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Beatriz Perosio

Negocios del litio en Argentina con Morales y otros gobernadores

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            En la actualidad el litio se ha convertido en un recurso natural estratégico para el desarrollo del cambio en la matriz energética. De acuerdo con los datos disponibles a 2022, Argentina es el segundo país del mundo con mayores reservas de litio.

            El ranking de las mayores reservas del mundo lo lidera Bolivia, con 21 millones de toneladas de litio; le siguen Argentina (19 millones); Chile (9,8 millones); Estados Unidos (9,1 millones) y cierra el top cinco Australia (7,3 millones).

            Argentina, Bolivia y Chile conforman el llamado triángulo del Litio en América del Sur. Este espacio geográfico concentra el 68% del reservorio del mineral a nivel mundial. En la Argentina el recurso natural es de dominio provincial pero las empresas invierten con “concesión legal otorgada por autoridad competente” (las provincias), pagando impuestos por material extraído declarado.

            Las provincias en donde mayormente está concentrado el litio son Jujuy, Salta y Catamarca. En Catamarca pagan en total 3,5% sobre el total de la facturación. En Jujuy pagan el 3% sobre el valor de boca de mina pero tienen otros “beneficios” y “estímulos” que lo bajan a 1,6%. En Salta sería el 3% sobre el valor, siempre se calcula en base a declaración de la propia empresa. En relación a todas las retenciones que cobra la Nación, para el litio ese valor es de 4,5% del total, casi nada.

            El modelo jujeño deja muy en claro cuál es la idea de los sectores más a la derecha del espectro político. La provincia que encabeza el verdugo de Milagro Sala percibe menores regalías, y disminuye el control sobre las consecuencias ambientales. Para ello, en 2019 se eliminó por decreto el análisis adicional de estudio de impacto ambiental para las minas de primera categoría (entre ellas, las de litio), dejando la tarea sólo a la Unidad Ambiental de Gestión Minera Provincial (UGEMP). Recientemente, las comunidades kollas y atacamas de Salinas Grandes y laguna de Guayatayoc exigieron la detención de los trámites administrativos encaminados a permitir la explotación en la zona. El reclamo legal ya tuvo un fallo favorable que fue desconocido por el gobierno de Gerardo Morales.

            La sujeción al pago de la deuda lleva a que las autoridades nacionales impulsen el extractivismo del litio para generar divisas, que serían para “honrar” el compromiso con el Fondo y no para el desarrollo nacional. La gestión del gobernante jujeño muestra que esa línea puede ser aún más profunda y destructiva.

DEPENDENCIA ASEGURADA

            Al momento existen sólo 2 empresas que explotan el litio en la Argentina… y en breve será una sola porque están en proceso de fusión. Se trata de la australiana Allkem y la estadounidense Livent operan en Jujuy y Catamarca. Más allá de sus orígenes, los principales dueños de ambas compañías son los Fondos de Inversión BlackRock y Vanguard Group, y los bancos HSBC y JP Morgan. Ya responden a los mismos intereses.

            Existen más de 60 proyectos en exploración y muchos de ellos con capacidad de producción para exportación. Estos proyectos pertenecen a empresas privadas de origen australiano, canadiense y chino.

            El año pasado diversas empresas chinas anunciaron la inversión de miles de millones de dólares para proyectos de extracción de litio en Argentina. Ante este avance, la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, señaló que China “expande su influencia” en Sudamérica y el Caribe, y “manipula” a sus gobiernos mediante “prácticas de inversión depredadoras”. Además expresó ante el comité de los servicios armados por la seguridad de las Américas: China “tiene la capacidad y la intención” de “promover su tipo de autoritarismo y amasar poder e influencia a expensas de estas democracias”. Estos discursos dejan explícito el interés central del gobierno yanqui de mantener y acrecentar el control sobre los recursos de América del sur.

TIERRA RICA, PUEBLO POBRE

            La extracción de litio, que deja poco y nada en materia económica, fortalece el modelo de dependencia hacia países denominados centrales. La extracción para la exportación de minerales sin ningún valor agregado y sin pensar, siquiera, en el desarrollo industrial para la producción de baterías y otros instrumentos que tengan que ver con el cambio en la matriz energética mundial, nos sigue dejando en un lugar de periferia, dependiente.

            Este modelo tampoco encara la responsabilidad ambiental. Numerosas son las protestas que se han generado en los territorios ricos en el mineral ante el temor de futuros desastres ambientales en las zonas de producción: la contaminación que genera y el gasto exorbitante del agua, en comunidades donde el acceso al recurso hídrico es limitado. Afecta principalmente a los pueblos originarios de la Puna Argentina, que ven que el panorama de futuro es de tierra arrasada.

            Es necesario redefinir la forma en que se explotará el litio, centrándose en la industrialización nacional, el control efectivo del impacto ambiental (lo que implicará la participación decisiva de las comunidades afectadas) y la gestión estatal de los principales resortes de la extracción y la producción. Sobre el punto fue presentado un proyecto interesante por parte del diputado Alderete (PTP-FDT).

            De otra forma, sólo servirá para acrecentar las ganancias de monopolios transnacionales, cediendo la soberanía y destruyendo severamente el ambiente.

MARÍA ALANIZ



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