Internacionales
Se viene el 59° aniversario de la revolución cubana
El 1 de enero la revolución cubana cumplirá jóvenes 59 años. En enero de 1959 se logró la derrota del dictador Fulgencio Batista, en la etapa nacional democrática, que luego avanzó con la reforma agraria y nacionalizaciones de la industria y bancos. Eso llevó a la invasión mercenaria de Playa Girón, en abril de 1961, y el comienzo de la fase socialista, proclamado por Fidel Castro y el pueblo en armas.
Un motivo de tristeza en este aniversario es que será el segundo sin la presencia física del comandante en jefe, cuyos restos descansan en el cementerio de San Ifigenia, en Santiago de Cuba.
A ese dolor se suma una circunstancia diferente, pero que merece atención, y es que en febrero de 2018 la Asamblea Nacional del Poder Popular deberá elegir un nuevo presidente. Raúl Castro, en ejercicio desde hace diez años, propuso una ley por la cual no se admiten más de dos mandatos, que vencen en esa fecha.
Cuando hay recambios de esa importancia se generan circunstancias complejas. Es que la dirección histórica de la revolución cede su lugar a los “pinos nuevos”, diría Raúl Castro. El PL tiene plena confianza en que el partido, el gobierno, las organizaciones de masas y el pueblo van a superar los nuevos desafíos que se planteen a partir del aniversario 59 de la revolución.
Lo nuestro no es un optimismo a lo Pangloss sino basado en la realidad de esa revolución. Por ejemplo, el 26 de noviembre hubo elecciones para los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular. Esos candidatos fueron seleccionados en sus barrios de origen e instituciones por sus vecinos y compañeros, en un proceso democrático muy participativo desde abajo hacia arriba. Luego vendrá la segunda etapa, de elección de los delegados provinciales y nacionales a las respectivas Asambleas del Poder Popular. La nacional elegirá al presidente, vicepresidentes y miembros del Consejo de Estado y de ministros.
Muy vilipendiada por el imperialismo y demás apologistas de la democracia burguesa, el sistema cubano es creativo y bien democrático. Los legisladores no cobran sueldo especial, sino que siguen con el que perciben en sus oficios. También son revocables, una posibilidad que los regímenes demo-capitalistas niegan a los electores, con lo que se perpetran viles traiciones sin dejar las bancas.
Otra ventaja notable del socialismo cubano es su baratura, porque las campañas no son en base a marketing, sumas millonarias y gastos en publicidad. En Cuba los candidatos son conocidos por los votantes y la comisión electoral pega en lugares públicos una hoja con la foto y la currícula del candidato. Es todo el gasto…
Entre los detractores de la democracia cubana no sólo están los yanquis y macristas. También los troscos del PTS, en notas de laizquierdadiario.com firmadas por Eduardo Molina (“El sistema electoral cubano, nada que ver con una democracia obrera y socialista”).
LOGROS DE LA ISLA
El 1 de noviembre Cuba logró una aplastante victoria sobre el bloqueo yanqui, en la Asamblea General de la ONU, porque 191 países votaron por la Patria de José Martí y sólo dos en contra (Washington y Tel Aviv).
A precios corrientes el daño directo del bloqueo fue hasta ahora de 130.178 millones de dólares. Y a pesar de ello resaltan los logros en educación, salud, cultura, biotecnología, deportes, etc, además de sus aportes solidarios a países del mundo.
Un pequeño ejemplo de ese avance es que cumplió 15 años la Universidad de Ciencias Informáticas, que ha formado más de 14.000 profesionales y tiene convenios de colaboración con universidades y empresas. En su inicio tenía la carrera de Informática pero ahora sumó a Ingeniería en Bioinformática. Ambas ramas tienen el 70 por ciento de sus responsables menores de 35 años. Entre las universidades hispanoamericanas es la tercera en el ranking de las más comprometidas con el software libre y ha elaborado el sistema operativo Nova, además de impulsar un estudio piloto para formar profesionales en redes y seguridad informática.
La creación de la UCI fue una iniciativa de Fidel, lo mismo que en 1999 la ELAM donde se graduaron más de 600 médicos argentinos. Allí se patentiza la solidaridad y el internacionalismo cubano.
El 9 de diciembre Raúl Castro fue a la Asamblea de la Organización de Estados del Caribe Oriental, en Antigua y Barbuda. Y el 14 del mismo mes sesionará en La Habana el XVI Consejo Político del Alba-TCP, la unión de países fundada en 2004 por Fidel y Hugo Chávez.
Además de esos vínculos hermanos, la isla también quiere mantener relaciones correctas con EE UU, partiendo de los acuerdos entre Raúl y Obama en diciembre de 2014. Las cosas vienen mal por culpa de Donald Trump. Ahora hizo denuncias infundadas fue que Cuba había provocado “daños sónicos” a funcionarios de la embajada yanqui en El Malecón.
La investigación y la ciencia dicen que esa es una patraña. La política también. La isla sigue interesada en mejorar esa relación bilateral, como se vio el 11 de diciembre en las conversaciones migratorias sostenidas en Washington. La representante cubana, Josefina Vidal, expresó “su más profunda preocupación por las consecuencias negativas que tienen en las relaciones migratorias entre ambos países las decisiones unilaterales, infundadas y políticamente motivadas adoptadas por EE UU en septiembre y octubre de 2017”, cuando se expulsó a 15 diplomáticos cubanos de Washington.
Este 1 de enero, Salud y Revolución, querida Cuba socialista.
SERGIO ORTIZ