Liberación - Órgano de Prensa
Caputo y Aranguren en los negocios offshore
Cuando se conocieron los “Panama Papers”, Juan Valerdi, especialista en especialista en tributación, paraísos fiscales y la lucha contra el lavado, señalaba que una empresa offshore se crea básicamente para esconder. Podía tratarse de evitar al fisco, de eludir la decisión de un juez (por ejemplo, por un embargo) o en general de fondos de origen delictivo: lavar dinero del narcotráfico, del contrabando de armas, de la trata de personas, etc.
Este mes se difundió una nueva filtración de documentos referidos a las operaciones de los más ricos en paraísos fiscales, conocida como “Paradise Papers”. El resultado del trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) permitió sacar a la luz 13 millones de documentos relacionados con el tema. Según explicó el mismo Valerdi ya no habla sólo de lavadores “de segunda” sino que muestra el mundo oscuro de las finanzas de los más ricos del mundo, como la reina de Inglaterra o las multinacionales Apple, Nike y Uber. En el listado de miembros de esta élite que quedó expuesta por la investigación aparecen dos ministros argentinos: el de Finanzas, Luis Caputo, y el de Energía y Minería, Juan José Aranguren.
Caputo aparece como administrador del fondo de inversión Noctua Partners LLC, radicado en Miami y con actividades en las Islas Caimán y el estado norteamericano de Delaware. Esa firma, a su vez, controla a Alto Global Fund, registrada en las Caimán desde el año 2009, que entre sus negocios figura la tenencia de “activos de alto riesgo en países emergentes”.
Aclarando un poco más: los “fondos de inversión” manejan capitales de distintas personas o compañías para hacer con ellas inversiones altamente rentables. La entidad que manejaba Caputo operaba con -entre otras cosas- bonos de deuda de países con dificultades financieras… es decir, actúa como “fondo buitre”.
Entre los fondos manejados por Noctua Partner estaba Argentina Funds, también registrado en el célebre paraíso fiscal.
Ante la pregunta de los periodistas sobre su implicación con esas firmas, el funcionario -primo de Nicolás Caputo, el “hermano de la vida” de Macri- se limitó a decir que sólo había sido asesor y que no creía que entre los inversores que participaron de las operaciones que conducía hubiera “fondos buitre”. Además, aseguró que él no hizo inversiones en ese fondo, aunque no descartaba que algún familiar lo hubiera hecho.
En una entrevista para el medio financiero Bloomberg, Caputo había afirmado en 2015 que recomendaba invertir en bonos argentinos porque con el nuevo gobierno habría negociación… negociación que él encabezó como parte de ese gobierno y que terminó con el pago de lo que reclamaban los tenedores de bonos, los famosos “fondos buitre”.
En base a estas revelaciones, un grupo de legisladores denunció penalmente al ministro por omisión maliciosa, negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, tráfico de influencias, uso de información privilegiada, incumplimiento de los deberes de funcionario público y lavado de activos.
El otro ministro macrista que aparece en los “Paradise Papers” es Aranguren. El funcionario ya denunciado por haber favorecido en varias operaciones a Shell, de la que fue CEO en Argentina y de la que tenía acciones por varios millones. El compró gas a precios injustificadamente altos vía Chile, a British Gas, firma perteneciente a Shell.
Los documentos filtrados revelaron que Aranguren fue director de Shell Western Supply and Trading Limited, radicada en Barbados, y de Sol Antilles y Guianas Limited, compañía británica también subsidiaria de Shell.
La primera de las mencionadas es la principal adjudicataria de compras de gasoil del actual gobierno, habiéndose hecho cargo de siete de las ocho cargas licitadas por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), dependiente del Ministerio que conduce el propio Aranguren.
El desempeño de los dos ministros resume la forma de actuar del gobierno y del sector que representa: hacen negocios aprovechando al Estado, sacan su dinero al exterior y se subordinan a los intereses de las multinacionales.
MARÍA ALANIZ