compatriotas evaluaron su desastroso desempeño en la cartera de Economía, con inflación, devaluación, ajuste y aumento de la pobreza e indigencia.
Por ello, la tarea hoy es seguir y profundizar la lucha por aquellos reclamos y contra el pago de la deuda externa, por el rechazo a la dolarización que significará una pérdida enorme del poder adquisitivo de los ingresos populares, y contra el modelo de sociedad que propone el libertario, donde la “libertad” de los explotados es la de morirse de hambre si están desconformes con las condiciones de trabajo.
No será fácil, Milei ya anunció “mano dura” contra los “violentos”, que en sus palabras serían todos quienes saldremos a las calles a manifestar nuestros reclamos y oposición a sus políticas antipopulares. Por ello, más que nunca será necesaria la unidad de las fuerzas populares y antiimperialistas para encarar la resistencia a la represión que se viene.
Y en esa unidad la clase trabajadora debe cumple un papel fundamental, junto a las organizaciones sociales y piqueteras, estas últimas luego de haber sido la vanguardia de las movilizaciones contra el ajuste, en los últimos años.
La principal traba que tiene hoy la lucha obrera es la burocracia sindical de la CGT, que junto con la CTA de Yasky apoyaron incondicionalmente a Massa. Indiferentes a las penurias de nuestro pueblo, esa dirigencia no hizo ni una sola movilización y mucho menos un paro, para exigir tan siquiera un cambio de rumbo en la desastrosa gestión del gobierno hoy derrotado. Ese vergonzoso apoyo desde el inicio a Massa, fue la razón del rechazo de grandes sectores de trabajadores, por borrarse de cualquier reclamo de contenido popular, aún en medio de la inflación más alta en más de 30 años.
Las ABC y el PL votamos a Massa tapándonos la nariz para que no ganen los fascistas, a sabiendas que al día siguiente de la elección el camino de la lucha seguiría siendo el único válido.
Por ello y ante el peor de los escenarios, reafirmamos la propuesta de unidad de la clase trabajadora, pasando por encima de los burócratas, convocando a sindicatos y agrupaciones combativas, junto a movimientos sociales, la Unidad Piquetera, agrupaciones de inquilinos, asambleas territoriales y ambientales, feminismos, etc. para confluir en un gran movimiento contra el Ajuste y el No Pago de la Deuda Externa.
Y proponemos como puntos de un programa común, al servicio de esa unidad antifascista: aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales; rechazo a las privatizaciones que ya anuncia Milei; tierras para vivienda y emprendimientos productivos; nacionalización de las empresas de servicios públicos (agua, energía, transporte) con tarifas sociales; nacionalización de la banca para poner el crédito al servicio de la producción y las Pymes, contra la especulación y la timba financiera; contra la criminalización de la protesta social y el desprocesamiento de todos los luchadores imputados.