Liberación - Órgano de Prensa
PRECIOS JUSTOS SON PRECIOS INJUSTOS
Y los monopolios siguen ganando fortunas
Los diversos intentos del gobierno nacional por parar la escalada de precios en los bienes de consumo masivo vienen fracasando. Los alimentos en general, no paran de aumentar, por más programas que acuerden con los supermercadistas y demás cadenas de distribución.
Intentaron con la ley de góndolas, para que hubiese más ofertas de productos, solo algunos lo respetaron a medias y por algún tiempo. Después fue cortando las exportaciones de algunos cortes de carne, pero en definitiva todos los intentos con el tiempo terminan cayendo, en parte porque los controles del Estado no son constantes ni punitivos.
Lo insólito de este último programa de “Precios Justos” es que el gobierno acordó con casi la totalidad de los referentes de las cadenas de distribución, pero resultó que las grandes alimenticias, comenzaron a producir faltantes en el abastecimiento. Ahí se produjo el ofrecimiento del gremio de camioneros como contralor de dicho abastecimiento.
Esto generó el rechazo de la oposición que emblocada con las corporaciones productoras de alimentos, no admitieron ningún control. Saben que el gobierno es débil a la hora de apretar a estos sectores que se creen con total impunidad y cuentan con un poder judicial totalmente cómplice.
Las derechas están envalentonadas en todo el mundo y en especial en la región, donde vimos como golpearon a Lula apenas asumido y lo mismo hicieron los sojeros antes de que asumieran en 2019 Alberto y Cristina, como una advertencia. ¿Se creía acaso Alberto que impondría al poder real una política de precios populares? Equivocado.
Estos sectores jamás le van a permitir bajar la inflación y menos con los precios de la canasta familiar, algo justamente tan sensible y aún menos en año electoral. Pero veamos la otra cara de la moneda. El gobierno por su lado sigue ajustando tarifas energéticas y de transporte, pero además lo hace con los combustibles, que esa es la variable de ajuste para todo lo demás. Al día siguiente que el INDEC cantara 6 por ciento de inflación en enero, Shell aumentó 4 por ciento sus naftas. Y detrás, las demás.
O sea, enseñá con el ejemplo, si fijás precios y tarifas, comencemos por casa y no aceptando las recetas ya archi conocidas del FMI. La desestabilización siempre está a la vuelta de la esquina, como está sucediendo en Perú, pero para lograr apoyo popular, el bolsillo de la gente y la comida, deben ser los garantes del respaldo.
Estuvo bien estatizar IMPSA, pero malísima la marcha atrás con Vicentín, hoy podría ser la referente en manos del Estado, para regular los precios y las exportaciones en muchos productos estratégicos, además de ser un perfecto controlador tanto de almacenaje como punto de referencia, para recuperar la soberanía en las vías fluviales y puertos del Paraná.
Los anuncios del ministro Massa, son siempre cortoplacistas y encima ya preanuncian el piso inflacionario, al permitir que los aumentos dentro de un mes, no superen el tres por ciento. Y vaya si lo superan. La población necesita la certeza de que su salario se recupere en corto plazo y no las ganancias de los empresarios.
En el Partido de la Liberación (PL) tenemos bien en claro que el blanco de la Revolución, tienen que ser los monopolios, desde esa “máxima” que nos dejaran nuestros dirigentes, el transcurrir del tiempo da más certeza de la misma. La concentración y las ganancias extraordinarias siguen acumulándose en las diez principales formadoras de precios en alimentos como Arcor, Aceitera Gral Deheza, Nestlé, La Serenísima, Molinos Rio de la Plata, Bunge, Mondelez, Coca Cola, Ledesma, etc.
JORGE ARTACHO