EDITORIAL

Hace falta un Frente Antiimperialista y Antifascista

            La crisis económica social es tremendísima, con una pobreza que se acerca al 50 por ciento de la población y ya alcanza al 60 por ciento de niños y adolescentes. ¡Esto en un país que produce alimentos para 400 millones de personas!

            Los responsables del aumento de precios de alimentos son los monopolios que el PL viene denunciando hace años: Molinos, Arcor, La Serenísima, Aceitera General Deheza, Bimbo, Ledesma, Cargill, etc, y las cadenas de hipermercados La Anónima, Coto, Carrefour, Cencosud, Changomás, etc.

            Por eso el rubro alimentos fue uno de los que más incidió para el índice de inflación de agosto. El INDEC informó que fue del 12,4 por ciento, el más alto de los últimos 32 años, acumulando un 80,2 en lo que va del año y una anualizada del 124,4 por ciento.

            La oposición derechista y ultraderechista le echa la culpa de la inflación al candidato oficialista Sergio Massa por haber devaluado 22 por ciento el peso el 14 de agosto. Y Massa a su vez deriva la responsabilidad al FMI, que exigía una devaluación mayor, del 100 por ciento primero y del 60 después. Las dos cosas son ciertas, con el agregado de que Juntos por el Cambio, así como los fachos seudo libertarios, tienen su cuota de responsabilidad porque están de acuerdo con el ajuste realizado por el gobierno y si son gobierno piensan llevarlo a una enésima potencia.

            Quienes pagan los platos rotos, o los platos sin comida, son los sectores populares, que ven empeorar sus condiciones de vida en muchos casos paupérrimas. Encima la previsión de la CEPAL es que el PBI del país caerá 3 por ciento este año.

            Por eso el PL denuncia que la crisis económico-social está que arde. Eso no se apaga porque Massa en campaña electoralista arroje un poquito de agua sobre las llamas, con la suba del mínimo no imponible al impuesto de las ganancias. Así se salvarán de pagarlo unos 700.000 trabajadores que ganan hasta 1.7 millón de pesos mensuales, de gremios como bancarios, camioneros, etc.

            Sin embargo, el valor de la Canasta Básica Total en septiembre fue de $284.686, como línea de pobreza, con 20 millones de argentinos hundidos bajo ese mar.

            Los grandes bancos privados, siguen acumulando ganancias sin arriesgar con créditos a la producción y el trabajo; sobre todo los diez mayores: Galicia, Santander, Macro, BBVA, Credicoop, HSBC, ICBC, Patagonia, Supervielle y Citibank.

LA HORCA DE LA DEUDA EXTERNA

            En esa lista de bancos, así como en los formadores de precios de alimentos arriba nombrados, se mezclan monopolios nacionales y extranjeros, del gran capital local y el financiero internacional. Es un contubernio que histórica y actualmente despoja a los argentinos de bienestar y soberanía.

            El FMI expresa esa opresión externa e interna. Con sus créditos fraudulentos saquea nuestros recursos y a su vez hace acumular más deuda externa, con sus condicionamientos en salarios y jubilaciones, gasto público del presupuesto nacional, suba de tarifas, moneda, modelo semicolonial extractivista, etc.

            Desde antes de marzo de 2022, cuando el gobierno del Frente de Todos firmó el acuerdo con el Fondo y legalizó la estafa macrista del préstamo de 2018, arreció el ajuste antipopular y aumentó la deuda externa, que al 16/8/2023 alcanzaba los 405.594 millones de dólares. A partir de 2024 habrá que empezar a pagar también durante 10 años el préstamo del Fondo con el que se está pagando la estafa de Macri. Eso demandará 15.000 millones de dólares anuales (parte al Fondo y parte a BlackRock y demás bonistas extranjeros cuyos títulos fueron renegociados en agosto de 2020).

POR UN FRENTE POPULAR

            ¿Qué hacer frente a este desastre? Solamente gente que no aprende la lección de estos últimos cuatro años puede creer que el gobierno, ahora con Massa, puede sacarnos del abismo adonde nos empujó junto al Fondo. Y solamente gente muy mal desinformada por Clarín puede creer que Bullrich o Milei pueden solucionar los problemas argentinos. Al contrario, son personeros de la oligarquía y el imperialismo. Bullrich ya mostró la hilacha durante el gobierno 2015-2019 y antes con De la Rúa en 2001. Milei ya dijo que no tiene problemas con reducir el déficit fiscal como reclama el FMI porque él va a hacer un ajuste aún más brutal.

            En lo inmediato hay que profundizar las luchas de trabajadores, movimientos sociales y piqueteros, de DDHH, juveniles, feministas y de pueblos originarios, por sus propias reivindicaciones y contra el hambre, la inflación y la dependencia que impone el FMI, y a favor de la libertad de los presos políticos, por los derechos humanos y contra las posiciones represivas, fascistas y negacionistas de la derecha y ultraderecha.

            En ese programa básico popular hay un lugar para Malvinas. El gobierno no hace más que algún “saludo a la bandera” el 2 de abril y nada más, y a fines de 2021 autorizó un radar británico-yanqui en Tierra del Fuego. También acá la oposición es mucho peor, porque Bullrich en 2020 habló de entregar las islas a Pfizer a cambio de las vacunas y ahora Milei, admirador de Thatcher, tiene de candidata a Diana Mondino, que privilegia a los kelpers.

            En cuanto a las elecciones de octubre es difícil, por no decir imposible, alcanzar antes un Frente Antiimperialista y Antifascista con los sectores populares, democráticos, antiimperialistas y antifascistas. Hay posiciones electorales muy diferentes. La del PL es votar a Myriam Bregman y la lista del FITU (ver nota aparte).

            De todos modos hay que empezar a forjar esa herramienta desde ya. Llamamos a todos los partidos y organizaciones del campo popular a pronunciarse a favor de ese Frente, intercambiar opiniones y acordar tareas comunes, para ganar confianza recíproca y poder avanzar hacia la formación de ese frente sanmartiniano.

            Hay que ser amplios. La línea divisoria es de inspiración guevarista: con o contra los monopolios, con o contra el imperialismo, con o contra el fascismo.