Se profundiza la lucha de los docentes universitarios

Así como la concentración unitaria del 29 de abril constituyó un punto de inflexión en la posición de muchos trabajadores, la marcha Nacional por la Educación y la Universidad Pública del 12 de mayo es un hito en la lucha del sector contra las políticas del gobierno de Macri.

Por primera vez desde 2005, la totalidad de las representaciones sindicales de la docencia universitaria convocarán a una manifestación conjunta. CONADU, CONADU Histórica, FEDUN, FAGDUT, UDA y CTERA depusieron por un momento sus diferencias y organizaron esta jornada de lucha junto a varias federaciones de estudiantes, como las de la UBA, La Plata, Patagonia y Nordeste entre otras.

Para llegar a esta situación confluyeron la falta de una propuesta salarial aceptable para los docentes, con el rápido deterioro presupuestario que compromete el funcionamiento de muchas universidades públicas.

Hasta el momento se realizaron 6 reuniones de la Mesa de Negociación Salarial que cumple la función de paritaria para la docencia universitaria. El último ofrecimiento del gobierno consistió en un aumento de 15% a cobrar recién en junio, un 5% a percibir en noviembre y un 11% que los docentes recibirán recién en enero de 2017.

La última vez que los profesores vieron un aumento en sus salarios fue en noviembre de 2015; desde entonces, asumiendo un alza de precios del 5% en abril y tomando las mediciones de la Ciudad de Buenos Aires, el índice de precios habrá acumulado alrededor de un 24%. La oferta del gobierno implica un primer incremento luego de 7 meses de congelamiento, justo en el período de más alta inflación en décadas.

En lo que va del año, CONADU Histórica convocó a 21 jornadas de paro; CONADU, en tanto, totaliza 5 días, más varias jornadas de protesta.

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Mientras la paritaria está estancada y el Ministro de Educación recibe críticas hasta en el diario “La Nación” por su ineficacia, empezó a cobrar relevancia el deterioro del presupuesto frente a los aumentos de precios y tarifas.

A comienzos de año varias Universidades denunciaron que habían recibido menos plata de la que correspondía para el pago de salarios; ante la protesta sindical, la Secretaría de Políticas Universitarias se limitó a contestar que se trataba de un cálculo provisorio.

Sin embargo, las quejas de los rectores por las demoras en el envío de partidas empezaron a sonar cada vez más.

En el último mes, tarifazo mediante, quedó en claro que con el presupuesto devaluado muchas universidades no estarían en condiciones ni siquiera de hacer frente el pago de los servicios. Como ejemplo, la Universidad Nacional de Quilmes recibió una factura de electricidad un 450% mayor, en tanto que la Universidad de La Rioja tuvo que cerrar el turno nocturno. Las autoridades de la Universidad de La Matanza manifestaron sus quejas por haber recibido boletas de electricidad 600% más caras.

La baja de convenios entre las universidades y organismos del Estado, dispuesto por el decreto 336/16 de Macri, comprometió a diversas actividades universitarias e incluso amenaza la continuidad de carreras.

Macri anunció un refuerzo presupuestario de 500 millones de pesos; eso representa un aumento de sólo el 1% del presupuesto total. Varios rectores, entre ellos los de Misiones, Comahue y Entre Ríos, dudaron de que se trate de un verdadero incremento, el que de todos modos sería harto insuficiente.

Las medidas de fuerza vienen cobrando cada vez más impulso; en la UBA, donde los paros rara vez tuvieron impacto, hoy se ven cientos de clases públicas, incluso con cierta independencia de los gremios convocantes.

Si el gobierno no cambia su política para con las Universidades públicas, el escenario será de un conflicto en aumento, con protagonismo creciente de los trabajadores del sector, con una coordinación inédita de gremios y federaciones.

JORGE RAMÍREZ

Secretario General de ADIUNSa