Liberación - Órgano de Prensa
El Ministro “Buitre”: el prontuario de Luis Caputo
Era sabido que Javier Milei llegaba al poder político para imponer un ajuste brutal contra el pueblo. Para encabezar la tarea designó como Ministro de Economía a Luis Caputo, un hombre con vasta trayectoria en especulación financiera y evasión impositiva, y que como funcionario de Mauricio Macri endeudó al país al tiempo que aseguró negocios para sus amigos y colegas. ¿Qué puede salir mal?
Luis “Toto” Caputo es un hombre súper rico. En el gobierno de Macri fue el segundo de mayor patrimonio declarado en 2016, de 124,2 millones de pesos. No le fue mal en su primer año como ministro: aún dando por precisas las declaraciones juradas que presentó, su patrimonio creció 7 puntos más que la inflación de ese período. Su trayectoria educativa da cuenta también de su posición social: hizo el secundario en el Cardenal Newman y, si bien se tituló en Economía en la UBA, se desempeñó como profesor en la Universidad Católica Argentina.
En sus 58 años, Caputo supo dirigir la sección de Mercados Emergentes del JP Morgan, presidió el Deutsche Bank Argentina y dirigió fondos de inversión como Noctua Partners LLC y Alto Global Fund, este último radicado en uno de los refugios (o paraísos) fiscales más oscuros del mundo.
No hace falta ser un avezado analista para advertir que es -de mínima- deshonesto que alguien asuma un rol gubernamental en el que puede beneficiar a una empresa de la que ha sido propietario. De hecho, existieron denuncias penales por ese hecho. Caputo negó que él hubiera tenido acciones en Noctua, algo que la propia firma desmintió en 2018, cuando aseguró ante la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos que el actual Ministro había sido dueño del 75% de las acciones de Princess International Global, que controlaba entre el 50% y el 74% de Affinis Partners II, que a su vez controlaba el 75% de Noctua International WMG. La sucesión de vinculaciones y radicaciones revela un modelo común en este tipo de fondos, que esconden el manejo indirecto de los mismos. Noctua tiene sus oficinas en Miami, pero las empresas que crean frecuentemente se inscriben en Islas Caimán, territorio donde no hay impuestos directos sobre las actividades empresarias.
Caputo fue Secretario de Finanzas del gobierno de Macri entre 2015 y 2017, ascendiendo luego al rango de Ministro de Finanzas. En la gestión cambiemita fue el artífice de la toma de deuda por 2.750 millones de dólares, a pagar en 100 años, la más larga de la historia argentina, con un rendimiento anual del 7,91%. Quienes compraron ese bono no tuvieron que depositar el total, sino una suma de u$d 2.475 millones, por lo que el gobierno de entrada le reconoció un 10% más de lo que depositaron. Uno de los compradores fue, precisamente, Noctua. Caputo se jactó del “éxito” (¿para quién?) de esa operación de endeudamiento, ocultando que para colocarla incorporó una causa por la cual, en caso de que la Argentina quisiera rescatar los bonos, debería pagar a los acreedores en el acto el 100% del total adeudado (el capital recibido y los intereses hasta el año 2117). Esta última condición fue revelada por Federico Sturzenegger en 2020, aunque al calor del gobierno ultraderechista de Milei, éstos dos han dejado de lado sus discrepancias. En aquel momento, el Financial Times consagró la operación como la decisión económica “más loca del mundo”, algo que -por supuesto- no tuvo eco en los medios de (in) comunicación locales.
El Bono Centenario, tal su poco original denominación, fue luego canjeado por bonos con menor tasa y a menor plazo por la gestión de Martín Guzmán.
Caputo asumió como presidente del Banco Central poco después de que en 2018 se suscribiera el ominoso acuerdo con el FMI por la exorbitante suma de u$d 57.000 millones (de los cuales se desembolsaron 45.000 millones). Desde ese nuevo rol, el recurrente funcionario y empresario intervino en el mercado de cambios, lo que le abría la posibilidad de favorecer a fugadores y especuladores.
Hay otros antecedentes de Caputo que, según concluye ElDiarioAr, ayudaron a catapultarlo al Ministerio en el gobierno de La Libertad Avanza. Entre 2016 y 2018 duplicó la deuda del Estado con el sector privado e incrementó también los compromisos con los “fondos de inversión” y otros acreedores. A ello se sumó el ya mencionado Bono a 100 años. Para la nueva gestión de ultraderecha se abriría la posibilidad de obtener nuevos préstamos del Fondo y otros “inversores” (así llaman a grandes especuladores en este contexto), lo que sumado a la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de las jubilaciones y superávit fiscal vía ajuste brutal, podría permitir acercar el anhelo mileicista de dolarizar la economía.
Entre sus primeros anuncios sobresalió la estatización de la deuda privada de los importadores, por al menos 37.000 millones de dólares, según Claudio Lozano, pese a que gran parte de esa deuda es entre mismos grupos empresariales de acá y el extranjero.
El ajuste, la dolarización y el endeudamiento que traen Milei y Caputo responden a los intereses del sector financiero internacional, que juega cada vez un rol más destacado en el capitalismo global, siendo una característica propia de la etapa imperialista. Vienen de la mano de una trágica caída en los niveles de vida de la enorme mayoría de la población, la profundización del extractivismo y el desguace de los recursos que posibilitarían una Argentina soberana. En ese cuadro, la destrucción de la salud y la educación públicas, del sistema científico y tecnológico, de la producción local, constituyen consecuencias esperadas del programa. Y semejante descalabro intentará sostenerse con represión como se desprende del protocolo represivo y anticonstitucional anunciado por la ministra Patricia Bullrich.
JORGE RAMÍREZ