Beatriz Perosio
¿Qué me pareció a Serie “Santa Evita”?
La serie “Santa Evita” en Start+ y basada en la novela homónima de Tomás Eloy Martínez es digna de verse, porque es una ficción en la que está muy presente la persecución, incluso hasta más allá de la muerte, por los militares de la Fusiladora contra una figura tan querida por el pueblo, como lo fue Eva Perón. Las clases dominantes que dieron el golpe de Estado el 16 de setiembre de 1955, derrocando al entonces presidente Juan Domingo Perón, no podían tolerar ni siquiera el cuerpo embalsamado de Evita, tan amada por las masas peronistas, y por ello debían proceder a su desaparición. El sector más fascista del gobierno militar, que luego tomaría las riendas del gobierno destituyendo al general Lonardi, promovían su destrucción, pero el entonces presidente de facto, general Eugenio Aramburu, se opuso y ordenó que el cuerpo sea sacado de la CGT, llevado y enterrado en Italia con otro nombre.
El método de la desaparición de los cuerpos, se concretaría dos décadas más tarde, cuando la dictadura militar videlista utilizó ese mecanismo perverso de aniquilamiento de una generación revolucionaria. A diferencia del cadáver de Evita, que fue devuelto a Perón, sí lograron desaparecer los cuerpos de 30.000 compañeros y compañeras, aunque no sus ideas y su legado. Incluso muchos de los restos han sido encontrados e identificados, en una tarea de reconstrucción histórica que forma parte de la Memoria Popular.
En cuanto a la serie, rescato los primeros capítulos, bastante buenos, no así los últimos, que me parecieron más telenovelescos. Destaco la gran actuación de Ernesto Alterio, en el papel del coronel Carlos Eugenio Moori Koenig, entonces jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE). Bueno también el desempeño de Natalia Oreiro y flojo el papel del general Perón, que personifica Darío Grandinetti.
Como en la mayoría de las series y películas que refieren hechos históricos, se mezclan hechos reales con la ficción. Es verdad que fue el médico español Pedro Ara quien realizó un gran trabajo en la preservación del cuerpo de Eva Perón, pero no fue cierto que hiciera otras tres réplicas, para inducir a confusión ante un eventual intento de robo de los restos. Tampoco es cierto que Moori Koenig se llevara el cuerpo y lo enterrara en Alemania, esa tarea estuvo a cargo del entonces jefe de Granaderos Lanusse, quien se encargó, como le ordenara Aramburu, que fuera enterrado con nombre falso en un cementerio de Milán, Italia, hasta su devolución a Perón en 1971, por parte de Lanusse, quien en ese momento era presidente de facto.
La serie es recomendable, se deja ver, pero más importante es que se lea y estudie sobre nuestra historia, en este caso los primeros gobiernos peronistas, con sus luces y sombras, en los que hubo grandes logros para las masas populares, como el reconocimiento de los derechos laborales, el voto femenino, el protagonismo de la clase obrera enrolada en sindicatos y la CGT, etc. Pero también hubo persecución a opositores, a activistas gremiales de izquierda, y a pesar de los encendidos discursos de Eva, no hubo un rompimiento con el imperialismo. Es que, como lo pregona la propia doctrina peronista, es un movimiento que propugna la conciliación y no la lucha de clases.
Sin gorilismo, pero sin seguidismo, conocer el peronismo y la historia argentina, deben ser parte de nuestra formación política, que obviamente no será a través de series de ficción, aunque sean dignas de verse.
IRINA SANTESTEBAN