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Editorial

Hay que elevar las luchas populares y votar a Unidad Ciudadana

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El 13 de agosto habrá primarias, PASO, en los partidos políticos y alianzas para elegir sus candidatos, y el 22 de octubre serán las legislativas nacionales; en algunas provincias también se elegirán legisladores provinciales.

El Partido de la Liberación es muy crítico del parlamentarismo burgués, pero no subestima la importancia política de esos comicios. Tienen que servir para golpear duro al gobierno de Mauricio Macri, sinónimo de ajuste, dependencia, corrupción y creciente represión como se vio en Pepsico. Además, sabe que, aún a disgusto, mucha gente de pueblo irá a votar y el PL tiene la responsabilidad de orientar a los luchadores obreros y populares, el público al que apunta con su militancia.

Siendo importantes esas elecciones, el PL cree que no son la tarea central, a diferencia de oficialistas y opositores. Lo fundamental sigue siendo impulsar la lucha de calles, la lucha de clases. Después sí, llegará el momento de usar bien el voto.

Pero en este tiempo previo a las elecciones y luego de las mismas, lo principal es la movilización obrera y popular, las huelgas de los trabajadores por aumentos salariales que rompan los topes puestos por Macri y las grandes patronales. Y también las movilizaciones y cortes de calles de las cooperativas y agrupaciones de desocupados, privados de planes y subsidios, y que no logran ser incluidos en el Consejo del Salario Mínimo. A la CGT y las dos CTA, que sí están en ese Consejo, les rechazaron el pedido de los 14.000 pesos del mínimo y el gobierno decretó ¡10.000 para julio de 2018!

La movilización combativa del pueblo es el único camino para derrotar el ajuste y la entrega del país. De allí la criminalidad burocrática del triunvirato de la CGT al haber levantado el plan de lucha tras el parazo general del 6 de abril. Vista la gravedad del ajuste con miles de despidos y suspensiones, tras ese paro debió haber otros, como parte de un plan de lucha.

Los resultados de esa claudicación están a la vista: el CEPA, en base a datos oficiales de SIPA-AFIP, afirmó que “en abril de 2017 la pérdida de empleo fue de 51 mil trabajadores: de 6 millones 244 mil trabajadores, la caída fue a 6 millones 193 mil. Se trató de una pronunciada reducción de 0,8% tan sólo en un mes”. Eso fue favorecido por la parálisis de la burocracia sindical.

El PL ratifica que no está bien escuchar pasivos el discurso electoralista o de canto de sirenas de nadie: el primer deber es luchar unidos en la calle contra la desocupación y la miseria salarial, la inflación y los tarifazos del gobierno de los monopolios y banqueros. Están endeudando a cien años el país, para pingües negocios del capital financiero internacional y sus comisionistas locales, muchos de ellos funcionarios macristas.  Y por eso hay que exigir que las centrales sindicales llamen a otro paro general en forma inmediata, con continuidad. Y si no lo hacen, coordinar y avanzar desde las bases.

 

A VOTAR BIEN

Queda claro que para la lucha antiimperialista lo primero es apoyarse en una pierna, la movilización popular en camino del Argentinazo. Al mismo tiempo, y con movimientos articulados, hay que usar la otra pierna para caminar mejor: la lucha electoral, que es parte o debe serlo de la lucha política propiamente dicha.

El gobierno de Macri prepara un nuevo ajuste para después de las elecciones, cuando tratará de revisar a la baja los convenios laborales con cláusulas de flexibilización como los pautados en Vaca Muerta gracias al traidor Guillermo Pereyra, burócrata y senador nacional. Macri querrá generalizar esa flexibilización a otros rubros para bajar el “costo argentino”. Es la cantinela entreguista y decadente que entona dentro del país y en sus giras internacionales.

Si el PRO-Cambiemos tuviera un resultado electoral favorable, se consideraría con derecho a implementar esa nueva vuelta de tuerca de ajuste, con saldos aún más trágicos para nuestro pueblo. Por eso es importante ponerle un palo en la rueda y evitar que la derecha amplíe sus bancadas legislativas. Hay que votar listas opositoras para poner obstáculos a los actuales y futuros proyectos legales de ajuste.

Si Macri no logra sacar las leyes privatizadoras por el Congreso, buscará hacerlo por decreto, como en otras oportunidades. Allí reaparece la necesidad de golpearlo y debilitarlo políticamente, propinándole una derrota en las urnas a él y todos sus candidatos. Eso le dificultará el avance y profundización del ajuste. Tendrá que hacer concesiones, dilatar los tiempos, negociar, suavizar los proyectos más infames, e incluso abandonar algunos de éstos.

Por eso hay que golpearlo en lo electoral, a él, al PRO y sus aliados radicales, lilitos y demás reaccionarios que son parte del gobierno. Será también un golpe a los medios hegemónicos como Clarín, que están haciendo formidables negocios como el anunciado cuádruple play entre los monopolios Telecom y Cablevisión.

¿Y qué es lo que más temen esos enemigos del pueblo? Una victoria de la Unidad Ciudadana de Cristina Fernández de Kirchner en provincia de Buenos Aires. En consecuencia, más allá de las críticas que nos merece esa fuerza y su programa light (ver nota aparte), el PL llama a votar Unidad Ciudadana y CFK para golpear políticamente a Macri y frenar el ajuste. Antes de las PASO y antes y después del 22 de octubre, hay que seguir luchando con el alto objetivo del Argentinazo y el Frente Antiimperialista.

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