Nacionales
Acuerdos y desacuerdos del PL con los partidos del FITU
El Partido de la Liberación (PL) tiene acuerdos y desacuerdos políticos, ideológicos y metodológicos con los cuatro partidos del FITU. Como no somos sectarios, hemos coincidido con ellos en luchas populares y en las recientes elecciones legislativas, donde votamos críticamente por sus candidatos.
¿En qué se basó esa unidad en la acción? En acuerdos básicos, verificados en consignas, planes de lucha y algunos temas políticos de fondo, como el no pago de la deuda externa con el FMI y la crítica al ajuste que antes realizó el gobierno de Mauricio Macri y ahora viene ejecutando el de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. En muchos reclamos obreros, piqueteros, de DD HH y de derechos de las mujeres y diversidades, nos hemos encontrado con esas organizaciones. El voto crítico de noviembre tuvo esa base. No quisimos votar a ninguno de los dos grandes bloques patronales y ajustadores, que si bien no son lo mismo, afectan duro a los trabajadores.
Por eso nos alegró que el FITU fuera la tercera fuerza a nivel nacional con casi 1.5 millones de votos y 4 diputados nacionales. Pusimos nuestro granito de arena para ello.
Un ejemplo de aquellas coincidencias se vio en el acto del 11 de diciembre en Plaza de Mayo contra el pago de la deuda al Fondo y el ajuste que ya existe y el que viene. El documento leído allí, que también firmamos, planteaba:
No a pacto con el FMI y el pago de la deuda.
Las estafas no se pagan
Abajo el plan plurianual y el ajuste, no a la reforma laboral.
Basta de saqueo ambiental extractivista
La deuda es con los pueblos y la naturaleza, no con el FMI
Por un plan de lucha nacional contra el acuerdo
Tenemos la convicción de que los cuatro diputados del FITU van a votar contra el pacto con el Fondo, cuando el gobierno logre ese acuerdo y comprometa muy posiblemente a la oposición derechista de Juntos. Es que fueron los únicos en votar en contra de la “ley para la sostenibilidad de la deuda pública” el 11 de febrero de 2021. Se aprobó con el respaldo de 233 votos del Frente de Todos, Juntos por el Cambio, los interbloques Federal, el Movimiento Popular Neuquino, y Acción Federal. Los dos diputados del FITU la rechazaron.
Hay otros puntos de la lucha gremial contra la burocracia de la CGT y de la timorata CTA de Yasky en que estamos de acuerdo, así como en condenar la represión policial en Guernica, la Villa de Retiro y la cooperativa de Wilde, ahora lo mismo con la represión en Chubut. Y así de seguido contra los femicidios, por el derecho al aborto, la defensa del medio ambiente, etc.
LAS DIFERENCIAS
A su vez con los socios del FITU tenemos diferencias básicas e importantes.
Ellos son marcadamente antiperonistas, sin reconocer que al interior de ese movimiento nacional burgués hay corrientes combativas con las que debemos unirnos. Una prueba de ese sectarismo y divisionismo es que ellos no reivindican la libertad de Milagro Sala y los presos kirchneristas sino sólo las de Ruiz, Arakaki, Romero y ahora Facundo Molares.
Son trotskistas y por eso se equivocan en la determinación del enemigo principal y las etapas de la revolución, que niegan de plano de acuerdo a la teoría de la “revolución permanente”. No entienden que no son iguales Macri, representante de un sector de los monopolios y el capital financiero internacional, que los Fernández, que expresan a la gran burguesía nacional que hoy claudica ante aquellos enemigos fundamentales. No comprenden que el enemigo es el monopolio Techint y no las Pymes; que el blanco es el monopolio y no el mediano capitalista o burguesía nacional. Al primero se lo debe expropiar, y al segundo limitar y subordinar a un frente antiimperialista hoy y a un gobierno popular en el futuro.
Coherente con aquella negativa a entender las etapas y tareas de una revolución popular, democrática y antiimperialista, no figura en su programa la reforma agraria para dar la tierra a los campesinos pobres y medios, y los pueblos originarios. Esa es una diferencia grande que tenía Trotsky con Lenin y Stalin. La etapa de la revolución democrático burguesa en Rusia demandaba esa reforma agraria y así se hizo. Y en Argentina es un asunto clave con tanto poder y latifundios como las 155.000 hectáreas de los Blaquier del Ingenio Ledesma. Sin embargo el MST e Izquierda Socialista se unieron a la Suciedad Rural contra las retenciones en 2008.
Ahí se expresan de modo crudo las diferencias ideológicas con los trotskistas. Nosotros somos marxista-leninistas y reivindicamos a los dirigentes de revoluciones por etapas que aquellos apostrofan: Stalin, Mao, Ho Chi minh, Fidel y el Che Guevara.
Los socios del FITU son electoralistas; no son izquierda revolucionaria ni antiimperialista. Nosotros sí, y orgullosamente venimos de la Generación del 70 que luchó por el poder, siendo derrotada y aniquilada. Seguimos levantando esas banderas. Y nuestra revolución popular apunta al socialismo, etapa siguiente e inexorable, que demanda Partido, Frente y Ejército, para citar a Mao.
Los del FITU denigran a Cuba y China porque habrían degenerado al socialismo o nunca habrían sido socialistas. En la web del PTS, por ejemplo, reproducen un reportaje del 5 de julio de 2020 a Au Loong Yu, escritor antichino que defiende los levantamientos anticomunistas de Hong Kong. Textual: “La ley de seguridad nacional de Beijing significa que cualquiera en Hong Kong con lazos con «fuerzas extranjeras», o cualquiera que clame por la independencia de Hong Kong o la autodeterminación, o que pida «abajo con la dictadura de partido único», podría ser procesado. La ley es la respuesta de Beijing al movimiento democrático de Hong Kong que comenzó en 2014 y culminó en la gran Revuelta de 2019”.
Otro desastre trotskista ocurrió en 2017 cuando Izquierda Socialista marchó a la embajada de Venezuela en Buenos Aires, a reclamar la renuncia del presidente Nicolás Maduro (Clarín 13/05/2017).
No siempre, pero en esos casos puntuales es cierto que los trotskistas son funcionales a la derecha y el imperialismo.
SERGIO ORTIZ