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Los trabajadores y la pandemia
Los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, y del mundo entero, juegan el rol fundamental para enfrentar las consecuencias del avance de la pandemia de Coronavirus. Mientras los monopolios buscan que el gobierno les garantice los márgenes de rentabilidad a toda costa y operan políticamente a través de medios de comunicación y dirigentes políticos afines para que no se afecten sus patrimonios ni en la más mínima medida.
No nos llama para nada la atención estos comportamientos antagónicos. A los trabajadores nos hermana nuestra condición de clase y nuestro amor por la humanidad mientras que a los monopolios y los sectores afines a ellos sólo los mueve el interés económico. Esta crisis viene a mostrarlo más crudamente y a dejar más en evidencia que no somos los trabajadores los que necesitamos de estos empresarios multimillonarios sino que ellos necesitan de nuestra producción y de nuestro consumo para sostener sus lugares de privilegio.
En primera línea quedan claramente los trabajadores de la salud que día a día ponen el cuerpo a un sistema sanitario que fue vaciado por la gestión de Macri y que en las provincias también vive momentos críticos por los sucesivos recortes y falta de inversión. Sin idealizarlos son ellos quienes están más en contacto con la pandemia y por eso también se explica que en este sector haya ya más de 200 casos de Covid 19 positivo (relevamiento Fesprosa) y casos preocupantes como el de la clínica privada de Bahía Blanca, el hospital Belgrano de San Martin (PBA) o el Gutiérrez de La Plata.
Pero también en otros sectores estatales y privados de los denominados esenciales hay trabajadores que desde sus funciones diarias se exponen a infectarse. Lo hacen a pesar de los bajos salarios, de las condiciones precarias de sus contratos y de la falta de condiciones de seguridad e higiene que se suelen dar. Agudizan el ingenio para cuidarse personal y colectivamente como así también para cuidar a nuestra población.
Las organizaciones sindicales de nuestro país deben poner mas énfasis para ver en qué condiciones se está trabajando y movilizar las estructuras gremiales en función de un control estricto de cumplimiento de normas y protocolos.
También es destacable la colaboración ofrecida, y en muchos casos ya efectiva, que muchas organizaciones gremiales dispusieron al gobierno nacional y los gobiernos provinciales poniendo los hoteles, predios y clínicas para que puedan ser utilizados como hospitales de campaña de ser necesario o para alojar a población con cuarentenas más estrictas. No se vieron a las grandes cadenas de hoteles haciendo lo mismo, incluso muchas siguieron sosteniendo sus actividades turísticas por más que ya estaban tomadas las medidas de aislamiento obligatorio.
Pero donde más se luce la solidaridad de los trabajadores en nuestro país es en las incontables iniciativas solidarias que surgen entre diferentes sectores de trabajadores. Desde textiles que se organizan para confeccionar barbijos para donar, otros que organizan donaciones de alimentos para los sectores más empobrecidos y quienes se organizan aportando su conocimiento y mano de obra para fortalecer las estructuras sanitarias. Un ejemplo son los trabajadores del Astillero Rio Santiago quienes propusieron a la dirección de la fábrica aportar desde la refacción de camas para hospitales hasta la adaptación de espacios hospitalarios para poder sumar capacidad de atención.
Queríamos desde esta editorial resaltar el factor solidario y comprometido de los trabajadores de nuestro país no porque sea lo único que tengan que hacer sino porque es desde esa realidad en la que nos tenemos que parar, con la fuerza y legitimidad que nos da, para proponer que tipo de medidas políticas y económicas se deben tomar para salir de esta crisis con una sociedad que no agudice sus injusticias sino todo lo contrario.
Queda claro que los monopolios y el imperialismo son el problema. Que los esfuerzos permanentes de los trabajadores y su solidaridad inquebrantable son la solución. Desde esa concepción es que hay que construir una salida política que nos lleva a una sociedad más justa, con salud, trabajo, soberanía y felicidad para nuestro Pueblo.