Declaraciones
Netanyahu y Trump, dos genocidas marca mayor
Por los acuerdos de Naciones Unidas del año 1947, el 14 de mayo del año siguiente se fundó el Estado de Israel. El problema es que lo hizo en una mitad del territorio amputado a Palestina. Y no fue una apropiación pacífica, sino que tuvo una previa masacre cometida por tropas sionistas contra pueblos y aldeas palestinas, entre ellas la más conocida, la de Deir Yassim, para forzar la salida de los verdaderos dueños de esa tierra.
Unos 700.000 palestinos tuvieron que salir, como refugiados, hacia el territorio que se les asignó y hacia países vecinos. Por eso el 15 de mayo de cada año, conmemoran el día de la Nakba o Catástrofe. Se han cumplido 70 años y los hechos muestran las dos caras opuestas de la moneda.
De un lado, el régimen sionista de Netanyahu, que el 14 de mayo realizó un acto propio y en sociedad con el gobierno del también neonazi Trump, inaugurando la embajada yanqui en Jerusalén. El magnate lo había anunciado hace meses: trasladaría su embajada desde Tel Aviv a la Ciudad Santa, cosa que no hacen los 86 países que mantienen relaciones con Israel por una razón muy simple: Jerusalén fue ocupada por Israel mediante guerras y llevar las embajadas allí será convalidar ese despojo. Por eso el mundo en general mantiene sus embajadas en Tel Aviv. No en una ciudad anexada, hasta que medie un acuerdo de las dos partes.
EE UU durante años fingió ser un mediador, pero se desnudó como aliado directo del sionismo ocupante de una ciudad santa para tres religiones y no sólo para los judíos.
Esa inauguración de embajada de USA fue el colmo de la provocación contra los palestinos. Éstos habían comenzado movilizaciones por la Nakba, desde el viernes 30 de marzo en el Día de la Tierra, hasta el 15 de mayo. Ese primer día fueron tiroteados por soldados israelitas, que les impusieron 12 muertos. Y cada viernes de movilización hubo tiros contra gente desarmada que manifestaba en su territorio, Gaza, engrosando la lista de muertos y heridos. El 14 de mayo, el día de inauguración, mataron a 55 palestinos, incluso un niño de 12 años, y centenares de heridos. Ya van 109 muertos desde marzo.
“Fue un gran día” dijo el hitleriano Trump en Twitter. “Trump make Israel great again” (Trump hace que Israel vuelva a ser grande) y “Trump is a friend of Zion” (Trump, amigo de Sion), decían los carteles de Netanyahu.
En la ONU, sobre 193 países miembros hubo 128 que votaron en contra de la represión israelí y la proocación de Trump. El gobierno de Macri debe estar entre los pocos amigos de ambos genocidas.
Eso realza la necesidad de que en Argentina las fuerzas políticas populares y democráticas, antiimperialistas, redoblemos la solidaridad con la causa palestina. Trump, Netanyahu y Macri son nuestros enemigos. Los palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental, y los refugiados palestinos de todo el mundo, son nuestros amigos. Su causa es la nuestra. Ellos tienen derecho no sólo a que pare la masacre, sino que también puedan volver a sus hogares y tengan su propio estado con capital en Jerusalén oriental.
Secretariado Nacional del Partido de la Liberación (PL)
14 de mayo de 2018.