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Editorial

Fundirnos con la lucha popular y elevarla en dirección revolucionaria

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EN EL 52 ANIVERSARIO DE VANGUARDIA COMUNISTA

Vanguardia Comunista se fundó el 5 de abril de 1965, basada en el marxismo-leninismo, la defensa de la revolución cubana y la búsqueda de inserción en el movimiento obrero e intelectual. Venía del Socialismo Argentino de Vanguardia (PSAV), con unidad y lucha con el peronismo combativo, lo que la diferenciaba del viejo tronco “gorila” socialista.

En su II Congreso Nacional de enero de 1976 pasó a llamarse Partido Comunista (marxista-leninista), con las ideas y dirigentes de siempre, con Roberto Cristina como secretario general.

Ya en 1982, en su III Congreso, se llamó Partido de la Liberación (PL), como continuidad histórica de VC. Mantuvo su línea marxista-leninista, buscando más entronque con la historia, las luchas y la cultura del país y la Patria Grande Latinoamericana, tendencia acelerada por la lucha en Malvinas.

Sus dirigentes históricos pagaron con sus vidas el compromiso revolucionario. Roberto Cristina, Elías Semán, Rubén Kristcausky, Jorge Montero y muchos más fueron desaparecidos en El Vesubio, en 1978, durante la dictadura militar-cívica. Cuando era brutalmente torturado, Roberto gritaba “Viva la clase obrera, viva la patria, viva la Revolución”.

Y ese es el legado de nuestros mártires. Ellos y nosotros hemos cometido errores, como todos los revolucionarios. Errores de dogmatismo hacia la revolución china y el maoísmo, de izquierdismo táctico en el período revolucionario del Cordobazo, de oportunismo en el período de reflujo y derrota, etc.

En esa historia y este presente prevalecen los aspectos positivos, de defensa de los principios, de lucha contra el imperialismo, la oligarquía y los monopolios; de participación en las luchas obreras y populares, de construcción de una nueva cultura y una universidad al servicio del pueblo, de los derechos humanos, del internacionalismo revolucionario, de la liberación nacional y el socialismo, etc.

Los fundadores nos enseñaron a no aflojar en la lucha obrera y popular, y a pararnos en la vereda de enfrente de la oligarquía y el imperialismo. Por eso supimos qué hacer en el duro conflicto de 2008 con la Mesa de Enlace: estuvimos en contra de la Sociedad Rural, a diferencia de la “izquierda” trotskista y seudo maoísta alimentada por los sojeros.

Nuestro Partido develó el carácter del capitalismo dependiente, donde el enemigo principal son los monopolios nacionales y extranjeros, sobre todo el imperialismo yanqui. Se necesita una revolución nacional, democrática y popular, antimonopólica y antiimperialista, para imponer un gobierno popular dirigido por la clase obrera y que culmine la etapa de liberación nacional y social. Así se marchará hacia el socialismo con peculiaridades argentinas.

Seguimos alzando las banderas de esos camaradas desaparecidos, ahora en la lucha contra Macri y los monopolios, con los trabajadores y docentes en sus justas luchas, aportando a la unidad en un Frente Antiiimperialista, con Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador en defensa de la Patria Latinoamericana.

¿Cuáles son las grandes enseñanzas de esos camaradas? Una es aplicar y profundizar un programa antimonopólico en unidad con otras fuerzas antiimperialistas (ver Notas Políticas de esta edición).

La otra gran enseñanza es fundir el marxismo leninismo con las masas, agitar y propagandizar las consignas revolucionarias en puertas de fábrica y asambleas obreras. En practicar lo que planteó Mao: “de las masas a las masas”. Saber tomar “de las masas” las necesidades y demandas, volcarlas en un programa con elaboración del Partido, y volver “a las masas” con propuestas más concretas para que éstas y nosotros las pongamos en marcha.

El Partido lo hizo una y otra vez. En Ledesma, Sitrac, Transax, IME-Dinfia, Tensa, Rigolleau, Astilleros, Municipales de Sáenz Peña, Empleados Públicos de Salta y muchos otros centros laborales. Allí los camaradas, siendo pocos se convirtieron en muchos y en dirigentes en base a un trabajo tesonero, con planes a corto y mediano plazo, enfrentando a las patronales y la burocracia sindical, organizando a los trabajadores, uniendo a los estudiantes, participando en lugares destacados en las luchas fabriles y políticas, aguantando a pie firme las represalias de las patronales y los gobiernos, con sus policías y su represión. Con los volantes en puerta de fábrica, pintadas en la zona y piqueteando el periódico. Lllevando solidaridad a las huelgas. Visitando contactos y difundiendo la línea partidaria, confrontando con propuestas erróneas. Insertando estudiantes e intelectuales en barrios obreros y fábricas, como operarios y técnicos. Formando agrupaciones de base como instancia activista en camino a las células. Haciendo realidad la unidad obrero estudiantil. Poniendo el cuerpo a la autodefensa de masas. Dando la batalla de ideas y levantando el ejemplo de los países socialistas como Cuba.

Los militantes del PL debemos partir de esa base ideológica, para recrearla hoy y llevarla a una nueva altura. El Partido marxista y el Frente amplio son las dos herramientas estratégicas que necesita la lucha contra Macri y los monopolios. Hay que caminar con esas dos piernas para no caer en el sectarismo ni en seguidismo a la burguesía, dos antesalas de derrotas.

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