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Gobernadores y senadores peronistas más amigos de Macri

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Con los números de las elecciones de 2015, hubiera podido pensarse que Macri iba a tener dificultades para manejar la Cámara de Diputados (Cambiemos en conjunto tenía sólo 92 diputados sobre los 129 que necesita para tener mayoría propia) y que el Senado iba a ser aún más difícil, por la cómoda mayoría del Frente para la Victoria.

Antes de que empezaran las sesiones, ya el FPV había perdido un grupo de diputados que decidieron arrimarse al oficialismo: Bossio, Romero y los diputados salteños encabezaron el “bloque justicialista”. El bloque del senado, en tanto, parecía mantenerse unido bajo la dirección del senador por Río Negro, Miguel Pichetto.

En medio de ese panorama, Macri impuso a puro decreto medidas que marcarían el derrotero político posterior. Entre ellas se destacaron la destrucción de la Ley de Medios y de las autoridades surgidas de ella y el nombramiento “en comisión” de dos jueces en la Corte Suprema.

La realidad política demostró que el gobierno no tuvo dificultades para imponer leyes clave. El acuerdo con los “fondos buitre”, el blanqueo de capitales, el presupuesto de ajuste para 2017, el régimen de Participación Público-Privada para la obra pública, la extensión de la figura de agente encubierto para posibilitar el espionaje y la reforma de las ART están entre ellas. En el Senado, además, se aprobaron los pliegos de los dos jueces propuestos por Macri, uno de ellos ligado a Clarín y ambos cuestionados por sus posiciones regresivas en Derechos Humanos. La Cámara alta también aceptó el pliego de Sturzenegger en el Banco Central, obviando sus antecedentes contrarios a los intereses nacionales por su gestión en el “Megacanje” de De la Rúa, intervención por la cual estuvo procesado. En estos casos, la aprobación requería de mayoría agravada.

Todas estas iniciativas fueron aprobadas en Diputados gracias a la ayuda del Frente Renovador y del Bloque Justicialista. En el Senado, la cómoda mayoría del oficialismo le debe mucho a la gestión de Pichetto, convertido en súbito crítico de la presidenta anterior y en amable interlocutor del macrismo; y junto a él siguió la mayoría de los integrantes de su bloque.

Entre los que brindaron un apoyo regular a las iniciativas del gobierno estuvo también el ex jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina, quien acompañó al gobierno en la ampliación del espionaje, en el presupuesto 2017, en las designaciones de los jueces, etc. En cambio, votó en contra del acuerdo con los buitres y fue uno de los impulsores de la expropiación del Bauen. Sin embargo, el Senador más leal al gobierno por el FPV fue Rodolfo Urtubey, quien incluso se unió al PRO para oponerse a la expropiación del Bauen.

La posición de los senadores se relaciona con la de los gobernadores. Desde el principio de la gestión macrista, el salteño Urtubey y la fueguina Bertone se alinearon rápidamente con Macri, al punto que fueron invitados a acompañarlo en su visita al Papa. De nada valió que en ambas provincias Cambiemos sacara poco más del 20% en la primera vuelta y saliera perdedora en el balotaje: estos mandatarios se alinearon con el gobierno.

Urtubey se dedicó a fustigar a la ex presidenta, y a aplaudir hasta el ridículo las posiciones oficiales. No es una expresión exagerada: el salteño justificó las propiedades offshore de Macri y hasta el acuerdo bochornoso con el Correo de la familia presidencial, sobre el cual el propio gobierno terminó reculando.

Urtubey y Bertone, el chaqueño Peppo, el entrerriano Bordet y el misionero Passalacqua fueron invitados habituales a los encuentros en los que el gobierno “consensuó” posiciones con los mandatarios provinciales. La lucha del pueblo debe enfilarse contra Macri, pero también contra esos aliados justicialistas que hacen mucho daño.

JORGE RAMÍREZ

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